Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Los compañeros de partido

14/05/2025

Lo dijo el ex primer ministro italiano, Giulio Andreotti: "Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido". Pero la aportación última corresponde al exministro de Defensa y expresidente de las Cortes, José Bono, al que una cámara de televisión escuchó decir "y los del partido propio, que son unos hijos de puta", como coda a la conocida frase de Andreotti, en plena polémica por la colocación en el Congreso de una placa de recuerdo a la monja sor Maravillas.

Bono pidió disculpas, pero sus palabras revelan como son las relaciones personales y políticas entre compañeros de partido cuando está en juego el triunfo de unas posiciones sobre otras dentro de una formación política. Los correos electrónicos filtrados sobre las conversaciones privadas entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y su 'número dos', el ex secretario de Organización del PSOE y exministro, José Luis Ábalos, mucho antes de que este fuera procesado por el 'caso Koldo', en las que hacía una serie de consideraciones sobre los representantes del 'sector crítico' del PSOE encarnado en los presidentes autonómicos Emiliano García Page y Javier Lambán, son una prueba de como son las relaciones personales y políticas en el seno de un partido cuando se cuestiona el liderazgo y se trata de evitar que haya fisuras en su acción política, que por otro lado y en un contexto 'educado' son de dominio público.  

Mientras las conversaciones privadas filtradas no aborden cuestiones de carácter delictivo no parece que su conocimiento público añada nuevos datos a la situación política más que expresar lo que ya se sabe, o lo que la oposición se encarga de subrayar sobre el carácter y el talante de Pedro Sánchez, apuntalados por los comentarios de los citados en las conversaciones privadas.

Más allá de que es preciso aclarar la procedencia de la filtración de las conversaciones privadas entre Sánchez y Ábalos, que sin duda entra en la operación política de desgaste de la figura del presidente del Gobierno, las declaraciones de Page y Lambán sobre el momento en el que se rompe su relación con el secretario general de su partido son relevantes y están relacionadas por el deseo de Sánchez de gobernar a cualquier precio. Finalmente lo conseguiría con el primer gobierno de coalición firmado con Podemos, y tras las últimas elecciones generales con el apoyo de independentistas catalanes y vascos, que para ambos supone abandonar la autonomía estratégica del PSOE.

Pero que tire la primera piedra aquel líder político que en sus conversaciones privadas no haya vertido consideraciones despectivas sobre sus adversarios políticos, y no digamos sobre sus compañeros de partido en momentos de crisis, que de realizarse de forma pública los llevaría directos ante un juzgado. Y que la tire también el líder político que no esté "dispuesto a cualquier tipo de acuerdo, que no existían para él perímetros de pactos posibles con tal de llegar al poder", como critica Lambán a Sánchez por haberse hecho, además, con el control total del PSOE. Sánchez se ha saltado todos los perímetros, de la misma forma que se los ha saltado el PP al pactar con Vox. Por supuesto su líder, Alberto Núñez Feijóo, está dispuesto a llegar al poder por todos los medios posibles, como demuestra su labor de oposición, a menudo en contra de los intereses generales.