«Está muriendo mucha gente. Esta guerra tiene que parar ya»

Inmaculada López Martínez
-

El sacerdote ortodoxo de la ermita de San Roque, de origen ucraniano, analiza la situación que vive su país y cómo está ayudando en la coordinación y envío de ayuda humanitaria

El sacerdote ortodoxo de la comunidad ortodoxa en Guadalajara, Andrii Zelinsky, en la ermita de San Roque. - Foto: Javier Pozo

Andrii Zelinsky lleva 15 años viviendo en España con su familia. Desde el año 2009 es sacerdote de la comunidad ortodoxa en Guadalajara en la céntrica ermita de San Roque y una persona muy querida en la ciudad. La dramática situación provocada por la invasión rusa en Ucrania, su país de origen, le ha convertido en el referente y coordinador de una parte muy importante de la ayuda humanitaria que los guadalajareños están ofreciendo al pueblo ucraniano. 

¿Por qué decidió marcharse de Ucrania y venir a España en 2007?

Vine con mi familia, como suele decirse, para buscar un futuro mejor. Cuando nos establecimos en España, yo ya era sacerdote en Ucrania y oficiaba celebraciones en una parroquia. En concreto, fui ordenado sacerdote en el año 2000. Lo cierto es que vivíamos en una situación no se puede decir de pobreza pero sí muy humilde y decidimos salir del país en busca un mejor modo de vida. Como saben, los sacerdotes ortodoxos estamos autorizados para casarnos. Yo tengo mujer y una hija.

 ¿Cómo recala en Guadalajara?

Nuestro destino fue Madrid y, de hecho, sigo viviendo en esta ciudad con mi familia. Cuando llegué, conocí a varios sacerdotes ucranianos que llevaban más años en España. Nuestro antiguo obispo, don Policarpo, tuvo a bien acogerme como sacerdote-ayudante de la iglesia Central Ortodoxa de Madrid, situada en la calle Nicaragua. Allí estuve ayudando y, pasados un par de años, se constituyó la parroquia ortodoxa de Guadalajara, ubicada en la ermita de San Roque, y se me encomendó su asistencia.

¿Desde cuándo lleva celebrando cultos en la capital alcarreña?

Desde el año 2009. Voy los domingos y la misa es a las once de la mañana. En tiempos de celebraciones especiales, como la Santa Pascua o la Cuaresma, voy más a menudo. 

¿Qué balance realiza de todos estos años de sacerdocio ortodoxo en Guadalajara?

El balance es muy bueno. Los fieles ortodoxos están muy bien asentados en la ciudad y vienen mucho a la parroquia, sienten y viven con Dios.

¿Es muy grande la comunidad de cristianos ortodoxos en la provincia de Guadalajara?

Sí, hay una comunidad de fieles ortodoxos bastante importante y de muchas nacionalidades, no solamente ucranianos. Hay búlgaros, georgianos, etc. La ermita de San Roque se nos queda muy pequeña todos los domingos.

¿Ha notado la asistencia de más ucranianos desde el inicio de la invasión por parte de Rusia?

Sí, se ha notado mucho. Sobre todo, mujeres y niños refugiados.

Personalmente, ¿cómo está viviendo este conflicto bélico que está sufriendo a su país?

Con mucha preocupación. Estamos en permanente contacto con nuestros familiares que están allí, con amigos, con gente que conocemos y la situación es desastrosa. Se está muriendo mucha gente. No puedo decir nada más que esta guerra tiene que parar ya. Hablamos diariamente con ellos a través de internet, sobre todo por Messenger y por Whatsapp. Además, yo estoy coordinado con militares y civiles que están en Járkov y estoy haciendo de intermediario para ayudarles en el envío de alimentación, medicamentos y de todo el material que necesitan.

 ¿Qué le transmiten?

Esta semana estaban muy satisfechos y con mucho ánimo y energía porque habían conseguido librar la zona de Járkov de la ocupación rusa. Me dicen que van a ganar esta guerra y que no van a permitir que nadie les quite su tierra.

 La ermita de San Roque se ha convertido en uno de los puntos de recogida de material humanitario en Guadalajara. ¿Cuánta cantidad de enseres llevan fletados a la frontera ucraniana?

Ya hemos mandado como 15 furgones desde la parroquia y también hemos ayudado en otros envíos que han partido de otros puntos de Guadalajara y también colaboro mucho en temas de logística. Estoy haciendo de coordinador para que toda esta ayuda llegue a su destino y busco financiación, aparte de hacer de traductor o buscar traductores cuando se necesitan.

En la actualidad, ¿continúan recogiendo material?

Sí, seguimos operativos. Ahora mismo, lo que más hace falta son medicamentos, alimentación y productos higiénicos y para bebés. También es muy importante donar, si alguien tiene, ropa y protección para los militares. Estamos cada día, de cinco a ocho de la tarde. Cualquier tipo de ayuda es bienvenida, cada uno dentro de sus posibilidades.

¿Cómo valora la respuesta de la ciudadanía guadalajareña hacia el pueblo ucraniano?

Lo valoro muchísimo, estamos muy agradecidos de cómo se están portando todos los ciudadanos de Guadalajara con el pueblo ucraniano. De una nota del uno al 10 lo valoro con un 11. 

Precisamente, acaba de llegar a España tras participar en uno de esos convoyes humanitarios. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Efectivamente. Hemos llevado una ambulancia para un equipo de militares ucranianos cargada de medicina, alimentación y un par de chalecos antibalas hasta la frontera de con Polonia. Nos hemos encontrado muchos refugiados y los voluntarios y militares de Polonia que hay en la frontera nos han ayudado muchísimo con todo el tema de la logística. Están apoyando mucho a los refugiados en su traslado en autobuses y transporte gratuito, facilitándoles alojamiento, ropa, etc.  

En cuanto a los refugiados, ¿cuál es la mejor manera de ayudar?

Mayoritariamente están saliendo del país mujeres con hijos pequeños y abuelas y abuelos. En este momento, una de las mejores maneras de ayudar es cediendo viviendas vacías para que estas familias las puedan utilizar durante el tiempo que dure esta situación. 

¿Ya hay muchos refugiados ucranianos en la provincia?

Sí, ya hay muchos, pero no sólo en la provincia de Guadalajara sino en toda Castilla-La Mancha. En Guadalajara, me consta que organizaciones como Cruz Roja y Accem que están atendiendo a varios grupos que han llegado recientemente y nos han pedido ayuda, sobre todo, para hacer o conseguir traductores.

Como sacerdote que es, ¿qué mensaje se puede lanzar en estos momentos tan duros?

Siempre digo que hay que tener paciencia y no dejar a Dios de lado. Mi mensaje es de esperanza y de tranquilidad. Es bueno rezar y apoyarse en Dios en estos momentos tan difíciles para todos.

¿Tiene esperanza de que este conflicto termine pronto?

Solamente Dios es el que sabe cuánto tiempo va a durar esto, pero yo pienso y tengo la esperanza de que acabará rápido. Es lo que deseo y lo pido a Dios todos los días.