Tras disfrutar de una noche familiar, junto a su hermana la Infanta Doña Margarita y sus sobrinos, el Rey Juan Carlos ha comenzado este viernes las regatas en Sanxenxo con la mejor de sus sonrisas. Feliz por estas visitas tan continuadas a España, el emérito está saboreando uno de sus viajes más apasionantes por la visita de sus seres queridos y sobre todo, por su afición a este deporte.

A mediodía, la Infanta Margarita y María Zurita salían de casa de Pedro Campos tras su visita al emérito en coches separados y minutos más tarde, lo hacía él. Acompañado por su gran amigo, ambos se dirigían al Club Náutico de Sanxenxo para iniciar estas regatas que han congregado a su familia en el norte.

Disfrutando de un día soleado, el emérito llegaba al puerto abrazando y saludando cariñosamente a todos los conocidos que se acercaban hasta él. Con una vestimenta de lo más cómoda: camiseta blanca y chaleco para combatir el fresco, gorra y sus inseparables gafas de sol, el emérito ha bajado las escaleras hasta el 'Bribón'.

Como siempre, lo ha hecho apoyándose en su persona de confianza, también inseparable... una vez en el Bribón, el emérito se ha subido con el resto de su tripulación demostrando su agilidad. Una vez en el mar, Don Juan Carlos no ha dudado en mostrar su cara más simpática a todos los medios que se encuentran allí cubriendo la noticia, levantando la mano y saludándoles.