Novak Djokovic dejó sin premio este domingo a un Carlos Alcaraz monumental, que anuló cuatro bolas de partido, y perdonó una a favor, en un duelo en el que sólo se rindió en el desempate del tercer set (5-7, 7-6(7) y 7-6(4)) después de 3 horas y 49 minutos del encuentro más largo de la historia del Masters 1.000 de Cincinnati.
El serbio puso sus manos en su tercer título en Cincinnati, donde había perdido cinco de sus siete finales, y se tomó la revancha tras la derrota sufrida en la final de Wimbledon, cuando Alcaraz ganó el segundo 'grande' de su carrera.
La forma en la que el serbio se lanzó al suelo para celebrar el punto de la victoria explica el nivel de intensidad alcanzado en esta final.
Tres horas y 49 minutos de magnífico nivel tenístico entre una leyenda y un talento con un presente ya brillante y un futuro dorado por delante. Había más de quince años de diferencia entre Nole y Carlitos, pero en el campo reinó la igualdad en una batalla para la historia de este deporte.
Porque terminó ganando Djokovic en el tercer set, pero pudo ganar Alcaraz en el segundo, cuando no logró aprovechar una bola de partido con 6-5 en el desempate.
Alcaraz, a un paso de la gloria
El murciano, que buscaba ser el tercer español campeón en Cincinnati tras Carlos Moyá (2002) y Rafa Nadal (2013), perdió la primera final de su carrera en un Masters 1.000 tras coronarse en Miami y Madrid 2022 y en Indian Wells y Madrid de este año.
Recibió las sentidas felicitaciones de un Djokovic agotado al acabar el partido y, pese a reconocer que le costaba contener las lágrimas, Alcaraz se despidió de la central con una sonrisa y consciente de que dejó hasta la última gota de sudor en la pista.
Nole y Carlitos fueron protagonistas de una nueva batalla espectacular. Si es posible, ésta con una calidad tenística incluso superior a la de Wimbledon. Ambos lucieron un nivel estelar.
Y si en Wimbledon Alcaraz tuvo un comienzo traumático, con un 1-6 en apenas 34 minutos, en el cemento de Cincinnati Carlitos arrancó con convicción. Conectó dos saques ganadores para abrir su turno y tuteó a Djokovic en cada punto.
El serbio aprovechó el único momento de indecisión del murciano para ponerse una rotura arriba, pero Alcaraz cambió el guión, la recuperó de forma inmediata y logró otra con 5-5 para llevarse el primer set pot 7-5 tras una hora de batalla.
Bola de partido
Como suele hacer, Djokovic regresó a los vestuarios. Alcaraz se quedó en su banquillo manteniendo la concentración y esperó parado, en su campo, el regreso del serbio.
La reacción de Djokovic duró un juego, contundente con el saque, pero en su segundo turno cometió tres dobles faltas y ofreció dos bolas de rotura a Alcaraz. El número uno del mundo convirtió la segunda y dio un golpe al partido. Su rival pidió asistencia médica, aunque sólo por pocos segundos.
No se trataba de nada serio y el serbio volvió a la pista pisando el acelerador. Con un gran tenis se ganó una primera bola de rotura, sin poderla aprovechar, pero en el 2-4, consiguió un 'break' para volver a equilibrar el partido. Alcaraz le siguió tuteando y forzó el desempate, en el que alcanzó su bola de partido con 6-5.
Djokovic, con su servicio, la anuló y logró forzar el tercer set (9-7). Partido nuevo y, una vez más, tras dos horas y 18 minutos de contienda, tercer set para Alcaraz.
Un encuentro de boxeo en el tercer set
El nivel aumentó a medida de que crecía la tensión. Como dos boxeadores, Djokovic y Alcaraz intercambiaron golpes tremendos. Rompió el serbio con 3-3 y se escapó 5-3. El murciano, aparentemente tocado, encontró en el tanque las fuerzas para darse otra oportunidad. Anuló dos bolas de partido con el 3-5 y otras dos en el 4-5, con Djokovic al saque.
Su derecha pasante para anular bola de partido en el 3-5 puso de pie a los espectadores. El 'drive' que conectó para anular la cuarta también dejó boquiabierto al público.
Encadenó tres juegos seguidos y Djokovic envió el partido al desempate. Alcaraz remontó un 0-3 y se fue a sentar con 3-3 en el marcador tras una volea de pura clase.
Fue sólo en ese momento cuando Djokovic dio el golpe al partido. A base de saques se colocó arriba 6-4 y, en la quinta bola de partido, consiguió un triunfo épico.
Tras lanzarse al suelo, se levantó y regaló su raqueta a un aficionado. Se quedó sin trofeo Alcaraz, pero su primer partido en superficie rápida contra Djokovic dejó igualmente señales para su optimismo de cara a la defensa del título en el Abierto de Estados Unidos.