"Queremos ser referencia en el ámbito de la empresa privada"

Beatriz Palancar Ruiz
-

Estudió Derecho en su ciudad, Cuenca, y siempre pensó en afiliarse para luchar por los derechos de los funcionarios, por eso, no comprende que los más jóvenes no tengan tanto compromiso y cree necesario abrir el sindicato CSIF a la empresa privada

Pablo Moya es presidente del sindicato CSIF en Guadalajara desde 2018, primero en sustitución de su antecesora y después por elección. - Foto: Javier Pozo

A falta de unos meses para que finalice su mandato como presidente del sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios), y sin tener aún claro si va a optar a la reelección, Pablo Moya (Cuenca, 1977) muestra su compromiso con el que define «un sindicato moderno» que cuenta con casi un centenar de delegados en la función pública y más de 50 en la empresa privada, donde han empezado a expandirse. Entre sus objetivos, seguir creciendo tanto en representatividad como en número de afiliados sin perder independencia.

¿Cómo llega al mundo sindical?
Desde que empecé de funcionario. En Cuenca, me afilié a CSIF. Por circunstancias de la vida, me vine a vivir a Guadalajara. El compañero de CSIF se jubiló y yo no estaba en la Junta de Personal pero me metí en el Comité de Salud Laboral. Cuando fueron las primeras elecciones en 2015, ya salí elegido como miembro de la Junta de Personal y en 2017 decidí liberarme por el sindicato porque esto requiere una dedicación y un tiempo. Tenía horas de la Junta de Personal pero estaba en el Juzgado de Violencia de Género, con mucha carga de trabajo y detenidos, no podía irme del Juzgado para que lo atendiera otro compañero. Con lo cual, si quieres dedicarte un poco más a esto, tienes que liberarte. 

¿Cuánto tiempo lleva como presidente del sindicato?
Entré en sustitución de la anterior presidenta, Ana Álvarez, en 2018, y ya en el 2019, se celebró el congreso autonómico en Ciudad Real en el que se eligió al presidente autonómico y a los cinco presidentes provinciales. Al año que viene, en abril de 2024, habrá un nuevo congreso. 

Pablo Moya es presidente del sindicato CSIF en Guadalajara desde 2018, primero en sustitución de su antecesora y después por elección.Pablo Moya es presidente del sindicato CSIF en Guadalajara desde 2018, primero en sustitución de su antecesora y después por elección. - Foto: Javier Pozo

¿Qué logros ha materializado en este tiempo al frente del sindicato?
El primero, aumentar la representación. Somos el número uno en representación en la Junta de Comunidades y hemos obtenido más representación en las últimas elecciones, en el Ayuntamiento de Guadalajara y en la Diputación. En la Administración de Justicia en Guadalajara somos mayoritarios. Segundo, aumentar la afiliación. Somos un sindicato independiente porque nos nutrimos con nuestros recursos. El 96% de nuestros recursos son propios, con afiliación o asesoría jurídica. Solo un pequeño porcentaje lo recibimos de subvenciones que nos corresponden en función de la representatividad que tenemos en las administraciones. Hay subvenciones a las que tampoco optamos por principios. Tenemos independencia económica. Y como tercer objetivo, hacer viable la unión provincial de Guadalajara con unas cuentas saneadas y una sede en propiedad en el centro de Guadalajara que refleje el halo de modernidad de este sindicalismo del siglo XXI que hacemos. 

¿Qué es aquello que más les diferencia de otros sindicatos?
Respecto a CCOO y UGT, en CSIF jugamos en otra liga. Con la actual Ley Orgánica de Libertad Sindical, siempre van a tener los mismos la condición de sindicatos más representativos. Eso influye en muchos aspectos. En el tema económico, nuestra sede nos la pagamos con la cuota de nuestros afiliados, sus sedes las pagamos entre todos los españoles. No tengo la posibilidad de crear elecciones sindicales. Bueno, en las administraciones públicas, sí, porque soy el más representativo, pero en otro ámbito, no. Por ello, estamos en plena expansión y subiendo la representatividad en la empresa privada. Nuestras siglas dicen Central Social Independiente y de Funcionarios. Igual tenemos que dar una vuelta y quitar la palabra funcionarios porque tampoco es la realidad.

Entonces, ¿están dejando de ser un sindicato de empleados públicos?
Efectivamente, nuestra principal y fuerza de existencia es la función pública pero estamos en expansión y queremos ser referencia en el ámbito de la empresa privada.

Pablo Moya es presidente del sindicato CSIF en Guadalajara desde 2018, primero en sustitución de su antecesora y después por elección.Pablo Moya es presidente del sindicato CSIF en Guadalajara desde 2018, primero en sustitución de su antecesora y después por elección. - Foto: Javier Pozo

¿Cuántos afiliados tienen?
En Guadalajara, tenemos unos 2.350 afiliados. De estos, la mayoría, unos 2.200 son afiliados en activo, unos 50 en paro, y otros 50 jubilados. 

¿La labor formativa es uno de sus buques insignia?
Desde el sindicato, nos preocupa mucho el tema de la formación. Tenemos diversas plataformas y acuerdos con academias o formadores propios que busca el propio sindicato. En estos últimos años, ha habido muchos procesos públicos. Hemos tenido en algunos ámbitos muy buenos resultados, la Policía Local de Guadalajara, en Educación, en Justicia, en la Administración General del Estado. Preparamos las oposiciones para las distintas administraciones tanto del Estado como de la Junta. Es un pilar fundamental porque mucha gente conoce a CSIF a través de la formación, preparando las oposiciones, y, una vez que aprueba, sigue afiliada. Además, dentro de los procesos de estabilización ha habido mucho concurso oposición y viendo los méritos, el tema de la formación ha sido muy importante. Tenemos convenios con universidades porque en los procesos de estabilización solo han puntuado los cursos que ha hecho el INAP o que están certificados por universidades públicas. Lo que no podemos hacer es concertar un curso que, por muy interesante que sea, si no damos un título oficial certificado, por mucha inquietud que tengamos en formarnos, no vamos a tener a gente. De eso, también somos conscientes. 

¿Vivimos en un momento de crispación social tras la pandemia?
A raíz de la pandemia, nos hemos dado cuenta que no teníamos la Administración tan ágil, eficiente y del siglo XXI que nos pensábamos. Y tenemos una serie de necesidades pendientes. Nosotros queremos un teletrabajo con todas las garantías, no queremos hacer un trabajo a distancia. Queremos que esté regulado y con medios de acceso a todas las plataformas. No sólo que la Administración proporcione los medios, que podamos hacerlo con seguridad, que se hagan las mediciones de riesgos laborales en nuestro lugar de trabajo y también como medida de conciliación laboral. Si se hace bien, el teletrabajo es eficiente. Es verdad que hay puestos de atención al público que no se puede teletrabajar, pero en aquellas administraciones en las que sea posible, hay que dar esa seguridad jurídica. También nos estamos dando cuenta que las administraciones tienen que ser más eficientes y más ágiles. Eso pasa por, primero, dotar bien, tanto de personal como de medios materiales, a las administraciones. Pedimos que se convoquen todas las plazas públicas y se elimine la tasa de reposición de manera que se daría la opción a la gente interina a que saliera su plaza y estabilidad a la plantillas que muchas veces están tensionadas y eso se revierte en el servicio a los ciudadanos. Una cosa que tenemos clara en CSIF es que una función pública eficiente, que resuelve problemas a los ciudadanos, que es cercana, reporta bienestar. 

A su criterio, ¿qué sector va a tener más dificultades para defender sus intereses a corto plazo?
Podemos diferenciar en el ámbito de la administración pública de la empresa privada. La empresa privada tiene sus propias problemáticas a la hora de negociar convenios, incumplimientos y desconocemos los datos de los trabajadores fijos-discontinuos porque no nos facilitan esos datos desde el Ministerio de Trabajo. En el ámbito de la administración pública, tenemos distintos conflictos abiertos. En la Administración de Justicia, el Ministerio ni siquiera se ha sentado a negociar; la carrera profesional en Sanidad hay una pelea pendiente; en Educación, tienen sus propias problemas con ratios; con Geacam, tuvimos la concentración por el tema de los despidos en la campaña de invierno. Y todo sin perder de vista el tema de los comités de seguridad laboral. Estar encima de las empresas y de las administraciones para que se hagan las evaluaciones correspondientes, reconocimientos médicos y se mitiguen los riesgos de los trabajadores. Tenemos un papel muy activo y, llegado el caso, somos negociadores pero si hay que denunciar no tenemos ningún complejo.

¿Son vigilantes de las administraciones y empresas privadas?
Sí, y, muchas veces, las administraciones son más incumplidoras que las empresas privadas. Estamos en un momento que la salud preocupa a todos y después de todo lo que ha pasado durante la pandemia, creo que estamos todos más concienciados para evitar situaciones de riesgo que derivan en absentismo laboral. 

¿Optará a la reelección?
Todavía quedan unos meses y nosotros en CSIF nos gusta trabajar en equipo y habría que ver qué equipo hay para seguir trabajando. Y objetivos a corto plazo, que las elecciones de Correos, que son a finales de año, se nos den bien porque es un sector muy importante. Ya tenemos representación tanto en el comité de empresa como en funcionarios, somos la segunda fuerza en Guadalajara, y esperamos obtener el mejor resultado posible. Y seguir creciendo y potenciando nuestra asesoría jurídica ágil y bien preparada que es un pilar fundamental del sindicato. Hoy, hemos conseguido a través de una sentencia que a los trabajadores parciales se les reconozca como a los de tiempo completo a efectos de antigüedad. Eso es muy importante, por ejemplo, para la consolidación. Son pequeños pasos que vamos dando. Compartimos asesoría jurídica con el resto de España y la interoperatividad que tenemos nos hace ser muy eficientes. A los afiliados, desde que demandan nuestros servicios, se les atiende rápidamente, prácticamente de un día para otro. 

¿Qué le diría a una persona para que se afiliase?
Estoy notando que las nuevas generaciones no tienen la inquietud que teníamos nosotros, a lo mejor no son tan peleones. Las cosas cuesta mucho conseguirlas  y no por el hecho de decir, ya he aprobado la oposición, y ya tengo trabajo para toda la vida, está todo hecho. Tenemos que hablar de retribuciones, pensiones, el mutualismo que se lo quieren cargar, muchas cosas que afectan a la vida laboral. Habrá que pelearlo. Y a la gente que está en el paro, es una oportunidad formativa para entrar en la función pública. 

¿Y a los de la empresa privada?
Queremos seguir entrando en las empresas de limpieza, tenemos presencia en Exide, tenemos representación en alguna farmacéutica y nos gustaría tener más porque es un sector muy importante también en la provincia, y el problema que tenemos para entrar en las pequeñas empresas, que es la mayoría, es que al no tener la condición de más representativo, no podemos convocar elecciones. Muchas veces entramos por el desencanto de los sindicatos que llevan muchos años y que nos buscan porque ven que en otros sitios lo hacemos bien y ven que otro modo de sindicalismo es posible. Así llega nuestra implantación en muchas empresas.

¿Ese lema al que se refiere de 'Otra forma de hacer sindicalismo es posible' cree que es el enganche para muchos de sus afiliados?
Creo que sí porque utilizamos un lenguaje moderno, hablamos las cosas claras y no nos quedamos en las trincheras. Hay cosas que tienen que mejorar la Administración pero con los pies en el suelo. Somos un sindicato conciliador, que nos gusta negociar, pero si llega la hora y hay que litigar lo hacemos hasta las últimas consecuencias. La independencia que nos da tener nuestros propios recursos, sin estar sometidos a otros intereses, es importante. Hemos llegado a acuerdos con gobiernos del PP y PSOE, pero siempre con los intereses de los trabajadores por delante, creo que es nuestra mejor seña de identidad y lo que puede enganchar más a la gente.