El retorno del Fuero de Brihuega, una batalla vencida

Inmaculada López Martínez
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Tras su sorprendente recuperación hace dos semanas, el Fuero de Brihuega, un valioso documento del siglo XIII, se encuentra en estudio para ser restaurado y posteriormente expuesto en la localidad

Detalle de este códice medieval y de las dos ubicaciones posibles para su exposición al público. - Foto: Subelegación del Gobierno / Javier Pozo

Había una vez un soldado republicano que, luchando en plena Guerra Civil Española en la villa de Brihuega, allá por el año 1938, decidió salvar de las llamas de un incendio un precioso códice medieval que había llamado su atención. El miliciano logró custodiarlo hasta el término de la contienda y, después, decidió conservó en su casa en perfecto estado hasta el final de sus días, cuando instó a sus herederos a devolverlo a su lugar de origen.

Esta entrañable historia bien podría tratarse de un cuento o de un relato de fantasía. Sin embargo, ya se sabe que la realidad supera muchas veces la ficción y, precisamente, eso es lo que ocurrió con este episodio bélico. Lo curioso del caso es que ese bello códice medieval es nada menos que el Fuero de Brihuega, «un documento del que conocíamos su existencia y que había desaparecido en la Guerra Civil pero que dábamos por desaparecido», afirma Luis Viejo, alcalde de la localidad. Fue una llamada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil la que puso en conocimiento de los hechos al regidor briocense hace escasas semanas. «Nos llamó directamente la UCO cuando ya lo tenían en Madrid y nos dijeron querían que fuésemos a verlo», detalla. «Me emocioné mucho al verlo porque es cierto que del Fuero de Brihuega se ha hablado mucho, la mayoría de la gente de Brihuega sabía lo que era, en muchísimas jornadas de estudios briocenses ha sido un recurso muy utilizado para dar charlas y conferencias, pero nadie imaginaba que pudiese aparecerr a estas alturas», reconoce el primer edil. 

Según explica el Brigada Vaquero, responsable de comunicación de la UCO, la Sección de Patrimonio Histórico de esta unidad de la Guardia Civil supo de la existencia de esta obra a través de la casa de subastas Soler y Llach de Barcelona que, a su vez, había sido consultada por los hijos del miliciano para proceder a su entrega, cumpliendo así con la voluntad de su difunto padre. «Cuando la casa de subastas vio el códex, enseguida se puso en contacto con nosotros», dice el agente. «Nuestro interés en temas de patrimonio histórico es, aparte de recuperar las obras, devolverlas a su lugar de origen porque suelen tener un valor histórico y sentimental muy importante», añade. 

Detalle de este códice medieval y de las dos ubicaciones posibles para su exposición al público.Detalle de este códice medieval y de las dos ubicaciones posibles para su exposición al público. - Foto: Subelegación del Gobierno / Javier PozoAunque son miles los casos e investigaciones que la UCO ha realizado en esta materia a lo largo de su trayectoria, el Brigada Vaquero reconoce que la historia del Fuero de Brihuega destaca «por su parte emotiva y romántica». Por otra parte, el responsable de comunicación de la UCO confirma que la familia del protagonista de esta aventura ha preferido «mantenerse en el anonimato» y, por ello, su identidad no ha trascendido a la opinión pública. Así también lo confirma el alcalde briocense. «No hemos sabido nada de esta persona, ni la familia se ha puesto en contacto con nosotros, todo ha sido gestionado a través de la Guardia Civil».

DESCRIPCIÓN

El Fuero de Brihuega data de 1242, cuando el Arzobispo de Toledo Rodrigo Ximénez de Rada concedió este instrumento legal a la villa alcareña. Así las cosas, recoge el conjunto de normas jurídicas que regían en la localidad y las severas penas que se debían aplicarse por su incumplimiento. Aparte de su curioso contenido, se trata de una obra singular a nivel artístico, con más de 70 páginas escritas en pergamino y protegidas por dos tablas de madera de nogal. Además, está escrito con un estilo de letra que los paleógrafos llaman «francés», es decir, de diferentes colores y formando adornos entrelazados propios de las miniaturas. «Es una pieza única como obra de arte y a nivel histórico porque era uno de los fueros más importantes de su época y, de hecho, en Historia del Derecho se estudia el Fuero de Brihuega», apunta Luis Viejo.

La Sala Noble del Castillo de la Peña Bermeja fue el escenario, el pasado viernes 10 de junio, del acto de entrega oficial de este bonito códice al Ayuntamiento de Brihuega por parte de representantes de la UCO. Junto a la firma del acta de cesión y de los discursos de los representantes institucionales, tuvo lugar una conferencia sobre esta pieza fundamental de la crónica de Brihuega a cargo de Antonio Cabellero, uno de los historiadores que más conoce y ha investigado este fuero. Por último, los presentes disfrutaron de un concierto de música de las tres culturas en alusión al carácter integrador de las religiones cristiana, mulsumana y judía que tenía este texto. «La sala estaba llena, vino muchísima gente, fue un acto muy emotivo», asegura Luis Viejo. Y que es que, la recuperación del Fuero de Brihuega, ha supuesto una «excelente noticia» para todos los vecinos. «Ha sido algo importantísimo por tres motivos. Primero, porque recuperamos memoria histórica; segundo, porque recuperamos un bien patrimonial y, en tercer lugar, porque recuperamos la dignidad».

Detalle de este códice medieval y de las dos ubicaciones posibles para su exposición al público.Detalle de este códice medieval y de las dos ubicaciones posibles para su exposición al público. - Foto: Subelegación del Gobierno / Javier PozoEn estos momentos, el Fuero de Brihuega está siendo analizado por una empresa especializada en este tipo de obras para proceder a su restauración. Aunque su estado de conservación era muy bueno, sobre todo si se tiene en cuenta su antigüedad, el deseo del Ayuntamiento es que pueda exhibirse en las mejores condiciones posibles. 

Cuando este bello ejemplar retorne de manera definitiva a Brihuega, se adecuará un espacio para su exhibición y disfrute por parte de los vecinos y los turistas. En lo que se refiere a su ubicación, el primer edil avanza que se barajan dos alternativas. En primer lugar, el Fuero podría exponerse en el Museo de la Historia de Brihuega y, más concretamente, en la sala dedicada a Archivo Histórico. Hay que recordar que este espacio cultural, emplazado en el antiguo convento de San José, fue restaurado y habilitado para su actual uso en el año 2017. La segunda opción es la antigua iglesia de San Simón, actualmente, en fase final de rehabilitación y cuya apertura al público se prevé para finales del próximo julio. Luis Viejo se decanta por esta segunda posibilidad. «A mí me gustaría que fuese en San Simón porque fue primero sinagoga, luego mezquita y después iglesia y, además, es de la misma época del Fuero. A nivel simbólico sería el lugar perfecto porque engloba las tres culturas que recoge el Fuero, siempre y cuando reúna las condiciones de seguridad y de conservación para custodiarlo lo mejor posible», afirma.  «El Fuero y tendría allí un protagonismo especial que en el Museo de Historia con tantas piezas igual no lo tendría», señala.

Lo cierto es que sea en un lugar o en otro, Brihuega ya puede decir con gozo y orgullo que esta batalla ha logrado vencerla con todos los honores.

UN CÓDICE PIONERO E INTREGRADOR DE CULTURAS

El recién recuperado Fuero de Brihuega no sólo destaca por ser una pieza única de gran valor histórico y artístico. Además, este documento recoge las normas jurídicas que regían en la Brihuega del siglo XIII así como las severas penas que habían de imponerse a los incumplidores. Una de las curiosidades más llamativas de su contenido es su marcado carácter integrador ya que acogía tanto a cristianos como a musulmanes y judíos. «Hay una frase que detalla que todos los habitantes de Brihuega, independientemente de su condición social, creencias religiosas o estatus económico, eran iguales ante la ley», confirma Luis Viejo. Así, Brihuega recibió numerosos judíos cuando éstos fueron expulsados de otras ciudades y explica la antigua existencia de dos sinagogas en la villa.