El curso 2022-2023 será inolvidable para Lucía Gordón Martínez. Con tan sólo 16 años, esta joven guadalajareña disfrutará de una estancia de 10 meses en Canadá con todos los gastos pagados gracias a su empeño, esfuerzo y talento. Y es que Lucía es una de las 400 estudiantes españolas, la única de la capital alcarreña, que ha sido beneficiaria de la última convocatoria del programa de becas de la Fundación Amancio Ortega, cumpliendo así con una de sus máximas aspiraciones personales. «Desde que era pequeña tenía la ilusión y el sueño de irme a estudiar fuera de España un curso. Durante la etapa de Primaria no lo pensé mucho, pero cuando ya estaba en la ESO, una amiga del pueblo se fue a hacer cuarto a Canadá y fue entonces cuando me lo planteé más en serio», cuenta.
Las posibilidades económicas familiares no permitían a Lucía poder costearse un viaje de estas características por su cuenta, por lo que decidió «ponerse a investigar» para ver qué otras posibilidades y ayudas existían. Así fue cómo conoció la iniciativa filántropa que el fundador del Grupo Inditex lleva a cabo desde 2010 con el objetivo de fomentar y premiar la excelencia académica. En concreto, esta sustanciosa beca financia todos los servicios necesarios para realizar un curso escolar en Canadá o Estados Unidos (viaje de ida y vuelta, tasas de escolarización y matrícula en un instituto público, alojamiento y manutención en una familia anfitriona, seguro médico y de accidentes, convalidación del curso académico y una pequeña asignación mensual para gastos), por lo que se convertía en la «opción perfecta» para esta estudiosa joven.
Tras una interrupción de dos años por la pandemia, el pasado septiembre, la Fundación Amancio Ortega retomaba este programa justo en el momento en el que Lucía podía optar al mismo por estar dirigido a estudiantes de cuarto de la ESO, el nivel que ella estudia en el IES José Luis Sampedro. «Las becas son para hacer primero de Bachillerato en el extranjero porque consideran que es la edad justa para irte ya que eres lo suficientemente adulto como para ser responsable y para disfrutarlo». Aparte de Lucía, otros 11.000 estudiantes de toda España enviaron su solicitud para participar en esta convocatoria. Tras superar el primer filtro (basado en el expediente académico y en la renta familiar), esta simpática adolescente tuvo que enfrentarse a un examen escrito de inglés junto a los otros 1.200 preseleccionados. Gracias a la magnífica calificación conseguida en esta prueba, Lucía pudo acceder a la fase final de del proceso consistente en el envío de un vídeo sobre ella misma y una entrevista personal, parte en inglés y parte en castellano. «La entrevista me salió bien, pero estaba muy nerviosa».
Diferentes imágenes de Lucía en su domicilio de la ciudad de Guadalajara. - Foto: Javier PozoDespués de varias semanas de larga espera, el pasado enero, Lucía recibía la mejor noticia de su vida: una de las becas era para ella. «Fue una alegría tremenda, no me lo podía creer y encima me tocó Canada que era el destino que prefería», recuerda emocionada.
Suele decirse que las cosas no ocurren en la vida por casualidad y, sin duda, cualquiera que conozca a esta brillante joven sabe que esta beca es la merecida recompensa a un largo camino de trabajo y dedicación. «Desde que era pequeña ella pensaba en esta beca, ha luchado, ha estudiado para prepararse y lo ha conseguido», afirma con orgullo su madre, Paqui Martínez.
Lucía siente atracción especial por la cultura asiática ya que es natural de China, país donde fue adoptada por sus padres españoles cuando tenía ocho meses. Unos años antes, habían realizado el mismo proceso con su hermana Ana, cuatro años mayor que ella y quien, en estos momentos, se encuentra disfrutando de una beca Erasmus en Italia. «Ha sido una lucha toda la vida y sentimos que conseguir esto es un éxito de las tres. Estamos locas de contentas», confiesa Paqui. Será a finales de agosto cuando Lucía cogerá el avión rumbo a Canadá. En breve, le adjudicarán su familia de acogida y podrá tener un contacto previo vía telefónica o virtual. «En la reunión que tuvimos los padres con la organización, nos explicaron que podía ser una familia monoparental, numerosa, musulmana, cristiana, los perfiles son muy diversos, pero Lucía no tiene ni problemas ni prejuicios, le da lo mismo», señala Paqui.
Diferentes imágenes de Lucía en su domicilio de la ciudad de Guadalajara. - Foto: Javier PozoCONVIVENCIA
Tras ese primer contacto con los padres, Lucía tuvo ocasión de participar, el pasado fin de semana, de dos días de convivencia en Madrid con una parte de los 400 becarios seleccionados. Además de explicarles los pormenores del programa, los responsables de la Fundación Amancio Ortega les ofrecieron sesiones de coaching para aprender a gestionar sus emociones de cara a esa larga estancia en el extranjero. «Nos dijeron que el aprendizaje del inglés y los estudios son importantes, pero sobre todo, que lo disfrutemos. Que intentemos pasar la curva de la adaptación y el choque cultural lo antes y mejor posible, que es el momento de bajón más difícil, y que luego lo disfrutemos», resume. Precisamente, ésa es la filosofía con la que Lucía se enfrenta a esta emocionante aventura.
Sabe que echará de menos a su familia, a su perrito Budi, a sus profesores y compañeros de instituto, las excursiones semanales por los pueblos de la Guadalajara rural, su ukelele y su piano (instrumentos que toca de manera autodidacta), su querido pueblo Sacedón, los paseos por el campo, ese tiempo de calidad que tanto le gusta tener con sus amigos, los ratos de lectura de temática fantástica y mitológica en el salón de casa junto a su madre y tantas otras pequeñas grandes cosas que a Lucía le apasionan. Pero también es consciente de que hay trenes que sólo pasan una vez en la vida y que hay cogerlos. El destino del suyo ya está escrito: Canadá.
PRESTIGIOSO PROGRAMA
El Programa de Becas de la Fundación Amancio Ortega ofrece «una experiencia académica y personal única» que, desde su creación en 2010, ya han disfrutado más de 3.500 estudiantes de Primero de Bachillerato de toda España. Durante un curso completo, los becarios del programa asisten a clase en un centro educativo local y conviven con una familia anfitriona. Esta integración completa en la vida escolar de Canadá o Estados Unidos (los dos países donde se distribuyen los 400 estudiantes becados) les permite desarrollar al máximo su dominio del inglés y, a partir de todos los recursos que la beca pone a su disposición (clases, actividades extraescolares, familia, comunidad), «vivir una aventura inolvidable a lo largo de los diez meses de estancia», según explican fuentes de la organización.
Tras dos años suspendido por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia del Covid, esta prestigiosa convocatoria de becas se ha retomado para el curso 2022-2023 registrando más de 11.000 solicitudes de alumnos y alumnas de toda España.
Diferentes imágenes de Lucía en su domicilio de la ciudad de Guadalajara. - Foto: Javier PozoEl primer filtro del exigente proceso de selección de este programa impulsado por la Fundación Amancio Ortega (fundador y alma máter del grupo Inditex) se basa en el expediente académico de los aspirantes (han de tener una calificación mínima de siete en tercero de la ESO)y en el nivel de renta familiar, que aporta el 60 por ciento del baremo final ( (a menor renta, mayor puntuación).
Tras una primera criba, los 1.200 estudiantes seleccionados para la segunda fase tuvieron que enfrentarse a un examen de inglés y los mejores calificados a una entrevista personal tras lo que, finalmente, fueron elegidos los 400 jóvenes afortunados, 100 de ellos de Galicia (la tierra de Amancio Ortega) y los 300 restantes de otras comunidades autónomas.