Ningún testigo identifica al cartero por las imágenes

Belén Monge Ranz
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Varios de ellos dejan entrever la posibilidad pero sin confirmar, y aseguran que las tarjetas remitidas por el Banco de Santander y de las que supuestamente este trabajador llegó a extraer cerca de 30.000 euros, no les llegaron al domicilio

Ningún testigo identifica al cartero por las imágenes

El pasado viernes prestaba declaración el cartero de El Casar, a quien desde ese día se juzga en la Audiencia Provincial por sacar cerca de 30.000 euros haciendo un uso indebido de tarjetas y su pin correspondiente, a las que supuestamente había accedido por su trabajo en Correos, sin dejar que estas llegarn a su destino, el domicilio de los clientes.

En el segundo día de la vista con jurado popular, han sido varios los testigos que han coincidido en declarar que "nunca" recibieron por parte del Banco de Santander esas tarjetas pese a que la entidad les había asegurado que las había remitido.

Francisco José C.M. está acusado de apropiarse de casi 30.000 euros y , si bien, ninguno de los testigos que ha declarado este lunes ha podido confirmar al cien por cien que las imágenes que les mostraban sacando dinero de un cajero eran las del acusado, si han apuntado que a sus casas no llegaron dichas tarjetas y que sus buzones nunca fueron forzados. 

Entre los testigos, María José N., que vivía en la Urbanización 'El Coto' cuando ocurrieron los hechos, y a la que le usurparon de su cuenta entre 13.000 y 17.000 euros.

En su declaración, María José ha apuntado que cuando ocurrieron los hechos estuvo "un poquito mosqueada" con el cartero y que fue a decir a Correos que no le había llegado la tarjeta pero que no le dijeron nada. En cuanto a las imágenes mostradas sobre la retirada de dinero de un cajero por parte del acusado, no ha logrado identificarlo, aludiendo para ello en que entonces también estaba muy diferente. "Parece que si pero llevaba perilla, un pendiente y gafas de sol que no se quitaba nunca y me llamaba la atención", ha dicho sin poder afirmar, por su imagen actual, que fuera la misma persona.

Hasta en 22 ocasiones le retiraron dinero de su cuenta, una importante cantidad que hoy el Banco de Santander le ha reingresado, reafirmándose el testigo con que a él "nunca" le llegó a casa la tarjeta del Santander, y que a raíz de estos hechos retiró la cuenta del banco.

Bernardo perdió 1.200 euros que también le fueron sustraídos en distintos movimientos e igualmente accediendo a una tarjeta que tampoco recibió en su domicilio. Al igual, a Rafael R., le realizaron algunos reintegros, en este caso de cantidades que iban de los 40 a los 600 euros hasta llevarse unos 4.000 euros a débito. Tampoco su buzón estaba forzado.

Desde el Banco de Santander le aseguraron que le habían remitido la tarjeta, pero esto le ha causado que desde la propia entidad le "importunaran" en reiteradas ocasiones.

Otra testigo ha sido Tania, amiga del acusado, quien en el momento de los hechos llegó a prestar 1.000 euros al acusado porque tenía problemas económicos y quien se ha mostrado convencida de que su amigo no llevó a cabo estos hechos. "Lo se a ciencia cierta y con el corazón en la mano. Soy psicóloga y tengo mis contactos", ha afirmado sin aclarar más al respecto.

Tampoco ha sabido decir si las imágenes que le ha mostrado la sala sobre una persona en un cajero retirando dinero respondían a las del acusado, tan solo en una de ella ha dicho que se parecía pero que "todo era confuso".

Los hechos se enmarcan entre junio de 2016 y abril de 2017, momento en que el acusado era cartero en la zona de El Casar y en el que, tras apoderarse, supuestamente, de las tarjetas de crédito o débito que diversos clientes, remitidas por la entidad por carta, comenzó la retirada de dinero desde distintos cajeros automáticos situados en Guadalajara, Madrid y Valencia.

También ha prestado declaración Aranzazu R., técnico del departamento de Seguridad de lo que era Bankia. En su caso, para señalar que la calidad de la imagen, en general, de los cajeros, pretende ser la mejor posible porque se usa para identificar a presuntos delincuentes. Según ha dicho, si el encuadre bueno es "muy alta la posibilidad de identificación".

El Ministerio Fiscal ha solicita para el investigado una pena de cinco años de prisión por infidelidad en la custodia de documentos y por un delito continuado de estafa informática.

El juicio se prolongará previsiblemente hasta este viernes 28 de enero.