Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


A la búsqueda de cuatro votos

19/06/2025

Las sesiones de control al Gobierno y los plenos del Congreso en general hace tiempo que han entrado en una dinámica en la que los líderes políticos ni se respetan ni respetan a los ciudadanos a los que representan y prefieren la algarada, el bullicio, el grito contrapuesto con el aplauso, que se elevan más que las palabras, apenas audibles. Luego vienen los gestos histriónicos que cada vez más se dan por amortizados.

Que el líder de Vox, Santiago Abascal, abandone el hemiciclo sin esperar la respuesta de Pedro Sánchez a la pregunta que le había formulado, es una muestra de mala educación revestida de indignación por la falta de respuestas y mentiras del jefe del Ejecutivo en otras ocasiones. Pero que la vicepresidenta segunda del Gobierno y dos ministros de Sumar se hayan borrado de la sesión de control para manifestar su distanciamiento con quién les nombró tiene otro carácter político, que debiera ir acompañado de medidas más contundentes si quiere que trasciendan. No es suficiente con plantarse si a continuación no se presenta el calendario para exigir el cumplimiento de las reclamaciones que den visibilidad al 'reseteo' de la legislatura que han demandado y más y mejores explicaciones de las andanzas y su conocimiento del triángulo tóxico, y si todo se queda ahí o el 'caso Cerdán' es la Gürtel del PSOE.

Estas actitudes junto a la de los otros partidos que propiciaron la investidura de Pedro Sánchez son la demostración de que la inestabilidad se ha apoderado de la legislatura y que su duración está en almoneda, pendiente de nuevas revelaciones desde distintos frentes. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo insiste en el Congreso de que le faltan cuatro votos para poder ganar la moción de censura y no descarta contar con ellos. A Feijóo "no le faltan ganas" de acudir a ese mecanismo constitucional, y mira con complicidad hacia la bancada socialista en busca de una posible desafección de diputados socialistas que se encuentren en la línea de los dirigentes territoriales que coinciden con los partidos de la derecha en pedir unas elecciones generales anticipadas.

Por supuesto, parece difícil que mire más a la izquierda para conseguirlos, pero es precisamente Podemos el partido que más decididamente señala que se está ante un cambio de ciclo y que Sánchez no tiene legitimidad para seguir gobernando. Entonces, ¿por qué prolongar la agonía del gobierno que Sánchez define como progresista si cada vez más líderes políticos ya no consideran suficiente la letanía de que es peor la alternativa de que gobierne la derecha y la ultraderecha, un pacto sobre el que ya no hay ninguna duda tras la ponencia política del congreso del PP?

Como pese a todo no se resignan a dar por finiquitada la legislatura hasta que la situación sea aún más insostenible, simultáneamente, desde la izquierda, se hace un llamamiento a aprovechar el tiempo, a utilizar lo que quede de legislatura para acelerar la agenda social, para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y si todavía queda credibilidad para profundizar en la regeneración democrática. Mientras, los independentistas siguen mostrando únicamente interés por el cumplimiento de los compromisos adquiridos con ellos. En el caso de Junts, además, con muestras de su carácter de partido de derechas con la negación de la reducción de la jornada laboral, como le demandan los empresarios catalanes.