Un rincón repleto de encanto a la ribera del río Sorbe

Inmaculada López Martínez
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Razbona es el perfecto mirador para contemplar el Pico Ocejón, la Muela de Alarilla y el valle del Sorbe, el río que siempre marcó el devenir de esta pequeña pedanía de Humanes

Panorámica del río Sorbe a su paso por la localidad de Razbona. - Foto: Javier Pozo / Archivo

El retrato urbano de Razbona es pequeño y uniforme a la par que agradable y acogedor. Apenas cuatro calles amplias vertebran las casas bajas y con patio tan propias de esta pedanía campiñera, que también alberga algunos chalés y viviendas unifamiliares de más reciente construcción en las afueras. No obstante, lo que hace especial y única a Razbona son sus vistas. Su privilegiada ubicación la convierte en un balcón de paisajes naturales de incomparable belleza.

El Mirador del Viso, en la Plaza Mayor, ofrece una excelente panorámica del valle del río Sorbe, que pasa por Razbona poco antes de desembocar en el Henares. Además, se divisa el Pico Ocejón,  la Muela de Alarilla y el cerro de Hita. El propio Mirador del Viso hace las veces de parque infantil, con una fuente de cuatro caños en forma de cruz. Además, la Plaza Mayor acoge la pequeñita y coqueta iglesia de Nuestra Señora del Viso, patrona de la localidad, y el Centro Social, principal espacio de ocio y reunión de los razboneros. También es la sede de la Asociación Cultural Raudo, promotora de las fiestas patronales, que se celebran el primer fin de semana de agosto, y de otras actividades lúdicas que se organizan en la localidad. Asimismo, en el ámbito festivo, destaca la botarga, que hace su aparición en fechas cercanas al 25 de enero por la festividad de San Pablo, patrón de la localidad. Como el resto de las manifestaciones botarguiles de la provincia, esta tradición está declarada como Fiesta de Interés Turístico Provincial y Regional.

En el otro extremo del casco urbano se encuentra la ermita de la Soledad y las eras que hacen las veces de campo de fútbol para los niños que acuden a veranear a esta  pedanía de Humanes, escasamente poblada durante todo el año. 

Pero, sin duda, el tesoro más valioso de Razbona es la ribera del río Sorbe. Un camino de poco más de dos kilómetros baja desde el casco urbano hasta la orilla, donde también existe una pequeña urbanización con una veintena de casas de campo. Uno de los rincones de baño preferidos por los razboneros, de acceso algo complicado, es la bella Poza del Tío Santos, desde donde parte la popular y escarpada cueva de la Zorra. Otro de los acceso al río es la explanada del camping, una zona de baño mucho más accesible conocida por ese nombre porque hace varias décadas albergaba una zona de acampada.

Por último, hay que reseñar la rica variedad de especies, tanto acuíferas como vegetales, que el río Sorbe obsequia a su paso por Razbona, sin duda, un rincón perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza.