Este año, la temática del FESCIGU recoge el testigo de la edición de 2010, en la que se puso el foco en el cambio climático. Diez años más tarde, en 2020, el festival pretendía retomar este tema para analizar qué esfuerzos se habían hecho durante una década para frenarlo y cuál era el momento presente. Con la llegada de la Covid-19 y las restricciones adoptadas, el festival se vio obligado a replantearse tanto la temática como el formato de celebración, organizando en 2020 un autocine con una de las mejores instalaciones al aire libre de nuestro país y en 2021 una edición híbrida, on-line y presencial.

Así, con dos años de retraso, retomamos el tema de la salud del planeta, más urgente ahora que nunca, porque el consumo post-pandemia se ha vuelto a disparar, a la vez que nos hallamos inmersos en una crisis energética y de materias primas sin precedentes, aumentando la pobreza y la desigualdad entre ricos y pobres. Además, las medidas tomadas contra la Covid-19 han supuesto un gran incremento en la contaminación por plásticos y productos desechables. Todo lo que hace que el cambio climático avance implacablemente.

Para ayudarnos a entender este difícil momento y encontrar soluciones a nivel individual y colectivo, contaremos con la ayuda de expertos involucrados en una economía, alimentación, energía, consumo, ocio, educación, etc., sostenibles para la vida. Personas que llevan tiempo preguntándose si es posible "el desarrollo sostenible", indagando sobre la economía circular, el consumo de proximidad, el decrecimiento, otros modelos económicos…

También contaremos con diversas propuestas como exposiciones, cine, documentales producidos por el propio festival, información en redes e Internet, hall solidario, debates…, que nos muestren vivencias y movimientos inspiradores para un futuro más sostenible. Así nos acercaremos a comunidades que han adoptado monedas locales para reubicar la riqueza; agricultores, ganaderos, artesanos, empresarios, etc., recolocando la economía en su entorno. Todos ellos aportando esperanza y alternativas al modelo establecido de sociedad incapaz de parar de consumir, producir desechos, esquilmar los recursos naturales, contaminar, degradar los ecosistemas...

El cartel de este año, obra de nuestra diseñadora gráfica, Raquel Lozano, refleja a la humanidad caminando en la cuerda floja, y cómo un consumo irresponsable puede hacernos perder el delicado equilibro, lanzándonos al vacío.