La inquietud por un efecto dominó arancelario no está en pausa

L.G.E.
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El director territorial del ICEX señala que «las empresas están expectantes, pero no en pánico» y apunta que no es fácil abrir nuevos mercados, pero sí 'acelerar' los ya iniciados

La inquietud por un efecto dominó arancelario no está en pausa - Foto: Javier Pozo

Pasó la Semana Santa, España sufrió un apagón, en los próximos días se elige un nuevo Papa… pero la amenaza de los aranceles de Trump a medio mundo sigue ahí. Ya se ha cumplido un mes de la 'pausa' que el mandatario estadounidense hizo para los productos que vende la Unión Europea a Norteamérica y todavía no se sabe si este periodo de transición de 90 días se alargará o se acortará ni si al final del mismo los aranceles se mantendrán tal y como había dictado Trump, si se subirán, si se bajarán, si se quitarán o si se aplicarán solo a algunos productos. Incertidumbre made in USA.

Pero mientras tanto ¿qué están haciendo las empresas que venden a Estados Unidos o qué pueden hacer? !Las empresas están expectantes, pero no están ahora en pánico!, comenta el director en Castilla-La Mancha del ICEX, el Instituto de Comercio Exterior, Pedro Antonio Morejón. Señala que «todavía se está valorando que lo que está enseñando esta estrategia de la Presidencia norteamericana es que  lo mejor es esperar a ver si se centra la situación, porque pasamos de un bandazo a otro». Es más, deja caer que la resolución puede tener mucho que ver también con la evolución de la economía en el país del Tío Sam. «Estados Unidos se ha dado cuenta del tsunami que ha provocado y que la ola les va a llegar igual», avisa. En ese sentido, cree que es una de las claves para las negociaciones con la UE. «Hay más serias esperanzas de que se llegue a un tipo de acuerdo, porque el efecto en la economía americana ha sido más rápido de lo que tenían previsto», advierte. 

Trump fijó cuáles serían los aranceles en marzo, con la mítica imagen de la tabla que sacó con los porcentajes que aplicaría para cada país y marcando un 20 por ciento para la Unión Europea. Sin embargo, las empresas sabían que con él la política proteccionista podía volver a los Estados Unidos y es algo que ya se venía barruntando durante 2024, año electoral para nombrar al ocupante de la Casa Blanca. Eso se ha notado en los datos de exportaciones.

En 2024 el incremento de las exportaciones a Norteamérica fue del 10,9 por ciento, con una facturación de 347 millones. Eso convierte a Estados Unidos en el sexto mercado más importante para las empresas de la región y el primero fuera de Europa. «Hace meses se realizó cierta aceleración de exportación», explica Morejón, señalando que es algo que pudieron hacer las empresas o sectores que cuentan con cierto margen de almacenamiento. «Eso se recogió en las cifras y acabamos exportando por encima de la media a Estados Unidos», apunta, «pero eso se ha cortado, se ha parado». 

Tras el acelerón, el freno. En el acumulado de enero y febrero, las exportaciones de España a Norteamérica han caído un 0,6 por ciento y eso que todavía no se conocía hasta qué punto iban a llegar las amenazas de Trump. «Sí se está notando una caída de las operaciones a EEUU, eso es obvio», indica Morejón, que matiza que «esta caída de ahora quizá no es tanto de los flujos normales, sino porque esos flujos extraordinarios ya no se producen», en alusión a la aceleración de exportaciones que se vivió el pasado año. 

La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, también reconoce que las exportaciones a Estados Unidos han empezado a la baja en 2025 (todavía no se conocen los datos de marzo y abril), sobre todo en algunos sectores como la maquinaria, pero destaca que otros ámbitos fuertes para que Castilla-La Mancha sí están aguantando el tipo, como ocurre con los lácteos, el vino o el calzado.

Lo que está claro es que las decisiones de Trump están provocando vaivenes en los mercados, pero ¿qué margen de maniobra tienen las empresas? Morejón señala que las compañías exportadoras de la región les están pidiendo sobre todo mucha información y que por eso se están celebrando reuniones continuas. «Están expectantes», confirma. Aunque ahora se habla mucho de abrir nuevos mercados para reconducir esas exportaciones que iban a EEUU, el delegado del ICEX avisa de que no es algo tan fácil ni tan rápido. 

«Abrir nuevos mercados es muy difícil», indica, «pero los que se empezaban a abrir, se pueden acelerar». Señala que si el sector cárnico antes exportaba mucho a China y luego se fue abriendo más a Estados Unidos, a lo mejor ahora toca volver a recuperar el mercado asiático.

También subraya que este impasse está permitiendo que Europa se prepare más ante la eventualidad de los aranceles. «Las medidas de compensación están ya dotadas», apunta.

Con todo este panorama por delante, Morejón le añade otro «cromo» más, que es el de los daños colaterales o el efecto dominó que pude traer esta política proteccionista de Trump. «Ahora mismo hay mayor preocupación por los efectos indirectos que por los aranceles», incide. La exposición de las empresas españolas o castellanomanchegas al mercado estadounidense no es excesiva, pero señala que en Alemania es superior y que España y Castilla-La Mancha sí le venden mucho a Alemania. «Si Alemania no consigue vender vehículos a Estados Unidos, yo no le puedo vender piezas a Alemania y ese efecto indirecto es de mayor preocupación que el efecto directo», alerta.