Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


La parapraxia

15/05/2025

El acto fallido, el desliz o como queramos llamar al lapsus de Pilar Alegría al llamar 'Ábalos' a Félix Bolaños, cuando estaba anunciando que el ministro de Presidencia iba a emprender acciones legales por la filtración de los mensajes de Sánchez, se ajusta plenamente al concepto freudiano de 'parapraxia', que viene a definir el hecho de haberse producido una interferencia de la parte inconsciente en la mente de la ministra portavoz, precisamente en el momento de estar despejando balones sobre la autoría real del sujeto que filtró los mensajes. La conclusión es que, sin necesidad de profundizar más en el psicoanálisis y conociendo ya a esta gente como la conocemos, no nos cabe duda de que la ministra, en su error de disociación mental, vino a decir lo que verdaderamente estaba pensando, confirmándonos así la autoría del mismísimo Ábalos en tales acciones de filtración y propagación, bien por motivo de despecho, aviso o advertencia a navegantes.
Las filtraciones, con el mandato a Ábalos de marcar y controlar a los barones socialistas críticos, como Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán, Emiliano García-Page y Ximo Puig, ponen de manifiesto un estilo propio de ser, de gobernar, de mandar, una mentalidad totalitaria que impregna todo lo que dice y hace el autócrata en esa incontrolable perversión que busca la sumisión ilimitada a su voluntad. 
La cuestión es que, abierta la veda, no sabemos hasta dónde puede llegar Ábalos. De momento, los últimos mensajes ya nos muestran el interés directo de Sánchez en el rescate de la compañía Air Europa, un hecho que se produce cinco días después de que el propietario de la empresa anunciara que iba a hablar con Begoña Gómez, la amada esposa del presidente, cuyas actividades amadrinaban el persistente intento de agilizar el rescate en la línea efectiva que la empresa le venía demandando. Un rescate que, efectivamente, resultó rápido y fraccionado en dos partes para evitar el control europeo de los fondos. "Meditar y ver cómo enfocar» la operación de rescate, le contestó el innombrable. 
A lo mejor, en una serie de simples mensajes lacónicos de WhatsApp acabamos descubriendo o constatando la maldad seductora, perversa y narcisista de alguien que desarrolla acciones perversas con cálculo frio en la búsqueda exclusiva de sus intereses. El sesgo mental, biológico y psicológico de alguno. Puede que los mensajes nos convenzan de que cuando determinados individuos alcanzan el poder, su único objetivo es ostentarlo, que el bienestar de los ciudadanos les trae sin cuidado. Tal vez Caperucita Roja descubra por fin al lobo feroz en el rostro amable, inofensivo y benévolo de la abuelita. 
En este deslizamiento freudiano de la verdadera voluntad oculta anda el juego. Y también entre petardos, hipócritas, torpes, jodidas y pájaras.