Pocos sacerdotes parecen caminar por el mundo con la serenidad que transmite Luis Ángel Jiménez. Su vocación lo ha llevado ahora mucho más allá del altar, al convertirse en el exorcista de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara. Misionero, profesor en la Sagrada Familia, cura de hospital y rural. Esta es su trayectoria, a la que desde hace casi ocho años se suma la de dedicar una parte de su labor pastoral a una de las tareas más desconocidas y controvertidas dentro de la Iglesia. Un cometido rodeado a menudo de demasiados mitos: el Ministerio del Exorcismo.
Con formación teológica y una al menos aparente profunda vida espiritual, acompaña a personas que sufren situaciones atribuidas a influencias malignas ofreciendo discernimiento, oración y consuelo desde la fe católica. Su trabajo, enmarcado dentro de estrictos criterios eclesiásticos, es discreto y prudente, y busca llevar luz donde muchos sólo ven oscuridad. Bien podría definírsele como el buen pastor de las almas.
Es usted el exorcista de la diócesis. Una figura que para muchos puede resultar no lejana y desconocida sino sonar a superstición.
"El exorcismo no es rito mágico. El demonio existe y actúa" - Foto: Javier PozoLa figura del exorcista es muy antigua en la Iglesia. Ha existido siempre. Sin embargo, si bien durante algunos años no hubo muchos sacerdotes al frente de este ministerio, al detectarse una mayor necesidad, desde Roma se pidió a todas las diócesis que al menos tuvieran un responsable en cada una.
¿Y cómo llega Luis Ángel Jiménez a convertirse en exorcista?
Fue el obispo anterior, Atilano Rodríguez, quien hace aproximadamente ocho años me pidió que asumiera este cargo. Antes de mi nombramiento, habría que remontarse muchos años atrás para encontrar esta figura.
"El exorcismo no es rito mágico. El demonio existe y actúa" - Foto: Javier Pozo¿Qué cree que vio en usted el obispo Atilano Rodríguez para ponerle al frente de este ministerio?
Eso mismo me pregunté yo en su momento. ¿Por qué a mí?, me dije. Sin embargo, cuando uno se ordena sacerdote es para servir a la Iglesia y hay que estar dispuesto a ir donde el obispo te necesite. Mi voto de obediencia me llevó a aceptarlo e intento hacerlo lo mejor posible.
Se trata de un nombramiento que realiza el obispo y es requisito indispensable el sacerdocio. Sin embargo, he de decir que no sé lo que vería en mí. Recibí la noticia con mucha sorpresa y con perplejidad. Era lo último que me podía esperar.
¿Se requiere algún tipo de formación específica?
Ser sacerdote. En el Seminario se estudia muy poquito sobre ello y no hay una facultad que te forme específicamente. Sí existe la Asociación Nacional de Exorcistas. En mi caso, lo que hice tras mi nombramiento fue ponerme en contacto con exorcistas experimentados, que me fueron facilitando lecturas adecuadas y me acompañaron en el proceso de aprendizaje. Tuve la oportunidad también de asistir a algunos exorcismos y así me fui preparando en un campo desconocido.
¿Qué labor realiza el responsable de este ministerio?
Básicamente dos. La primera consiste discernir, mediante una entrevista que se puede prolongar varios días, si la persona que te solicita ayuda está afectada por una acción diabólica o lo que tiene se debe a una causa natural que requiere de un especialista (psicólogo o psiquiatra).
En el supuesto de que se vea que hay acción atribuible al demonio, el segundo paso es el exorcismo, que no es más que una oración de petición especial por esa persona, pidiendo a Dios que la libere de la acción diabólica. Suele durar entre 20 y 30 minutos, aunque se pueden dar situaciones excepcionales en las que se prolongue más. No obstante, normalmente, la liberación no se suele conseguir a la primera sino que hay que insistir varios días y es un servicio gratuito.
¿El exorcismo se puede realizar en cualquier lugar?
El ritual indica que se debe desarrollar en una capilla u oratorio con cierta privacidad.
¿Supongo que se seguirá algún tipo de protocolo?
En esta diócesis disponemos de una capilla que es donde se realiza normalmente la oración. Para ello, el sacerdote suele llevar el alba con la estola y tomar en sus manos crucifijo y el ritual de exorcismos y otras súplicas. Además, se puede utilizar agua bendita, aceite, sal y, en ocasiones, algunas reliquias de santos, o bien el rosario. En nuestra capilla tenemos también la imagen de la Virgen, San Miguel Arcángel, el Padre Pío y María Magdalena.
La persona que acude para ser exorcizada, por precaución, ha de venir acompañada de algún familiar. En la sala hay varias sillas para ella y los acompañantes y también para el sacerdote y algún auxiliar que le acompañe también. Sólo para situaciones excepcionales disponemos también de una camilla, que no se suele utilizar.
¿En qué consiste el exorcismo? ¿Qué tipo de oración se reza?
Hay una oración deprecativa, que es obligatoria. En ella se pide a Dios que libere a la persona afligida. Pero en caso de no funcionar, también hay otra imperativa, que es voluntaria. Con esta, lo que se hace es ordenar al demonio, en nombre de Cristo, que deje de atormentar a esa persona. Yo no hablo con el demonio.
¿Está consciente o llega un momento en el que la persona exorcizada pierde la consciencia?
En el momento de verdadera posesión diábolica la persona no es consciente ni responsable de lo que su cuerpo hace y cuando vuelve en sí no recuerda nada. En todo caso, aclaro que alguien que sufre una verdadera posesión diabólica no está los siete días de la semana ni las 24 horas del día echando espumarajos por la boca y diciendo blasfemias sino que, hasta cierto punto, hace vida normal. Sólo en los momentos de crisis muestra manifestaciones diabólicas.
¿Cómo se consigue vencer al demonio en un exorcismo?
Se necesita que la persona que ha sufrido la acción diabólica y viene a pedir ayuda se acerque a la oración y a los sacramentos, se implique. El exorcismo no es un rito mágico.
¿Qué opina de la imagen que ofrecen las películas sobre lo que son los exorcismos?
En las películas no hay habitualmente interés de mostrar la verdad sino la visión más morbosa. Lo que se pretende es llenar una sala de cine y ganar dinero. Normalmente, la imagen suele ser bastante exagerada, distorsionada y macabra.
Está claro que hoy en día hay una gran demanda de filmes de misterio y el tema del exorcismo es un recurso fácil. He de decir que, antes, cuando veía una proyección en la pantalla grande o en la televisión de lo que mostraban como exorcismo, me daba miedo. Hoy, me da la risa.
¿En la sociedad laica en la que vivimos parece complicado creer en esta figura?
Existe un gran desconocimiento y exageración de la realidad. El demonio existe y actúa. La acción diabólica existe y la Iglesia ha instituido un ritual que es el exorcismo y que necesita de un exorcista para realizar la oración y liberar a la persona afectada. Y he de decir que funciona, aunque no es algo inmediato ni una cosa matemática.
En todo caso, ¿la falta de fe genera más posesiones demoníacas o no necesariamente?
Lógicamente, en una sociedad en la que Dios está más presente y se vive más intensamente la fe, el demonio tiene más difícil entrar. Por contra, cuando esta se va paganizando, Satanás empieza a encontrarse las puertas abiertas.
¿Ha llegado a sentir miedo a la hora de practicar el exorcismo?
La primera vez sí, mucho miedo, pero luego te vas dando cuenta de que el que tiene pánico es el demonio. Sabe que está vencido porque no soporta la oración. Por ello, hay que seguir el ritual con la seguridad de saber que estás haciendo lo que la Iglesia te dice.
¿Le ha agredido físicamente el diablo durante algún ritual?
Nunca hablo de lo que pasa dentro de un exorcismo ni doy datos de personas atendidas.
¿Pero llegan a la diócesis muchos casos reclamando su ayuda?
Hay muchas personas que vienen a solicitar nuestro servicio y con bastante frecuencia, después del debido discernimiento, hay que decirles que no necesitan un exorcista sino atención médica. De cada diez personas que llaman o piden ayuda, es una la que sí? necesita.
¿También acuden ciudadanos que no profesan el catolicismo?
Se dan casos, pero para poder realizar la oración con ellos, además de tener la certeza de que hay una acción diabólica, se requiere el permiso del obispo. El exorcista sólo puede actuar como tal dentro de su propia diócesis.
¿Cuáles son los signos que pueden hacernos pensar que estamos poseídos por el demonio?
Hay pistas que te ayudan a discernir. Una es el hecho de sentir una aberración desproporcionada y permanente a lo sagrado. Otra, que la persona tenga unos conocimientos que no es factible que tuviera y que te empiece a contar cosas imposibles que saber o a hablar con un lenguaje que desconoce o bien demostrar una fuerza inaudita. Sin embargo, hay que aclarar que hay muchas enfermedades psiquiátricas que tienen manifestaciones parecidas a las de la verdadera posesión o vejación diabólica. Por ello, es muy importante saber distinguir, y para ello, el sacerdote también cuenta con un equipo de colaboradores voluntarios que le ayudan. El discernimiento no es algo que haga el sacerdote por si solo sino que tiene la obligación y necesidad de consultar a profesionales de la medicina que forman parte del equipo de seglares que colaboran y ayudan a realizar el discernimiento.
¿Tiene más posibilidad de ser tentado por la acción demoniaca la persona que no vive en gracia?
Normalmente, se habla de tres causas por las que una persona puede quedar bajo la acción diabólica. La primera sería la propia exposición de la misma realizando espiritismo, participando en rituales satánicos... Lo que llamamos los maleficios o un pacto con el demonio sería la segunda. En este caso, la persona poseída decidió recurrir al demonio para conseguir algo y, la tercera sería por permisión divina, es decir, cuando Dios lo permite aunque no haya habido ni exposición ni maleficio.
¿No sé si también a la hora de efectuar un exorcismo se puede hablar de una evolución?
El ritual se ha simplificado bastante. Ahora no solo es más sencillo sino que suele ser más breve.
¿Qué le diría a alguien que se burla de la existencia del demonio?
Le diría sólo que intente creer en él antes de que sea demasiado tarde.
El demonio existe (insiste). Es un ángel caído que tiene un poder, pero al que se puede vencer en la medida en que uno acuda a Dios.
¿No sé si se ha encontrado con casos en los que el objeto de infestación no es una persona sino una casa, un vehículo o un animal?
Si, y ahí también se actúa, pero de eso tampoco hablo.
¿Qué pasa una vez que la persona ha sido liberada del demonio?
Se la invita a seguir con una vida de oración. Esto pasa por estar cerca de Dios, ir a misa, confesarse, comulgar y también es recomendable el uso del agua bendita, algo que no es exclusivo del exorcismo. Es un sacramental que la Iglesia recomienda. Ojalá la usáramos mucho más de lo que la utilizamos.
En una sociedad más paganizada como la actual el demonio se mueve con más facilidad que en una que está cerca de Dios. Es más fácil que se dé una acción diabólica en una ciudad donde haya actos satánicos y misas negras que en una donde no es así.
¿Puede un exorcismo tener éxito si la persona no cree o no colabora?
Puede tener éxito porque Dios puede liberarle en cualquier momento, pero está claro que si colabora es más fácil que se le conceda el don.
¿Qué señales indican que un exorcismo está funcionando?
El demonio se va debilitando con las oraciones.
¿Realiza algún tipo de preparación espiritual antes de cada ritual?
Se recomienda una preparación con la oración, el ayuno y la penitencia. Y al empezar el exorcismo el sacerdote reza una oración privada pidiendo a Dios ayuda. Pero cuando se libera a una persona el sacerdote no se muere ni queda endemoniado, eso sólo pasa en las películas.
¿Hay algún caso que le haya marcado especialmente?
Repito. De lo que ocurre dentro de los exorcismos no hablo. Ni del número
¿Qué recomendaciones puede dar a aquellos individuos que sienten miedo a ser poseídos por el demonio y cómo se les puede ayudar?
Si una persona habitualmente vive en gracia de Dios, reza todos los días, frecuenta los sacramentos y se preocupa por llevar una vida moral, no tiene que tener ningún miedo o temor. Hay que vivir sin obsesionarse, pero sin exponerse ni burlarse de estas cosas pensando que todo esto es mentira.
Por último, ¿qué dice la gente cuando se entera de que es el exorcista de la diócesis?
La gente que ya me ha conocido como párroco lo acepta con más normalidad de lo que pensamos.