El Tàpies más complejo, monumental y actual

EFE
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El Museo Reina Sofía inaugura una muestra que pone en valor la vigencia del pintor con 200 de las 9.000 piezas que creó en su carrera y que también viajará a Barcelona este verano

Vista de la obra ‘7 de noviembre’ en el montaje que ocupa la cuarta planta del Museo Reina Sofía - Foto: EFE

Este es su año y el Museo Reina Sofía  va a ser el primero en rendir homenaje a Antoni Tàpies por el centenario de su nacimiento. Y no podría ser de otra manera que con una gran y compleja exposición dedicada a uno de los artistas españoles más importantes del siglo XX. Dos centenares de piezas que ponen en valor la vigencia y relevancia del artista catalán.

Antoni Tàpies. La práctica del arte recala en Madrid desde hoy y hasta el 24 de junio, tras exponerse en el Bozar de Bruselas y, en verano, viajará a la Fundación que lleva el nombre del artista de Barcelona, pero es en Madrid donde, por las dimensiones del espacio, tiene su versión más grande y completa.

El museo de la capital ha permitido reunir las piezas más grandes e importantes del prolífico artista, que llegó a crear cerca de 9.000 obras a lo largo de su carrera. 

«Tàpies es una figura monumental, enorme (...) que ahora tiene todo el sentido o más que en su época», explicó el comisario Manuel Borja-Villel y uno de los expertos nacionales en la obra del pintor.

«Hay muchas maneras de definir a Tàpies, cada día tiene algo nuevo que decirnos, pero creo que es en su conversación sobre la vida y la muerte, la que estremece todo lo demás: el amor, la poesía o la política», explicó Inma Prieto, directora de la Fundación Tàpies.

La práctica del arte revisa toda la trayectoria del artista, desde sus orígenes marcados por la herencia de las vanguardias históricas, a su experimentación con la materia, su reconocimiento internacional, su compromiso político antifranquista y sus últimos años, marcados por la muerte y la enfermedad.

Asociado a la abstracción y al informalismo de posguerra por sus rasgos expresionistas, Borja-Villel, que le conoció personalmente, recordó que «se enfadaba» cuando le preguntaban si era figurativo o abstracto: «Él era las dos cosas a la vez».

Las primeras salas exponen su producción más joven, marcada por una enfermedad que le hizo permanecer convaleciente entre 1942 y 1943 y en los que descubrió la pintura de manera totalmente autodidacta. Es en 1953 cuando experimenta un punto de inflexión y comienza a incorporar texturas densas a sus pinturas que le dan madurez artística y proyección internacional. 

Con solo 38 años, el Guggenheim de Nueva York le dedicó una importante antológica. De hecho, el museo neoyorquino y colecciones de todo el mundo han prestado obras para esta muestra, que dedica varias salas a facetas menos conocidas del su trabajo con papel y cartón. 

«Es una exposición que no se puede fotografiar. Lo siento instagramers, hay una serie de matices que exigen la presencia en la sala», ahondó Borja-Villel, en referencia a la relación de unas obras con otras. «Tàpies es una figura monumental, enorme, espero que se refleje en esa exposición», concluyó con orgullo el comisario.