El seguntino Javier Sanz es nombrado Académico de Honor

Redacción
-

La Junta Directiva de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, celebrada esta semana, aprobó este renocimiento

El seguntino Javier Sanz Serrulla. - Foto: Prensa Ayto de Sigüenza

En la tarde del pasado 20 de diciembre, y en la Junta de Gobierno de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, se aprobó la propuesta de nombramiento del seguntino Javier Sanz Serrulla como Académico de Honor de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha.

La Academia de Ciencias Sociales y Humanidades agrupa las áreas de las Letras en toda su extensión junto con las de Legislación y Jurisprudencia, Economía, Sociología  y Ciencias Políticas. 

La principal vocación de la Academia es la de servir de plataforma para la elaboración regional de opinión académica sobre los asuntos que puedan resultar de interés y coadyuvar a la difusión cultural y de la investigación general, con especial fidelidad a integrar personas de todos los territorios y, a su vez, llegar a todos ellos. Trata también de prestar colaboración al Gobierno de la Junta de Comunidades en lo que pueda ser de su interés. Todo ello con respeto y colaboración con las instituciones homologas de las Academias locales que trabajan con denuedo desde hace muchos años, así como los Institutos de estudios provinciales.

Javier Sanz agradece el nombramiento, "un honor que probablemente no merezca", afirma con su habitual modestia, al tiempo que expresa públicamente su compromiso con la institución, "en todas aquellas tareas que me encomiende".

La concejala de Cultura, Ana Blasco, felicita a Javier Sanz por su nombramiento. "Es un orgullo para Sigüenza contar con una persona con su trayectoria científica y literaria, que además colabora con su ciudad en todo aquello que se le requiere", señala Blasco.

Javier Sanz es natural de Sigüenza y seguntino practicante. Cursó los estudios de bachillerato en el Colegio Episcopal de la Sagrada Familia antes de estudiar la carrera de Medicina a la Universidad Complutense de Madrid. Sanz es Doctor en Medicina y Cirugía, Doctor en Odontología y Doctor en Historia por esta universidad.

En marzo de 2011 fue elegido miembro, en calidad de correspondiente, de la Real Academia de Medicina, en base a sus innumerables trabajos sobre la historia de esta ciencia, en la que es reconocido uno de los máximos exponentes actuales. Y por la misma razón, en 2016 fue elegido Académico de Número de la Institución, desde la que actualmente imparte sus conocimientos y colabora en la creación del Museo Nacional de Medicina, ocupando el sillón número 34.

Es autor de más de un centenar de artículos científicos y de numerosas ponencias y comunicaciones en congresos nacionales e internacionales de historia de la medicina, de la odontología y de las ciencias, y de medio centenar de libros, incluidos muchos relacionados con la historia y la historia de la medicina de su ciudad natal.

Su último, libro, recién presentado en la Real Academia Nacional de la Medicina, lleva por título "Los académicos de la Real Academia Nacional de la Medicina de España", en su primer tomo, correspondiente al siglo XVIII. Lo ha publicado la editorial AACHE Ediciones. Javier tiene en proyecto continuar por este mismo camino, con los años sucesivos.

Como el propio Javier Sanz dice al inicio de su texto, "la vida de las instituciones no es, al final, sino la obra de sus miembros". El 12 de julio de 1733, se reunieron en Madrid, en la casa del boticario José Ortega, una media docena larga de individuos (médicos, botánicos, boticarios, cirujanos, químicos y científicos de variado orden) acordando constituir una sociedad "matritense" que pronto devino en "nacional". Era la "Tertulia Literaria Medico-Chymico-Phisica" en la que participaron, de entrada, una serie de personajes madrileños que pronto se constituyeron en Academia, elaborando unos estatutos que les permitió agregar a otros individuos, tanto madrileños como de otras ciudades de España, a las tareas de analizar el estado de la Medicina en sus respectivas localidades, y alcanzando, a lo largo de ese siglo borbónico, el XVIII de la Ilustración, un bien núcleo (más de 200) académicos, en los que figuraron los españoles, como de número, y muchísimos extranjeros, como correspondientes.