La Junta declara Paisaje Protegido el Valle del Río Ungría

D.L.C.
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Un paraje que discurre por los términos municipales de Atanzón, Brihuega, Caspueñas, Centenera, Gajanejos, Guadalajara, Ledanca, Lupiana, Muduex, Trijueque y Valdeavellano.

El Valle del Río Ungría discurre por 11 municipios de la provincia. - Foto: JCCM

El Gobierno regional aprobó la declaración como Paisaje Protegido del Valle del Río Ungría, con una superficie de 7.068,01 hectáreas, ubicado en los términos municipales de Atanzón, Brihuega, Caspueñas, Centenera, Gajanejos, Guadalajara, Ledanca, Lupiana, Muduex, Trijueque y Valdeavellano.

Una declaración que llega «debido a la singularidad, representatividad y belleza de las formaciones geológicas y vegetales de la zona, así como por sus valores faunísticos, se entiende necesario adoptar disposiciones especiales que garanticen su conservación», indican.

El objeto de la declaración es establecer el marco normativo preciso para otorgar una atención preferente a la conservación de los valores ecológicos, geológicos, estéticos, paisajísticos, culturales, educativos y científicos de la citada zona, de manera que se garantice la conservación de la flora, fauna, gea, paisaje, aguas y atmósfera de este espacio natural, así como la estructura, dinámica y funcionalidad de sus respectivos ecosistemas y geosistemas, con especial atención a los elementos geomorfológicos y a las especies de flora y fauna catalogadas presentes en el área.

También se apuesta por la restauración de las áreas y recursos naturales que se encuentren degradados; se garantice el uso sostenible de los recursos naturales renovables, de manera compatible con la conservación de los demás valores naturales; o se facilite, en la medida que resulte compatible con los demás usos tradicionales, y de acuerdo con la titularidad de los terrenos, el conocimiento y el uso no consuntivo y sostenible de los valores naturales de la zona por la ciudadanía. Así como se promueva la investigación aplicada a la conservación de la naturaleza.

En definitiva, destaca la singularidad e importancia de los valores paisajísticos del Valle del Río Ungría, al ser un valle estrecho que se excava en la llanura alcarreña, como consecuencia del encamamiento del río en el páramo, generando una geomorfología de alto valor paisajístico con paleocauce, meandros cerrados y barrancos encajados, tapizado con una vegetación bien conservada que le otorga variedad cromática y de texturas, destacando los bosques caducifolios de quejigos y riberas, contrastando con encinares perennifolios que configuran un paisaje dinámico, de agradable vista, cuya heterogeneidad viene aumentada por la diversidad de ambientes y rincones, de solanas y umbrías, que según desde qué lugares se contemple cambia según la época del año.

Al valor paisajístico habría que añadir el valor de elementos del legado cultural de la ganadería extensiva, como antiguos chozos o parideras, lo que supone la necesidad de conservación de dichos valores singulares característicos y tradicionales de la zona, para preservar la interacción armoniosa entre naturaleza y cultura, con la promoción del desarrollo sostenible, compatibilizando al máximo la conservación de los valores naturales con el aprovechamiento ordenado de sus recursos y la utilización con fines científicos, educativos, culturales y recreativos, en armonía con los derechos de su población y potenciando su desarrollo socioeconómico.

Características

La cuenca del valle de río Ungría desde su nacimiento hasta su unión con el arroyo Matayeguas se ubica a escasos 20 km al este de la capital provincial y dentro de la comarca geológico-paisajística de la Alcarria.

El valle y sus parameras circundantes se asientan sobre materiales terciarios presentando una geomorfología típica del paisaje alcarreño: parameras llanas sobre calizas pontienses surcadas por valles con perfil en 'U' de fondos planos y arcillosos con laderas en las que afloran materiales más blandos como margas y yesos.

Las zonas de paramera se encuentran ocupadas por cultivos de cereal de secano y ejemplares de encina muy dispersos a excepción de su zona más septentrional en la que aparecen extensas formaciones mixtas de encina y quejigo. En cuanto a las laderas de solana están cubiertas mayoritariamente por coscojares, aligares y matorral de aromáticas en distintos estados de mezcla que ocupan pastizales y olivares abandonados, las laderas de umbría están cubiertas por quejigares en distintas densidades de forma casi continua. El fondo de valle está ocupado por