El quinto contenedor llegará a toda la provincia antes de 2024

Inmaculada López Martínez
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Tras su implantación en la capital en diciembre de 2021, los nueve municipios de la Mancomunidad Vega del Henares son los siguientes en instaurar la línea de reciclaje de la materia orgánica

Los contenedores de materia orgánica se instalaron en Azuqueca de Henares a mediados de este mes de octubre. - Foto: Javier Pozo

La recogida selectiva y el reciclaje de la materia orgánica (restos de comida y vegetales de pequeño tamaño, fundamentalmente) es una necesidad presente y urgente en las agendas de los ayuntamientos, las mancomunidades, los consorcios y en el resto de organismos competentes en la materia. 

España, como estado miembro de la Unión Europea (UE), se enfrenta al reto de reciclar el 60 por ciento de los residuos municipales antes de 2030. La regulación europea, avalada por la Ley 22/2011 de ámbito nacional, también busca reducir al 10 por ciento los residuos que acaban en los vertederos y que contaminan el suelo, el aire y el agua. Para cumplir con este objetivo, la Ley 7/2019 de Economía Circular de  Castilla-La Mancha estableció, entre otras medidas, la necesidad de que antes del 31 de diciembre de 2021 todos los municipios de más de 50.000 habitantes tenían que haber introducido la recogida selectiva de biorresiduos y que, antes del 31 de diciembre de 2023, deben de hacerlo el resto de localidades. Respondiendo a esta directriz, Guadalajara fue el primer municipio de la provincia en implantar esta nueva línea de reciclaje. En concreto, fue en diciembre de 2021 cuando comenzaron a prestar servicio los 450 contenedores de color marrón instalados por el Ayuntamiento en la ciudad y en los barrios anexionados.

La Macomunidad Vega del Henares (MVH) es el siguiente organismo público de la provincia que ha hecho los deberes en esta materia. Desde comienzos de octubre, se encuentra colocando los contenedores destinados a biorresiduos en los nueve núcleos urbanos que agrupa. Según detalla su presidente, Rafael Esteban, hasta el momento, son cinco las localidades mancomunadas que ya cuentan en sus calles con estos nuevos depósitos (Azuqueca de Henares, Marchamalo, Yunquera de Henares, Chiloeches y Fontanar) y hasta principios de noviembre quedarán instalados en las cuatro restantes (Quer, Alovera, Cabanillas del Campo y Villanueva de la Torre) hasta llegar a los 657 en su conjunto. «Reciclar la materia orgánica es un reto, una ardua tarea que no podemos dejar de hacer no sólo para cumplir con los estándares que nos marca la UE y los objetivos de la Agenda 2030 sino también por nuestro compromiso con el medio ambiente», señala Esteban. «Necesitamos que se utilice ese quinto contenedor lo máximo posible y vamos a hacer mucho hincapié con una campaña de concienciación», avanza. 
En este sentido, el también alcalde de Marchamalo explica que se han repartido dípticos informativos en los más de 36.000 hogares que aglutina la MVH y que se van a serigrafiar todos los contenedores con pegatinas «mucho más didácticas para saber con claridad en qué contenedor hay que depositar cada residuo». Asimismo, se impartirán charlas en colegios, en asociaciones y «en los entornos donde realmente hace falta que se vaya introduciendo una conciencia clara del reciclaje».

Los contenedores de materia orgánica se instalaron en Azuqueca de Henares a mediados de este mes de octubre.Los contenedores de materia orgánica se instalaron en Azuqueca de Henares a mediados de este mes de octubre. - Foto: Javier Pozo

Las previsiones de la MVH es recoger unas 2.600 toneladas de materia orgánica de aquí a lo que queda de año e ir aumentando esta cifra progresivamente hasta alcanzar las 6.000 toneladas anuales en el plazo de una década, cuando se estima que la población global de los nueve municipios de la MVH supere los 90.000 habitantes. En la actualidad, las localidades de este órgano mancomunado generan unas 28.275 toneladas al año de residuos procedentes del contenedor gris (donde hasta ahora se introducían los biorresiduos junto con la fracción resto). «Lo que pretendemos es que gran parte de lo que ahora se tira al contenedor gris, vaya al marrón». Y es que, tal y como recuerda Esteban, casi el 40 por ciento de los residuos que se generan a nivel doméstico son desechos orgánicos. «Si reciclásemos bien no sólo nos costaría menos a el tratamiento de residuos a los ayuntamientos y mancomunidades sino que la afección al medio ambiente sería mucho menor», advierte.

Consorcio Provincial

En la misma línea de opinión se muestra Francisco Pérez Torrecilla, diputado provincial responsable del Consorcio Provincial para la Gestión de Residuos Urbanos. «Cuanto peor reciclamos, mucho más caro es el tratamiento de los residuos y eso repercute en los costes del Consorcio, en los ayuntamientos, en las mancomunidades y, al final, en los ciudadanos. Todos tenemos que concienciarnos de que si cada residuo lo metemos en su correspondiente contenedor, incluido el nuevo de materia orgánica, su tratamiento será mucho más sencillo y será bueno en términos económicos y ecológicos», argumenta. 
En lo que respecta a la gestión de los biorresiduos en la planta de tratamiento de Torija, Pérez Torrecilla confirma que «se están renovando todos los sistemas necesarios» para adaptarse a la creciente recepción de materia orgánica ya que, según establece la normativa, todos los municipios de la provincia tendrán que tener instalado el quinto contenedor antes de 2024.
Sobre esta cuestión, el diputado destaca la reciente inversión de 900.000 euros que la Diputación ha realizado en esta planta y que ha permitido, entre otras medidas, instalar una trituradora de podas y biorresiduos (con capacidad de tratamiento de 45 toneladas por hora), separadores de hormigón para esta misma fracción y nuevos biofiltros. A ello hay que sumar los más de seis millones de euros que la institución ha invertido, tres de ellos procedentes de fondos Feder, en la adquisición de nueva maquinaria y dispositivos para mejorar la línea de tratamiento y selección de todos los residuos y que, en estos momentos, está en fase de pruebas.

Cifras

En la actualidad, la planta de tratamiento de Torija recibe unas 250 toneladas de biorresiduos al mes, básicamente procedentes de la ciudad de Guadalajara, los cuales se transforman en compost. Entre 2018 y 2022, cuando esta línea de reciclaje todavía se encontraba en fase de pruebas, se recogían tan sólo entre 15 y 35 toneladas al año. «De cuando se empezó a probar esta línea de reciclaje a su implantación ya obligatoria en la ciudad, se ha notando muchísimo», corrobora Francisco Pérez Torrecilla. 
En lo que compete al Consorcio Provincial de Residuos, el diputado responsable también confirma que para el Servicio Provincial de Recogida (al que están adscritos 68 municipios) ya se está gestionando la adquisición de contenedores marrones para implantar la recogida de la materia orgánica antes de final de año, una tarea que también habrán de realizar el resto de ayuntamientos y mancomunidades.