"Tenemos capacidad brutal para mejorar la vida de la gente"

Belén Monge Ranz
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Carlos Benito es fisioterapeuta y propietario de la clínica que lleva su nombre. A su centro llegan todo tipo de pacientes, la gran mayoría, por dolor, y entre ellos, bastantes deportistas y también demasiados trabajadores de logística

Carlos Benito, fisioterapeuta, nos recibe en su clínica en Guadalajara - Foto: Javier Pozo

Le asiste formación, destreza manual, fuerza física, empatía y ética,  cualidades importantes en el trabajo que realiza Carlos Benito (abril 1978, Guadalajara) en su clínica de fisioterapia. Su pasión por el deporte le llevó en un momento de su vida a sentirse atraído por una disciplina de la Salud que hoy se encuentra totalmente integrada en centros médicos, geriátricos, y cada vez en más gimnasios.  

Su actividad profesional sigue actualmente muy liada al deporte de Guadalajara. Por su consulta pasan a diario deportistas de elite y amateur, al margen de pacientes de todo tipo de profesiones; entre ellas, un gran número de empleados en el sector de la logística.      

¿Fue la Fisioterapia su primera opción profesional?

Carlos Benito, fisioterapeuta, nos recibe en su clínica en Guadalajara Carlos Benito, fisioterapeuta, nos recibe en su clínica en Guadalajara - Foto: Javier PozoNo fue una elección vocacional de temprana edad, entre otras cosas porque entonces casi no sabía aún la función de un fisioterapeuta. Sin embargo, lo vi como una profesión vinculada al deporte y empecé a enamorarme de ella después de terminar la carrera y realizar un máster en Osteopatía. Ahí descubrí las posibilidades de esta disciplina. 

Hoy en día,  rara es la agenda en la que no figura el teléfono de un fisioterapeuta.

Es una disciplina que ha evolucionado mucho y sus resultados son cada día mejores. Cada vez abarcamos más campos y la gente empieza a estar concienciada de lo que puede tratar un fisioterapeuta. Tenemos una capacidad brutal para mejorar la calidad de vida de las personas, que día a día están más concienciadas de que pueden acudir al fisio a que les mejore un dolor de rodilla, de hombro o de estómago, algo que hace años no se sabía. Antes no venía nadie por un dolor de cabeza, ahora sí. Una de las terapias que cada vez tiene mayor evidencia científica es el ejercicio terapéutico y dirigido para tratar casi todos los problemas musculoesqueléticos. Además de contribuir a aliviar dolores, soluciona lesiones. Y los ejercicios de fuerza son también fundamentales para evitar el riesgo de caídas. Solo andar, no es suficiente.

 ¿Ve posible que un robot les sustituya a corto plazo? 

Ahora, no. Lo que no sé es si en un futuro una máquina va a poder prescribir ejercicios, pero el trabajo manual de camilla aún no lo puede hacer un ordenador. No lo veo posible. Sí se usan las gafas de realidad virtual para tratar ciertas patologías. 

Una disciplina para estar constantemente al día. 

En los últimos 20 años, la Fisioterapia en España ha experimentado una evolución increíble. Creo que hoy no utilizo ninguna de las técnicas que aprendí en la carrera. Todos los profesionales de la Salud estamos en formación continua porque los avances son muy rápidos. 

¿Cómo surgió montar su propia clínica: el Centro de Fisioterapia y Osteopatía Carlos Benito?

Tras finalizar la carrera tuve la oportunidad de trabajar en un balneario, en Valencia, pero a los pocos meses me vine ya al Deportivo Guadalajara. Lo compaginé con pacientes privados a domicilio y estuve también en una residencia de mayores. En el 2008 monté mi propia clínica. 

En el ámbito privado es donde he encontrado la manera de desarrollarme profesionalmente. Si me tuviera que definir como especialista en algo sería en fisioterapia invasiva y deportiva.  

¿Creo que tiene entre sus pacientes a bastantes deportistas vinculados Guadalajara?

Mi actividad profesional siempre ha estado muy cercana al deporte de Guadalajara. He trabajado como fisioterapeuta con el Deportivo, el Balonmano, el Grupo de Salvamento y Socorrismo, y ahora tengo el privilegio de trabajar con el grupo de deportistas que entrena el exsaltador Iván Pedroso como es el caso de Ana Peleteiro, Yulimar Rojas, o Jordan Díaz. Aquí tenemos el grupo de saltos más importante del mundo, con más de una decena de deportistas de primerísimo nivel.    

¿Qué tipo de lesiones llegan a la clínica con mayor frecuencia?

En deportistas, las patologías de rodilla, y, en general, las de hombro, lumbalgías, dolores de espalda... Tengo muchos pacientes  del sector de la Logística que vienen con fascitis plantar, dolores de cuello y de espalda. Son gente que camina muchísimo con calzado de seguridad que suele ser muy duro. Los tratamientos suelen ser rebeldes. Las empresas deberían plantearse mejorar ese calzado y también la rotación en los puestos de trabajo para evitar este tipo de lesiones. Creo que iría a su favor y habría menos bajas. En todo caso, al centro vienen todo tipo de  pacientes de muy diversas profesiones: peluquería, jardinería, enfermería, medicina, periodistas...  

¿Supongo que acabar con el dolor del paciente es el cometido fundamental de un buen fisio?

La mayoría de la gente que acude a mi clínica es porque tiene dolor. Su abordaje ha evolucionado mucho en los últimos años, pero he de insistir en que el ejercicio debería ser un pilar de nuestra vida ya que con ello se mejora la calidad de vida y se alivian dolores. Hay que sacar tiempo y ganas.  

¿Son las manos de un fisioterapeuta su principal herramienta?

Depende del perfil y de la especialidad y terapias elegidas. Los hay que solo prescriben ejercicios con unos resultados maravillosos, los que solo hacen terapia manual, y los que practican la fisioterapia invasiva. Dicho esto, está bien tener cierta sensibilidad, aunque se puede entrenar.

¿Qué papel juega la fuerza?

La mayoría de las terapias no requieren especial fuerza. He visto chicas de 50 kilos que se las apañan para hacerlo fenomenal. En todo caso, hay disciplinas como la fisioterapia pediátrica para las que no se precisa fuerza.

¿Cuáles son las debilidades y fortalezas de Carlos Benito?

 Todos terminamos desarrollando una metodología propia en función de afinidades, formación, sensibilidad... En mi caso, intento ver el bosque desde arriba y no solo una ramita del árbol. He tocado diferentes terapias y me considero capaz de dominar herramientas distintas de forma eficaz, de abordar el problema, y de elegir la que mejor conviene para cada paciente. En cuanto a debilidades, entiendo que es enriquecedor trabajar en equipo, pero reconozco que no trabajo bien. 

¿Qué importancia le otorga a la primera toma de contacto terapeuta-paciente?

Es vital generar confianza en el paciente para que sea más receptivo y responda  mejor a cualquier terapia. El interrogatorio inicial o anamnesis es superimportante. En él se extraerá el 80% del problema para poner en contexto la lesión. Luego vendrá la exploración, el tratamiento y la reevaluación. 

¿Hay alguna terapia con la que se sienta especialmente identificado?

La visión osteopática, que es una visión global de cuerpo. La uso como premisa antes de tratar a nadie. También la inducción miofascial y la fisioterapia  mínimamente invasiva.

¿Ha rechazado algún caso?

Más bien he derivado al médico cuando la respuesta al tratamiento no es la esperada, o cuando  he visto que puede haber algún problema más complicado. 

¿Alguno de los casos más desafiantes a los que se ha enfrentado en estos más de 20 años de profesión?

Los tengo a diario. Trato a unos diez pacientes al día y cada uno tiene un problema diferente. Me viene mucha gente con patologías crónicas. Llevan años con dolor y, sin duda,  es un desafío encontrar el factor de perpetuación porque algo raro está pasando ahí.  Además, tomar conciencia del problema que uno tiene puede ser superterapéutico. A veces, dar solución a un conflicto emocional puede contribuir a mejorar el dolor un montón. Conozco  el caso de una persona que llevaba 30 años con migrañas y a la semana de divorciarse le desaparecieron.

Ámbito público y/o ámbito privado. ¿Chocan?

Me consta que hay fisioterapeutas muy buenos en la Seguridad Social pero, quizá, en el ámbito público hay una asignatura pendiente que pasa por mejorar la fórmula coste-efectividad. Un reto que no es nada fácil, pero creo que, quizá, la vía sería hacer tratamientos de menos sesiones y más tiempo con cada paciente. Pienso que eso mejoraría el coste-efectividad de los mismos. En mi caso, soy yo quien pongo los horarios, las terapias y el tiempo que creo que necesita cada persona. 

¿Genera mucho estrés su trabajo?

 Tendemos a trabajar muchas horas, y a veces no es por el rédito económico sino porque empatizas con el paciente que te llama fuera de hora y te pide que le atiendas porque tiene mucho dolor y quieres evitárselo. 

Por último, ¿existe una lesión tipo en su profesión?

Dependerá de terapia que ejerza cada terapeuta. Yo no me he lesionado nunca (risas).