El próximo mes de mayo, Julio D. Cuevas Morales cumplirá su primer mandato al frente del Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara, organización que representa a más de 1.000 profesionales en activo y jubilados. Es médico de Atención Primaria en Azuqueca de Henares y, además, forma parte del equipo de vacunación frente al Covid-19 desplegado en la provincia.

¿Qué balance realiza de estos casi cuatro años como presidente del Colegio Oficial de Médicos? 

El balance es positivo. Sin duda, lo peor ha sido el tener que enfrentarnos a esta pandemia pero, a nivel personal, ha sido muy enriquecedor, he aprendido un montón y he disfrutado mucho con mis compañeros de éste y de otros colegios. 

¿Algún logro a resaltar?

La actual Junta Directiva nos propusimos, y creo que lo hemos conseguido, abrir el Colegio de Médicos a la ciudadanía, que la gente lo conociese, que no lo viese como una institución cerrada que es sólo cosa de médicos. De ahí deriva la colaboración con Ibercaja para la celebración del ciclo Cuidate de debates y conferencias. Además, recientemente, hemos aprobado una nueva colaboración con la Fundación Siglo Futuro para poner en marcha otro ciclo sobre medicina y salud  pública que tendremos que ver cómo se organiza y cuándo comienza teniendo en cuenta las circunstancias actuales de la pandemia. Por otro lado, destacaría que, el 5 de marzo de 2019, conseguimos que el Ayuntamiento de la capital dedicase una glorieta a los médicos de Guadalajara. Fue algo muy bonito y representativo.

¿Tiene previsto presentarse a la reelección de su cargo?

Quienes formamos la actual Junta Directiva no hemos hablado todavía sobre quién quiere continuar y quién no. Personalmente, tengo que madurarlo pero, en principio, sí tengo intención y ánimos de presentarme a la reelección. A partir del 15 de febrero comienza el plazo para la presentación de candidaturas. 

Le ha tocado presidir el Colegio de Médicos en unos momentos sanitariamente muy complejos por la crisis del Covid. En este sentido, ¿cuáles han sido las prioridades?

Desde el principio de la pandemia, nuestra prioridad absoluta ha sido velar por la seguridad de los compañeros. El médico siempre se parte el pecho por el paciente, pase lo pase. Pero en esta situación de pandemia, los profesionales podíamos salir más perjudicados sin saberlo, era un virus que no conocíamos y que nos ha hecho reconsiderar muchas actuaciones. Que los sanitarios contásemos con los equipos de protección adecuada era y es imprescindible.

 ¿Cómo están afrontando los profesionales sanitarios de la provincia esta tercera oleada de la pandemia en la que nos encontramos?

Esta tercera oleada de la pandemia la estamos afrontando con todo nuestro deber pero con el desánimo que nos produce el comprobar que las cifras se disparan. Nosotros haremos lo que haga falta porque así es la ética de los profesionales sanitarios, pero moralmente se nos nota porque ya llevamos desde marzo del año pasado metidos en una vorágine muy complicada, estamos desbordados. Aquí nadie cumple su horario, trabajamos más horas de las que marca nuestra jornada por puro prurito profesional, pero eso tiene que tener un límite. Con respecto a la primera oleada, es cierto que sabemos mucho más del virus, que tenemos mejores pruebas diagnósticas, que diagnosticamos muchos más casos, que estamos mejor protegidos y que contamos con el material suficiente, pero el personal es el mismo de marzo y tanto anímica como físicamente estamos todos más tocados que antes.  

 ¿Estamos ante las consecuencias de los «excesos» navideños?

Así lo demuestran los estudios. No pretendo hacer daño ni a los hosteleros ni a ningún otro sector económico, pero está claro que estamos pagando las consecuencias de no haber cortado sanitariamente la Navidad. Tenemos  una tasa de incidencia acumulada de casi 900 casos por mil habitantes a nivel nacional, es una verdadera bestialidad. Como mucho, deberíamos estar en 25. Fíjate qué diferencia. 

¿Estamos perdiendo el miedo al virus o es que los ciudadanos están cansados de esta situación?

Supongo que todo un poco. También creo que la vacuna ha dado una falsa sensación de seguridad. Pero, en general, considero que los ciudadanos no hemos sido todo lo responsables que deberíamos haber sido. Cuando los sanitarios vemos imágenes de esas fiestas que se celebran sin ningún tipo de medidas, no tiras la toalla porque no debes, pero dan ganas. Con esto no quiero decir que toda la culpa sea del ciudadano, igual también deberíamos haber sido más severos como en marzo y haber aplicado un confinamiento corto a saco para para frenar esto, como opinan muchos expertos. Y yo estoy de acuerdo.  

Por tanto, ¿cree que es insuficiente el refuerzo  de las medidas decretado por el Gobierno regional? 

Desde el punto de vista sanitario, pensamos que lo más conveniente hubiese sido el confinamiento domiciliario. Por ello, estamos pidiendo el autoconfinamiento a la ciudadanía, que no significa no salir sino salir de casa para lo que sea imprescindible (ir a trabajar, a la compra...). La cuestión es evitar posibles focos de contagio. 

En estos momentos, ¿es muy preocupante la presión asistencial del Hospital Universitario?

Está fatal, aunque es cierto que mejor que en otras provincias. La UCI está llena y se están usando camas en otros espacios que se han habilitado tanto para pacientes Covid como no Covid. Según me dicen mis compañeros (porque yo el tema del Hospital no lo controlo tanto), la situación es más favorable que en marzo pero no pinta nada bien porque los casos no paran de subir y de llegar nuevos ingresos. No podemos relajarnos porque esto se nos va de las manos de un día para otro. 

Usted conoce más de cerca la Atención Primaria, ¿cuál es la situación?

La Atención Primaria está bastante sobrepasada. Hacemos muchos test y el porcentaje de positivos es muy elevado, lo que implica un seguimiento tanto de los positivos como de los contactos. Habría que aumentar el personal del equipo de vigilancia epidemiológica (los mal llamados «rastreadores») para poder hacer un seguimiento mucho más eficaz porque al haber cada vez más positivos, también hay más contactos. Ahora sería fundamental que no se nos escapase ni un sólo contacto. En cualquier caso, la Atención Primaria está dejada de la mano de Dios desde hace muchos años y ahora lo estamos pagando. Y reforzar la plantilla de Atención Primaria no es tan sencillo, no se puede hacer de un día para otro. A los médicos de Atención Primaria se les tarda en formar 11 ó 12 años. Se restringió mucho el número de médicos de familia en el MIR y es algo que se debería ir aumentando así como el número de tutores y docentes. En Castilla-La Mancha, sí es cierto que fue creciendo algo, pero es un proceso largo y nos quedan todavía años para poder decir que la Atención Primaria está bien.

¿Es ahora menor la edad de los pacientes Covid que llegan a la UCI? 

Los datos cambian de un día para otro, pero la edad media de los pacientes está bajando. Aquí nadie está libre, este virus no repara ni en ancianos ni en jóvenes. Ciertamente, una persona mayor que tenga algún tipo de enfermedad previa tiene más comprometida su salud y más posibilidades de tener una Covid grave, pero ya hemos visto jóvenes morir incluso sin patologías previas. 

¿Qué se ha aprendido de los tratamientos frente al Covid-19?

No tenemos un tratamiento completamente eficaz. Sabemos que los corticoides en momentos tempranos de la enfermedad evitan un poco la región  inflamatoria sistémica . Todavía están trabajando con algún antivírico, con algún antiparasitario, pero no hay ningún tratamiento definitivo. Hoy por hoy, lo único eficaz que tenemos es la vacuna.

Precisamente, usted es uno de los médicos que forma parte del equipo de vacunación frente al Covid en la provincia. ¿Cómo se está desarrollando la campaña?

Yo estoy encantado, creo que se está organizando fenomenal y que hay un equipo excepcional de profesionales. No damos un vial ni una dosis por perdida, todo el proceso se está haciendo con mucho cuidado y con muy buen criterio, asegurando que haya segundas dosis. Hay muy buen control por parte de la Dirección Médica y de Enfermería  de la Gerencia de Guadalajara. Y tengo que decir que decir que aquí no se pincha a nadie que no le toque. 

Todavía hay personas reticentes a vacunarse, ¿qué les diría?

Lo primero, que se informen bien en fuentes fiables. Que una persona no se vacune va en peligro de todas las que están a su alrededor. Por ello, les pediría solidaridad y respeto. Además, de las 2.000 vacunas cuyo suministro yo he estado presente, puedo decir que no ha habido ningún efecto adverso. 

¿Cómo están recibiendo las personas el suministro de la vacuna?

Con los brazos abiertos. Sobre todo, nuestros mayores son maravillosos. Están deseando que les vacunen para ver si pueden retomar su vida, salir, que vayan a verlos sus familiares... Sin duda, es lo que más me está llenando. La vacuna es lo único eficaz que tenemos ahora mismo para luchar contra el Covid, es la puerta a la esperanza. Que luego dentro de quince días o un mes se descubre un medicamento buenísimo, pues estupendo, abriremos otra puerta más. Pero, hoy por hoy, lo único que tenemos es la vacuna.

El mayor proyecto de la provincia a nivel sanitario es la ampliación del Hospital. ¿Confían en que su apertura sea una realidad este año como asegura el Gobierno regional?

Estoy convencido. No voy a dar fechas, pero creo que para el segundo semestre de este año empezaremos a hacer el trasvase de pacientes y de equipamiento. Es algo muy esperado porque supondrá una mejora importantísima en la calidad y capacidad asistencial de la provincia.