Aunque no lo declaren culpable el en el procedimiento que un juez sigue contra él, es culpable por su comportamiento cuando estuvo de ministro con Rajoy. Mientras nos apretaba a todos con una subida fiscal inaudita e increíble para un partido liberal como el PP, le bajaba los impuestos a quien acudía a su despacho para ser "asesorado".
Toda la sociedad española se ha alegrado de la imputación de Montoro, y cuando digo toda es toda, incluyendo la izquierda, la derecha, la de delante y la de más atrás. Han salido haciendo declaraciones muchos de los afectados por su actuación, y ninguno defendiéndolo. Una cosa común, esperan que sea condenado por su manera de actuar.
Pero más allá del mundo penal, que todos conocemos las posibles salidas para intentar su absolución, incluyendo dilaciones indebidas de la justicia, prescripción, indefensión procesal por algún fallo, etc., la sociedad lo ha condenado. Montó un sistema en la administración tributaria feroz, y sobre todo contra los que habían votado a su gobierno, cuando lo que tenía que haber organizado bien era el Tribunal de Cuentas, porque los españoles no sabemos donde ha ido a parar muchos de nuestros impuestos. Nunca organizó un sistema de control de los gastos, de los que ahora somos victimas todos, ideó la manera de recaudar a lo bestia. Aumentó las entradas sin controlar las salidas que para un ministro de economía hubiera sido fundamental. Durante su periodo la deuda española creció brutalmente, creciendo casi en un 70%. ¿Cómo podía ser que exprimiéndonos el jugo se le fuera entre los dedos?
Y lo que dicen, que de ser cierto es un terrible delito contra toda España, de convertir su despacho supuestamente fiscal en un despacho de tráfico de influencias cobrando por favores a través de dictar leyes o reglamentos para favorecer a quien le pagaba es ya delirio jurídico. Un traidor a su propia política. Nadie ha hablado a su favor en ningún medio conocido. Otra cosa distinta es que este asunto haya salido justo ahora como para neutralizar la situación que rodea al gobierno. Eso es harto sospechoso, pero bueno, si nuestro sistema judicial funciona y consiga que este señor pague por su manoseo legal, nos sentiremos orgullosos. Y luego su altanería, su soberbia, su arrogancia nos abochorna, intimidando a todos los españoles con sus amenazas. ¿A qué español no le tiemblan las piernas cuando recibe una carta de hacienda?
Y hay otra cuestión, que está relacionada con lo que piden los catalanes de tener su hacienda propia. Me refiero a que no sabemos cuantos vascos han sido acusados de fraude fiscal, porque el País Vasco tiene una hacienda propia. Esto es lo que quieren los separatistas, perdonar a quien les interese y castigar al rebelde. Un estilo Montoro clásico. Y para colmo diseñó una amnistía fiscal cuyos beneficiarios nunca se conocieron. Finalmente, el Tribunal Constitucional de entonces echó para atrás.
Con el curriculum que va a atesorar con su imputación, no creo que nadie lo recoja en sus filas. ¡Bolero, anda con él!