Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Los niños

20/05/2025

Hay algunos clubes que los usan por vocación, tradición o convicción en un modelo (Real Sociedad, Celta, Athletic, Osasuna…), pero lo normal es que los niños tengan que esperar a las horas críticas para lucir entre los grandes: llegado el momento de sufrir, los entrenadores detectan un número demasiado elevado de 'mercenarios' y prefieren que esos niños que tanto aman el escudo adquieran la responsabilidad de salvar al equipo. Suele funcionar porque el niño que llega a la élite, incluso a edad tierna, está sobradamente preparado para el reto. Ha quemado tantas etapas como el 'monstruo' de 50 o 100 millones que juega en su posición, y cree que lo único que le separa de ese último peldaño es el apellido. A veces, sospecha, que los grandes clubes empleen a niños en lugar de gastarse una millonada en verano se detecta como un síntoma de debilidad financiera y deportiva. 
No habríamos asistido a la irrupción de Asencio ni al prometedor debut de Jacobo, seguro, si las rodillas de Militao o Alaba no se hubiesen quebrado o si Nacho no llega a elegir el retiro dorado de Arabia. Pero este año hemos comprobado que el viaje de Lamine hacia el estrellato es cuesta abajo, que puedes jugar partidos de gran competencia con Casadó e incluso Bernal iba mejor que él hasta su grave lesión, que Gerard Martín es más que un simple cumplidor y cabalga su banda con descaro. Y todo en un equipo, el campeón de Liga, en el que hace muy poquito dieron la alternativa a Gavi o Fermín o gastaron cinco millones más variables por el 'niño-Pedri', tres futbolistas consolidados de 20, 21 y 22 años, respectivamente. Abran paso a los niños. Esa sangre fresca, esa mente despejada y esas ganas de divertirse son excitantes en un fútbol que, en ocasiones, es demasiado 'adulto'.