Han pasado dos años desde que el conquense Antonio García asumiera la presidencia del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DO) Miel de la Alcarria. En este tiempo, los esfuerzos de la nueva directiva se han centrado en «pagar las deudas» que acumulaba este organismo y que, tal y como asegura García, «eran bastante grandes para nuestra capacidad económica». Aunque García prefiere no detallar cantidades, sí anticipa que la deficiente situación económica que arrastraba el Consejo Regulador quedará resuelta, si todo marcha según lo previsto, en lo que queda de 2023.
Por este motivo, los representantes de la DO Miel de la Alcarria ya están pensando en sus próximos objetivos de futuro, los cuales trasladaron al consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, en una reciente reunión. En primer lugar, los apicultores alcarreños consideran «una necesidad acuciante» incorporar la variedad de la miel de lavanda en el paraguas de este distintivo de calidad. «La cosecha de la miel de lavanda, sobre todo en la comarca de Brihuega, es cada vez más importante y es una pena que no la estemos etiquetando como Denominación de Origen; sería conveniente tener otra referencia más de miel de la Alcarria porque la miel de espliego prácticamente ya no existe y la miel de lavanda se está produciendo en bastante cantidad y tiene una calidad extraordinaria», explica Antonio García. En la misma línea de opinión se muestra el presidente de la Asociación Provincial de Apicultores de Guadalajara, Ángel Marco, quien considera que sería «muy interesante» que este tipo de miel pudiera acogerse a la DO. «Permitiría aumentar en muchos kilos la producción de la Denominación de Origen y, además, darle un empuje en el mercado ya que es una miel que no tiene mucha salida a nivel internacional» indica.
Ampliación
Otro de los retos de los responsables del Consejo Regulador de la Miel de la Alcarria es ampliar la zona geográfica que abarca esta DO a más municipios limítrofes con la finalidad de incrementar la productividad. «Crecer es algo vital porque la producción que tenemos ahora de miel de la Alcarria es muy pequeña y es una pena perder espacio en el mercado cuando tenemos demanda de las cadenas comerciales de que se pueda producir más. Tenemos expectativas y es una pena que estemos tan constreñidos y que esta situación lo estén aprovechando muy bien otras indicaciones geográficas como es la Miel de Galicia», advierte Antonio García, quien también reclama más apoyo y ayudas al sector por parte de las administraciones. «Si no se hace algo, la apicultura desaparece de aquí a diez años. Cada vez tenemos más problemas y la gente joven no quiere dedicarse a esto», lamenta.