Los ribereños se muestran decepcionados con el último trasvase

Redacción
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La Asociación de Municipios de los embalse de Entrepeñas y Buendía insta al nuevo Gobierno a modificar urgentemente las reglas de explotación del trasvase

El presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Borja Castro. - Foto: Javier Pozo / Archivo

Cuando prácticamente sólo quedan dos meses para que se cumpla el plazo autoimpuesto para la modificación de las Reglas de Explotación del Trasvase, el Ministerio de Transición Ecológica aprueba un nuevo Trasvase de 20 hectómetros cúbicos, el máximo permitido; un nuevo castigo para la cuenca del Tajo y en especial para los Municipios Ribereños, que empiezan a perder de nuevo la paciencia.

"Confiamos en que con un nuevo Gobierno estable, el proceso se acelere y empiecen a satisfacer demandas urgentes como la del Tajo, que se acerca al colapso por culpa de una agroindustria que sigue anclada en los primeros 2000, cuando se legalizaron miles de hectáreas ilegales porque pensaban que habría agua para todo", denuncia Borja Castro, presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, que se muestra muy decepcionado con esta decisión de noviembre.

A2penas entra agua en Entrepeñas y Buendía y la que entra se envía prácticamente en su totalidad hacia el Levante, para cumplir con la cuota de consumo humano que nunca niegan los Ribereños; pero también para un regadío que empieza a pedir prestada el agua para boca. Incluso se incumplen con frecuencia los desembalses al río, teóricamente prioritarios, para poder satisfacer esa necesidad", se lamentan los municipios ribereños.

"El Gobierno de España debe afrontar de una vez por todas que hay que empezar a exigir algo de sacrificio también a la agroindustria, no es justo que todo el esfuerzo venga por parte del Tajo, incluso por parte de los vecinos del Mar Menor, sus pescadores y el sector turístico; todo para que los regantes sigan con el mismo nivel de negocio, a costa de todos".

"No basta con mejorar la eficiencia si el consumo es superior, cualquier inversión allí debería estar supeditada a un plan de sostenibilidad y a una desconexión urgente de la cuenca del Tajo; como en cualquier rescate que implique dinero público".

Para los Ribereños, el nuevo Gobierno debe actuar desde el primer minuto contra un sector "hostil y en permanente enfrentamiento con los intereses públicos".