"Guadalajara sigue siendo muy de derechas"

Belén Monge Ranz
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Primer alcalde democrático de Guadalajara

Javier de Irízar, primer alcalde de la democracia en Guadalajara y actual presidente del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha - Foto: Javier Pozo

El 3 de abril se cumplieron 45 años de las primeras elecciones municipales de la democracia en España. El día 24 de este mismo mes y año (1979), el socialista Francisco Javier de Irízar se convertiría, a sus 30 años recién cumplidos, en el alcalde de capital de provincia más joven del país, un cargo que ostentaría hasta el 15 de junio de 1991. 

Nació en Guadalajara; siguiendo la tradición paterna, estudió Derecho. Sus inquietudes políticas pronto le llevarían a postularse cercano a los grupos de la oposición franquismo y a ser propuesto para ponerse al frente de la Alcaldía de su ciudad. Un alcalde al que se le deben logros como el de la instauración de los encierros por las calles, y, a sabiendas de que era ilegal, la convocatoria de la primera oposición restringida a  mujeres en la Policía Local.  

El tema de la igualdad de género ya preocupaba a Javier de Irízar hace más de cuatro décadas.

Solo quería que las mujeres entraran también en el cuerpo de la Policía Municipal ya que no había ninguna. Pese a ser consciente en ese momento de la ilegalidad que suponía, convoque una oposición a que solo podían presentarse mujeres. Si alguien la hubiera recurrido, sin duda, la hubiésemos perdido, pero nadie la recurrió (risas). 

Viene de una familia de letrados.

Mi padre tenía un despacho de prestigio en Guadalajara y empecé a trabajar con él nada más terminar la carrera. Después de casi 50 años de ejercicio profesional, por edad ,y teniendo en cuenta que es incompatible con la presidencia del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, era el momento para dejarlo.  

El 3 de abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales de la democracia ¿Qué le motivó a presentar su candidatura?

Desde muy joven me gustó la política. Siempre creí que tenía que aportar algo para cambiar el país. Por eso entre en este mundo y nunca me he arrepentido. Me lo propuso el entonces secretario provincial del PSOE, Pablo Llorente. Mi mano derecha y número 2 fue siempre Ricardo Calvo, que murió joven.  

¿Por qué como socialista?

Era el partido que representaba la inquietud de la mayoría de la gente y el único que, a mi modo de ver, podía transformar este país, dejar atrás las lacras de la dictadura, y llevarnos a una situación de plena democracia y modernidad. Participaba de sus ideas y, probablemente, no había otra formación que representara mejor esa modernidad que el PSOE, y así lo demostró después.  

¿Cómo se lo tomaron en su casa?

Regular. Mi padre era un hombre de derechas, falangista. Sin embargo, al final se convenció de que se estaban haciendo las cosas bien, de que era necesario el cambio y de que la sociedad lo aceptaba. Pasó de no gustarle a defender mis ideas y a pedir el voto. Como anécdota diré  que en 1982, siendo ya alcalde, tras ganar Felipe González en España, mi padre me llegó a decir: «sigue siempre a tu jefe que es muy sensato y harás las cosas bien». Hubo ocasión de comentárselo a Felipe y le gustaron esas palabras.  

Creo que llegó a la Alcaldía con un golpe de suerte tras presentar su candidatura fuera de plazo UCD.

Era muy probable que en Guadalajara hubiese ganado Unión de Centro Democrático (UCD) si se hubiera presentado. Se presentaba como candidato Luis Suárez de Puga, pero ocurrió algo histórico de lo que se habló mucho tiempo. Lo que pasó es que llegaron tres minutos tarde a presentar la lista y la impugnamos. Yo fui quien presentó el recurso. Aunque la Junta Electoral no nos dio la razón, recurrimos. Entonces no existía aún el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha porque no había Comunidades Autónomas, pero recurrimos ante la Audiencia Territorial de Madrid. A mitad de la campaña  electoral nos dieron la razón y se excluyó la lista.

¿Cuántas formaciones presentaron finalmente candidatura en Guadalajara en los primeros comicios de la democracia?

Carmelo Berdún, por Bandera Roja;Juan Ignacio Begoña, como candidato del Partido Comunista;por Coalición Democrática se presentaba el médico Álvaro Hernando, padre del actual diputado nacional del PP, Rafa Hernando;por Unión Nacional el candidato fue Carlos Vaamonde, médico de Marchamalo. Ypor el PSOE, yo. Tras excluirse la lista de UCD, el voto se dispersó mucho. 

Se elegían 21 concejales dado que, entonces, Guadalajara no alcanzaba aún los 50.000 habitantes. El resultado electoral fue: siete ediles el PSOE; otros siete C.D., que sacó unos pocos votos más que nosotros; cuatro el PC y tres Unión Nacional. Gracias al apoyo del Partido Comunista, que entró en el Gobierno municipal con nosotros, obtuvimos mayoría absoluta y me convertí en el alcalde más joven de capital de provincia de España y también en el segundo senador más joven de la Cámara. 

Un cambio tremendo en una Guadalajara que era conservadora y en la que ahora entraban 'Los Rojos'.

¿Cree que ha cambiado mucho? Guadalajara sigue siendo una ciudad muy de derechas. Y aunque con esa edad nos comíamos el mundo, fuimos gente muy sensata, seria y prudente y pese a estar en el Gobierno, no hicimos ninguna política radical ni revanchista. Desde el primer día nos ganamos la confianza de la ciudadanía y gobernamos para todos. Además, Juan Ignacio Begoña era un hombre muy sensato. ¡Ya lo quisiéramos ahora, con estos que tenemos de Podemos y Sumar!

El PSOE de entonces era una formación muy ideologizada, un partido de la izquierda clásica. Entonces no se hablaba de asuntos de ecología o feminismo..., pero se supo combinar ideología y praxis para sacar las cosas adelante. . 

Además, aunque formalmente había llegado la democracia, las cosas todavía no estaban nada, nada claras. De hecho, el Golpe de Estado del 23F se dio a mitad de la primera legislatura. 

¿Unos comicios muy diferentes a los de hoy en día?

Afortunadamente ya no se pega tanta cartelería. Antes se empapelaba la ciudad, pero las elecciones eran mucho menos agresivas que hoy. Se hablaba de ideas, no de personas.  Ahora es un desastre para los partidos, para la clase política y para el país. Hablo de todos, sin distinciones, y esto tendrá consecuencias negativas de desafección de la gente a la política. Qué nadie se extrañe si en las próximas elecciones votan solo el 20%.  Se necesita sensatez y no optar por el y tú más. Si no es así, puede ocurrir que también un día aparezca en España un salvador de la patria al que la gente siga... 

¿Cómo se encontró la ciudad al llegar a la Alcaldía?

Estaba todo por hacer. Se cambió completa mente la ciudad y la gente lo agradeció. En las siguientes elecciones ganamos con mayoría absoluta, pasando de siete a 14 concejales, aunque también la Corporación pasó  de 21 a 25. Recuerdo que a los pocos días de tomar posesión, el jefe de Protocolo, Paco Olmeda, un hombre al que quiero mucho, me dijo que se celebraba la Fiesta del Corpus y que la procesión la organizaba el Ayuntamiento y la presidía el alcalde. Yo le respondí que se haría lo mismo, lo que se había hecho siempre.  No se quitó la procesión del Corpus y creo que fue muy significativo.    

¿Cuáles fueron sus primeras decisiones al entrar en el despacho de Alcaldía?

Retirar las tres figuras de Franco. Entre al despacho y al día siguiente quité su fotografía. Me costó algo de tiempo atreverme a retirar el busto de Franco en la escalinata de la subida a la Casa Consistorial, pero lo quité, e hice lo propio con la estatua de la Plaza Mayor, pero tardé bastante más tiempo.  Estábamos casi en el verano y también hubo que organizar las fiestas de septiembre. Los encierros no existían y ese primer año los instauré; también pasamos a subvencionar las peñas, que estaban semiprohibidas, y a partir de ahí empezamos a dotar la ciudad de los  servicios de los que carecía. 

¿No había encierros?

Tuvimos que enfrentarnos al Gobernador Civil, Fernando García de Paredes. Creo que el hecho de que nos enfrentáramos al poder funcionó bien para ganarse la calle. Así, por decisión del alcalde se empezó con dos días de encierros. Hoy, no solo no han desaparecido sino que se han potenciado.  

¿Alguna obra de la que se sienta especialmente orgulloso?

Para mí fue muy importante la obra de las pistas de atletismo de la Fuente de la Niña. No había ningún polideportivo municipal y se hizo el que hoy se conoce como David Santamaría; se doto de centros sociales a todos los barrios, se creó la primera piscina cubierta, y se hizo la Estación de Autobuses, que ya necesita una reforma. Se modernizó la ciudad y se dejaron sobre la mesa los primeros desarrollos de Aguas Vivas.  

 ¿Dónde estaba en el momento del Golpe de Estado del 23F?

Creo que cometí una de las mayores imprudencias de mi vida. El día del 23F me encerré en el Ayuntamiento con un grupo de concejales, algunos del PC. Allí estuvimos toda la noche hasta ver qué pasaba. Fue una imprudencia porque nada podíamos hacer. Si el golpe hubiera triunfado, alguien habría ido a por nosotros. Al final, no pasó nada, pero pasamos la noche entera en el Ayuntamiento.    

¿El alcalde tenía sueldo entonces?

Los alcaldes de la dictadura no cobraban. Todos se dedicaban a otra cosa porque no gestionaban el Ayuntamiento, lo hacían los funcionarios. En mi primera legislatura aún cobraban muy pocos y muy poco. Yo recibía la nómina del Senado. Enmi segundo mandato cobré como presidente de las Cortes regionales, y en la tercera legislatura mi sueldo ya fue del Ayuntamiento. Creo que eran unas 300.000 pesetas.  Hoy la gente de valía ya no quiere dedicarse a la política. Antes ibas a un pueblo a buscar candidato a alcalde y todos los partidos buscaban al mismo. Ahora ya no se encuentran.   

 ¿Volvería a presentarse como candidato del PSOE hoy?

En las mismas circunstancias de entonces, sí. En las de ahora, probablemente no, pero tengo muchos más años, las cosas han cambiado mucho.... En todo caso,  no me arrepiento de nada. Cuando era alcalde tenía un equipo de Gobierno de gente de una entrega absoluta y mucho sentido común. Estoy muy agradecido a todos. Había discrepancias entre los políticos, pero no había adversarios. En mi caso, con Francisco Tomey mantuve y mantengo una magnífica relación.  

¿Está bien pagado hoy el político?

No. Los políticos deberían estar mejor pagados porque, en general, tienen responsabilidades importantes y trabajan mucho. Están muy mal pagados.  

¿El peor y el mejor momento en sus años de mandato?

El peor momento fue la forma tan abrupta de salir. Deberíamos haber seguido gobernando porque el PSOEfirmó un pacto a nivel nacional con IUpara que gobernara la lista más votada, pero esta muchacha -Blanca Calvo- dijo que no lo seguía. Se negó a secundarlo. Al final, hicimos la tontería de votar a Blanca Calvo porque así nos lo dijeron. Aguantó un año y paró la ciudad.  

Y si de algo me siento orgulloso, es de poder seguir viviendo en mi ciudad , donde, pese a haber pasado muchos años, sigo sintiendo cierto cariño de muchos ciudadanos que todavía me paran por la calle. 

 ¿Cómo ve su formación hoy?

Por el cargo que ostento no debo hablar de política, pero creo que mi partido tendrá que repensarse muchas cosas. Ahí me quedo. 

¿Alguna opinión de la entrada con fuerza de Vox en la capital?

Es una constante en toda Europa. De momento no les he visto hacer ninguna barbaridad. No se han diferenciado mucho del PP.

Es actualmente presidente del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, quisiera preguntarle si tiene alguna opinión sobre la decisión adoptada con respecto al cese de Magdelana Valerio.

A diferencia de mi cargo, el de presidenta del Consejo de Estado lo nombra el Gobierno y luego se ratifica. El reconocido prestigio es un tema muy difícil de cuantificar, pero si las Cortes lo validaron, no sé hasta que punto un tribunal puede decir que no lo tienes. Sin embargo, lo ha dicho y está claro que las sentencias hay que cumplirlas.  

Por último, ¿qué me puede decir Javier de Irízar de su nueva responsabilidad en Castilla-La Mancha?

Aquí no se hace política. El Consejo Consultivo es un órgano de consulta del Gobierno y de los ayuntamientos, y nos obliga a ser independientes. Tenemos muchas más competencias de la que la gente cree: emitimos al año más de 400 dictámenes, aunque ninguno es vinculante. Aunque el Partido Popular hubiera ganado las últimas elecciones en Castilla-La Mancha, no hubiera podido cesarme. Me quedan dos años y medio en el cargo.