La llave de Puigdemont

R. Mateos (EFE) - E.P.
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Junts dirime las ventajas e inconvenientes de abrir a Sánchez de nuevo la puerta de Moncloa. A favor está recuperar la influencia perdida. En contra, el cabreo de los secesionistas radicales

El expresidente de la Generalitat es eurodiputado del Parlamento Europeo. - Foto: Europa Press

El pactómetro echa humo desde la misma noche del 23-J, cuando ya se atisbaba que el partido del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont se convertía en la llave de la gobernabilidad, pero ¿podría y por qué puede tener la tentación de bloquear la investidura y forzar una repetición electoral? La formación independentista deshoja estos días una margarita de argumentos a favor y en contra que empieza con un pétalo favorable, el de tener la oportunidad de recuperar la influencia perdida como partido. Investir a Pedro Sánchez sería una oportunidad de oro para parecerse a lo que antaño representaba CiU en Madrid y que en los últimos tiempos había ejercido ERC.

En él no me quiere de esta flor, estaría mantener la coherencia de su discurso. «Sánchez no será presidente con los votos de Junts». Con estas fulminantes palabras, Puigdemont parecía cerrar la puerta a un acuerdo durante la campaña.

No todos en Junts recibieron con agrado la contundencia de esa afirmación, que si se toma en su literalidad les deja un margen casi nulo para negociar la investidura, si quieren mantener la coherencia, aunque ni siquiera un perfil tan poco proclive a hacer concesiones a los socialistas como la cabeza de cartel en las elecciones generales, Miriam Nogueras, llegó tan lejos en sus discursos.

Otro argumento a favor de mantener a Sánchez en la Moncloa: hacer palanca para conseguir avances en la carpeta nacional. Amnistía y autodeterminación es el precio que ha puesto JxCat, unos objetivos imposibles de alcanzar si han de traducirse en una ley de amnistía y un referéndum que los socialistas ya han descartado.

Sin embargo, la fuerza negociadora de JxCat puede permitir poner sobre la mesa avances que en el pasado no fue capaz de arañar -en 2020, presionó sin éxito para añadir un «mediador» o «relator» a la mesa de diálogo- y explorar vías para obtener unos efectos similares a los de una amnistía.

¿En contra? La presión del independentismo irreductible. Uno de los flancos que más presionan para bloquear la investidura es el sector representado por una ANC que está gestando un cuarto espacio soberanista -además de ERC, JxCat y CUP- al que podría sumarse la eurodiputada de Junts Clara Ponsatí, e incluso por un quinto espacio en ciernes, el que está forjando la extrema derecha independentista de la alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols, que podría dar el salto al Parlament.

Hacer que sea una realidad, la proclama de voto últil sería otro pétalo del me quiere, o del a favor de la investidura. Nogueras arrancó la campaña prometiendo que los votos a la formación servirán para «cambiarlo todo», pero si su no a Sánchez envía a España a una repetición electoral, ¿de qué podrá decir que habrá servido su voto?

En contra: la tentación del «cuando peor, mejor». Hay sectores independentistas que consideran que un Gobierno de PSOE y Sumar no permite ningún avance real hacia la independencia y, encima, desmoviliza aún más al soberanismo con su «agenda del reencuentro», por lo que siente la tentación de enfrentarse a un Gobierno PP-Vox que desperece a los catalanes. A diferencia de ERC, dispuesta a utilizar sus votos para evitar un «Gobierno de la derecha y la extrema derecha», JxCat insiste en que no teme una repetición electoral e incluso equipara las políticas hacia Cataluña de PSOE y PP.

mismas exigencias. Precisamente, desde ERC aprecian cómo están perdiendo peso de cara a las negociaciones y buscan en Junts un aliado con el que hacer presión. Así, la cúpula del partido republicano les reclamó a través de una carta «sumar esfuerzos» para negociar con el PSOE, evitar la repetición electoral y alcanzar un buen acuerdo para Catalunya.

La misiva, firmada por el president de la Generalitat, Pere Aragonès; el del partido, Oriol Junqueras; la secretaria general, Marta Rovira; y el candidato al Congreso por Barcelona, Gabriel Rufián, entre otros, vuelve a exigir la amnistía y la autodeterminación y abogaba por «dar respuesta a las necesidades de la gente», en cuyo marco ha insistido en el traspaso integral de Rodalies y la reforma de la financiación autonómica. Igualmente, defienden que «la negociación con el Estado debe continuar» tras reivindicar los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo y medidas como el aumento del SMI.