Viñedo: menos enlace de campaña y un incremento de cosecha

M. Lillo
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El sector confía en que la campaña sea «tranquila», tras solventarse la escasez de agua por las lluvias, aunque expresa su preocupación por la evolución del consumo internacional

Un trabajador del campo recoge la uva en viñedo de la provincia - Foto: Rueda Villaverde

Las lluvias han traído calma al campo. El agua ha favorecido la brotación de las viñas y las expectativas con las que trabaja el sector es que, a dos meses vistas, arranque una vendimia con algo más de producción que el año pasado, cuando se firmó «una cosecha media después de unos años con cosechas muy limitadas por la sequía». 

Ahora reina el optimismo, a pesar de que el pedrisco ha golpeado, y con fuerza, en algunas zonas productoras. No obstante, desde Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha señalan que «un pedrisco no hace mala cosecha», ya que se trata de fenómenos meteorológicos que suelen ser muy localizados. 

Al buen aspecto que presenta el viñedo en el campo, se une el escaso enlace de campaña que hay en las bodegas y cooperativas. «Son muy parecidas a las del año pasado, cuando hubo unas existencias bajas», informa el portavoz de la sectorial del Vino de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, Juan Fuentes, quien apunta que, de seguir así el ritmo de salida de las existencias, será una vendimia «tranquila» y, desde luego, alejada del debate de la destilación que ha marcado otras campañas. 

También se pronunció en este sentido el portavoz del Vino de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Alejandro García-Gasco, quien en declaraciones a La Tribuna matizó que, aunque todavía tienen que ver cómo viene el verano en lo climatológico, de momento tampoco hay avisos de enfermedades graves, «lo que también es muy importante» de cara a una vendimia serena.

Sin embargo, puede haber dos cuestiones que alteren esa serenidad. De un lado, los precios, que año tras año protagonizan encontronazos entre los viticultores y los industriales, razón por la que García-Gasco pidió que se trasladen los precios del vino a la uva, amortiguando así la falta de rentabilidad que padecen muchos agricultores, dijo en referencia a la decisión que han tomado muchos de ellos de optar por el arranque. 

La segunda cuestión que puede sacudir la vendimia son los aranceles de Estados Unidos, que estaban en pausa, pero que Trump quiere reactivar y elevarlos. Pueden estar derivando en un problema aún mayor para el sector: el descenso del consumo de vino a nivel internacional. En este aspecto ahondó el portavoz de Cooperativas Agroalimentarias al reconocer que es una cuestión por la que el sector tiene «mucha preocupación», dado que «los aranceles podrían incrementar el precio de los vinos, y eso no ayuda, pero el problema mayor sería que descendiera el consumo». «Más de la mitad de la producción va a exportación y si en los mercados no se resuelve la situación, eso sí es preocupante a corto plazo», apostilló. 

En este sentido, señaló que en el consumo entran en juego muchos otros factores que escapan al sector, como «una forma de vivir diferente de la gente joven» u otras causas «sociológicas» que situarían al sector en una situación «complicada». 

Los precios. El lado positivo de este tablero de piezas con el que juega su partida el sector está en el aumento de los precios que han experimentado los vinos tintos en la particular crisis que ha vivido en relación con los blancos. En este sentido, el gerente de Asaja Ciudad Real, Agustín Miranda, destacó que «han mejorado los precios del vino tinto, aunque sin llegar a recuperar el precio que tenían antes, pero se espera que sigan esa senda alcista». 

También desde esta organización apuntaron a que este año «las perspectivas son mejores que el año pasado» en cuanto a producción, eso «siempre y cuando respeten las condiciones meteorológicas». 

De seguir la calma que han traído las lluvias, se espera que el inicio de la campaña se produzca a mediados de agosto con la recolección de las variedades más tempranas.