En abril, José Magaña (Brihuega, 1955) tomó, de manos del obispo Atilano Rodríguez, el encargo de ocuparse de la Secretaría General de Cáritas en Guadalajara, que estaba vacante desde hacía más de un año por el fallecimiento de José Ortega por Covid-19 al inicio de la pandemia. A Pepe, este encargo le sorprendió pero la organización no le era desconocida porque colaboraba y había estado vinculada a ella en distintos momentos de su vida a través de las parroquias, ahora del Centro de Escucha San Camilo y, fuera de esta provincia, como subdirector en Segovia. En estos meses, está empapándose de cómo es la Cáritas Diocesana por dentro para mejorar su funcionamiento y para acercar la estructura técnica y administrativa a la realidad que se vive en cada parroquia. Tiene experiencia en materia de migraciones porque puso en marcha el Centro de Refugiados de Sigüenza y GuadaAcoge. En esta crisis migratoria y en la económica que se derivó de la pandemia opina que se están viviendo nuevos momentos.

¿Cuánto tiempo lleva vinculado a Cáritas en Guadalajara?
A Cáritas Diocesana, desde hace unos meses. Yo he vivido años fuera, en Bélgica y Francia. Volví de Bélgica en el año 2012 y estuve de voluntario en la Cáritas parroquial de la iglesia del Santísimo Sacramento. Estuve los tres o cuatro años que estuve viviendo aquí porque luego nos marchamos a Francia. Cuando regresamos a España, estuvimos viviendo en Segovia y allí también me vinculé a la parroquia como voluntario. Con el tiempo, me nombraron subdirector de la Cáritas Diocesana de Segovia. Volvimos a vivir a Guadalajara a principios de 2020 y yo volví a mi origen, al Santísimo Sacramento y me apunté de voluntario en el Centro de Escucha de San Camilo donde llevo un año y medio. Cuando me llamó el Obispo, fue toda una sorpresa.  

¿Cómo definiría el tiempo que ha transcurrido desde su nombramiento hasta ahora?
Es todavía poco tiempo pero ha sido un tiempo muy interesante porque ha sido de aprendizaje. Estoy aprendiendo la estructura de esta Cáritas Diocesana, los proyectos que tiene en marcha y el conocimiento de las personas que están detrás de estos proyectos, voluntarios y personas, porque las cosas funcionan con su empuje. Hay mucha gente implicada en Cáritas y todavía no puedo decir que conozca a todos. Está siendo un tiempo de aprendizaje muy interesante para mí. 

José Magaña es secretario general de Cáritas en Guadalajara desde abril de este año. - Foto: Javier Pozo

Desde Cáritas Guadalajara, se está trabajando muy intensamente con la situación de la crisis migratoria por el conflicto de Ucrania, ¿cómo valoraría la situación actual?
Mis orígenes en el campo social a nivel eclesial está en este campo de las migraciones. Antes de marcharme al extranjero, puse en marcha el Centro de Acogida de Refugiados de Accem en Sigüenza por el año 1993, y soy también el que creó GuadaAcoge en 1996 y estuve como presidente de la red de acogida, y mi experiencia en Bruselas estaba relacionado con la migración de Latino América. Por el tema de la guerra de Ucrania, creo que desde la salida creo que la situación se ha estabilizado pero cuando se producen estas salidas, hay organizaciones especializadas, y cuando la gente sale lo hace con una mentalidad de volver a casa. Con el tiempo, las cosas se arreglan de otra forma. Aquí, estamos en un periodo distinto que es el de trabajar por la integración de estas personas. El gran trabajo ahora es que puedan vivir serenos, con tranquilidad y con dignidad en nuestro país que tiene una cultura muy diferente a la suya. En ese sentido, Cáritas está implicada. Por ejemplo, tenemos una clase donde damos clase de español para los ucranianos. Estamos en el periodo de trabajar por la integración de aquellos a los que se les va alargando la estancia y quieren pasar de una situación de acogida a una de integración para que puedan trabajar, desarrollar sus capacidades, ganarse la vida por sí mismos. Estamos en un segundo momento.

La organización Cáritas está siempre al lado de los más necesitados, durante y tras la pandemia, se intensificó la actuación porque había más personas que necesitaban ayuda, ¿se ha reducido el número de atenciones o de atendidos?
También aquí diría que estamos en un segundo momento. El programa integral es, sobre todo, el programa de acogida, donde tenemos la entrega de alimentos, el supermercado solidario, y ahí sí se disparó la atención de una media de 200 personas que se atendía a más de 1.200 demandantes. Eso, ha vuelto a la normalidad. Ahora, estamos en un segundo momento y hay otro tipo de necesidades y otras personas que han quedado muy tocadas. Por ejemplo, las personas mayores que viven solas y los problemas de la soledad se han acentuado y se han multiplicado. Pero no solo la tercera edad. La pandemia nos ha ocasionado un problema de desajustes psicológicos con todo lo que tiene que ver el encierro y la falta de relación. En esta pandemia, se ha generado algo muy serio. Estoy en contacto con personas de Bélgica y Francia y no se ha vivido con la intensidad que aquí. En España, además de la enfermedad del Covid se nos ha transmitido el miedo al Covid. Hay una sobrecarga que hay personas que lo han vivido con una angustia que les ha desequilibrado. Miedo a la relación, a sentirse culpables y no ir a ver a sus padres por si les contagia, no ver a los nietos o no ver a los abuelos. Creo que se nos ha transmitido un sentimiento de culpabilidad que creo que ha sido excesivo.

Como secretario general, ¿qué metas se ha marcado para mejorar la organización de Cáritas?
El obispo me llamó para ofrecerme este cargo y siempre he creído que  Cáritas es la organización que pone en marcha la acción sociocaritativa de la Iglesia. Se la considera una ONG, que lo es, pero para mí, el objetivo es reforzar y revitalizar la conexión de la Cáritas Diocesana, donde están los profesionales que trabajan los proyectos, con la base, el voluntariado de las Cáritas parroquiales. Yo vengo con el objetivo de ver si desde Cáritas Diocesana podemos ser motor para las Cáritas parroquiales y, al mismo tiempo, recibir todo lo que es la vitalidad y el sustento de la vida parroquial.

José Magaña es secretario general de Cáritas en Guadalajara desde abril de este año. - Foto: Javier Pozo

La organización Cáritas está de celebración, por su 75 aniversario, ¿se va a realizar algún acto o alguna iniciativa especial en la provincia o en la ciudad para conmemorarlo?
Nos estamos haciendo eco de la campaña nacional. Se visualizará el 75 aniversario en el vermú solidario de la primera semana de septiembre, cerca de las Ferias.

¿Qué lugar cree que ocupa Cáritas Diocesana dentro del mapa de organizaciones sin ánimo de lucro dedicadas a trabajar por los demás?
Cáritas, además de haber sido pionera, porque tenemos presencia propia en Guadalajara desde 1966, está en la avanzadilla. La acción sociocaritativa a nivel global y también en programas punteros. Por ejemplo, estamos dando a conocer proyectos como el Programa de Reciclaje Moda Re o el Programa Accede, que son pioneros.

¿Tiene previsto la puesta en marcha de algún proyecto nuevo?
Estamos impulsando los que tenemos. Moda Re lleva un tiempo pero el objetivo es hacer un cambio en la mentalidad social porque tenemos asociado que lo textil está unido a la moda pero nadie lo relaciona con los residuos, y lo es, y de los más contaminantes. Ahora, empezaremos con el Programa Accede para replantearse la inserción laboral de las personas con más dificultad para acceder al mundo laboral. 

¿Quiere hacer una llamada al voluntariado?
El voluntariado siempre es un reto, te está hablando un voluntario, pero yo animaría a la gente joven a que se comprometa en cuestiones de cambio social porque llena, por la riqueza y la transformación personal que se produce. Los jóvenes suelen ser personas muy disponibles para el voluntariado pero para cosas puntuales. Yo invito a comprometerse con la vida de uno porque eso hace que nos transformemos.