«Las Lagunas de Ruidera son un sitio ideal para desconectar»

Javier del Castillo
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Nació hace 25 años en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) y la temporada pasada consiguió el gran sueño que perseguía desde niño: ganar la Champions con el Real Madrid

«El Real Madrid intenta protegernos, pero tampoco vivimos en una burbuja», apunta el futbolista manchego - Foto: Juan Lázaro

No se cansa nunca. Corre la banda izquierda como si no hubiera un mañana y quienes mejor le conocen admiran su capacidad de trabajo y sacrificio. Este manchego, con el que departimos en la Ciudad Deportiva del Real Madrid (Valdebebas), parece bendecido por la Virgen del Monte, a cuyo santuario va con la familia de romería. Quería ser como Gareth Bale, hasta que le retrasaron la posición y tomó como referencia a Roberto Carlos y Marcelo. Fruto de la cantera, sabe lo mucho que cuesta ser titular en el mejor equipo del mundo.

Su familia es propietaria de tres establecimientos de hostelería en Bolaños de Calatrava: una cervecería en el centro del pueblo, un restaurante junto al Santuario de la Virgen del Monte y un salón para bodas y banquetes, en las afueras de la población. Como recuerda el lateral izquierdo del Real Madrid, todo empezó con el primer bar de su abuelo, José, de 78 años, al que se fueron sumando las siguientes generaciones. El pequeño Fran y su hermano David, tres años menor que él, echaban una mano, aunque sin dejar de practicar sus deportes preferidos: el balonmano y el fútbol. 

Sentados de espaldas a una gran foto de las 15 Copas de Europa, frente a un gigantesco mosaico con centenares de fotos de jugadores destacados en la historia del Real Madrid, Fran García va desgranando recuerdos y contestando a nuestras preguntas, mientras tres estudiantes de Periodismo, hispanoamericanos, escuchan y observan atentamente al entrevistado. 

Fran García y su hermano David luciendo la camiseta del Real Madrid, con ocho y cinco años. Fran García y su hermano David luciendo la camiseta del Real Madrid, con ocho y cinco años. ¿Quién confiaba más en tus posibilidades, tras pasar las pruebas de acceso al Cadete B del Real Madrid? «Cuando eres tan pequeño, todos confían en que ojalá puedas llegar a lo más alto. En que puedas hacer realidad tu sueño. Mis abuelos, mis padres y mis tíos siempre han estado ahí. Pero no todo es tan bonito como lo pintan».

Su primer referente, cada vez que entrenaba en la Ciudad Deportiva, era Gareth Bale. «Yo era rápido, aunque chiquitito, y me fijaba mucho en él. Después, al subir de categoría, me retrasaron la posición y empecé a fijarme en la forma de jugar de Marcelo y Roberto Carlos, dos laterales muy ofensivos a los que siempre traté de imitar. En el Juvenil A y en el Castilla (Madrid B) pude compartir algún entrenamiento con Marcelo y tener una temporada como entrenador en el segundo equipo a Roberto Carlos. El año de Roberto Carlos fue muy bonito a nivel personal y deportivo».

«Mi abuelo José es el que más traqueteo ha tenido conmigo, porque el resto de la familia trabajaba los fines de semana»

«En el Real Madrid siempre están los mejores, jugadores de referencia en cada posición del terreno de juego», señala«En el Real Madrid siempre están los mejores, jugadores de referencia en cada posición del terreno de juego», señala - Foto: Juan LazaroTambién era bonito, aunque sacrificado, los viajes en coche con su abuelo José, entregado como nadie a la nueva promesa del madridismo. «Mi abuelo –comenta– ha sido el que ha estado más pendiente de mí. El que más traqueteo ha tenido conmigo, porque el resto de la familia trabajaba los fines de semana, que son los días fuertes en el negocio de la hostelería. Mis abuelos, mis padres, mi hermano David y mis tíos vienen ahora a ver los partidos del Santiago Bernabéu cuando los horarios se lo permiten».

No lo dice, pero lo insinúa, que le gustaría jugar todos los partidos. «El jugador –afirma, a modo de disculpa– es egoísta por naturaleza. Todos lo sabemos. Pero, el hecho de estar ahí, superándote y creciendo día a día para ayudar al equipo, ya es importante. Tengo a los mejores cerca de mí y trato de aprender de ellos en cada entrenamiento, en cada partido. Hay que seguir trabajando, como el que más, para mejorar el nivel de juego y poder tener más minutos».

Sus palabras dejan patente el pundonor y la entrega de este carrilero –que dirían los entendidos–, empeñado en aprovechar cada oportunidad que se cruza en su camino. «Ojalá pueda hacer grandes cosas en el Real Madrid», confiesa, mientras reconoce las dificultades que entraña superar el listón marcado por Dani Carvajal, Marcelo o Roberto Carlos. Emularlos es un reto difícil, pero nadie le va a impedir aprender de ellos. «Marcelo y Roberto Carlos han sido los dos mejores laterales zurdos de los últimos tiempos y yo he tenido la fortuna de tenerlos cerca. Además, son personas increíbles, que me han ayudado muchísimo cuando he entrenado con ellos. Siempre les estaré agradecido por haberme dejado disfrutar de esos momentos».

Fran García cuenta que «la etapa en el Rayo fue una experiencia muy bonita»Fran García cuenta que «la etapa en el Rayo fue una experiencia muy bonita» - Foto: Juan LazaroFran García tiene los pies en el suelo y sabe, por experiencia, lo inescrutables que son los caminos que puede depararte el destino. Crecido en la cantera del Real Madrid, habla de amigos y compañeros que tuvieron menos fortuna. «Hace poco hablaba con Martín Calderón, compañero en el cadete, infantil y juvenil, que juega ahora en el Inter Escaldes de Andorra. También quedé no hace mucho con Gorka Zabarte (Atlético Baleares, de Primera Federación) y con Gorka Fidalgo (ahora sin equipo) y hablamos de la situación que vivimos en estos momentos cada uno de nosotros. No es fácil alcanzar el sueño de jugar en el primer equipo, aunque hayas destacado en la cantera. Hay que dar las gracias al Real Madrid por la situación de Raúl Asencio y por la mía. Lo he dicho en más de una ocasión: ojalá más canteranos tengan la oportunidad de seguir adelante, más allá del Castilla».

«La etapa en el Rayo fue una experiencia muy bonita. Tengo guardado en un huequito del pecho al equipo de Vallecas»

 Su etapa en el Rayo Vallecano –cedido con opción de compra– la recuerda con cariño. «Fue una experiencia muy bonita, que se inició con aquella sensación rara (sin público en los estadios) que vivimos durante la pandemia. Fueron tres años en los que disfruté muchísimo. En el primero conseguimos el ascenso a Primera y en el siguiente llegamos a jugar una semifinal de la Copa del Rey contra el Betis. Me tendieron la mano desde el principio, y tengo guardado en un huequito del pecho al equipo de Vallecas. Fue muy importante para mí. El Rayo ha sido mi segunda casa y eso no lo olvidaré nunca».

Otra fecha protegida en la memoria de este futbolista manchego es la del 6 de diciembre de 2018, cuando debutó con el primer equipo del Real Madrid en un partido de Copa del Rey frente al Melilla. «Iba creciendo, cumpliendo etapas en la cantera, pero mi objetivo, mi ilusión y mi sueño, era poder dar el salto al primer equipo. En realidad, es el sueño de todos los chavales cuando empiezan a entrenar y a jugar en la Ciudad Deportiva. Dices: ¡cómo me gustaría triunfar algún día en el Real Madrid! Yo he tenido la oportunidad de ver cumplidos esos sueños. Echo la vista atrás y me parece algo increíble». Tan increíble como la llamada de la selección absoluta, el 12 de junio de 2023, el mismo día en que firmó su contrato en el Santiago Bernabéu –otra fecha señalada en su trayectoria deportiva– para disputar la 'final four' de la Liga de Naciones que, encima, ganó España, aunque con él en el banquillo.

Son momentos imborrables, como la última Copa de Europa ganada con el Real Madrid o la Liga y la Supercopa de la temporada pasada. A la pregunta de si la afición madridista no perdona los errores de su equipo, también le encuentra una explicación más o menos convincente. «La afición del Madrid –dice– es exigente porque aquí juegan los mejores y eso te obliga a competir como el mejor. Tenemos que ir a por todos los títulos y cuando te pones la camiseta del Real Madrid sabes que tienes que dar lo mejor de ti mismo. Esta camiseta –dice mirándose la que lleva puesta  nos obliga a dejar al club y a la entidad en la mejor posición posible».

Estas palabras las firmarían con toda seguridad el mismísimo presidente, Florentino Pérez, y su entrenador, Carlo Ancelotti, del que admira su capacidad para conducir por el buen camino a un grupo de grandes jugadores. «Gestionar a un grupo como este no es fácil. En mi opinión, Ancelotti trata de hacer lo mejor para cada uno de nosotros y para el equipo».

«El Real Madrid intenta protegernos, pero tampoco vivimos en una burbuja»

Fran García reconoce, por otra parte, las barreras que interpone el club entre los jugadores, la prensa y los aficionados, pero entiende que, en este caso, el fin justifica los medios. «El Real Madrid intenta protegernos de los problemas y rumores que pueden generarse a nuestro alrededor. En los medios de comunicación, y sobre todo en las redes sociales, no se habla sólo de la vida profesional del jugador, sino de la vida privada. Se intentan sonsacar historias ajenas al deporte y, de ahí que el club intente impedir que esto ocurra. Algunas situaciones se sacan de contexto y hay que tratar de evitarlas, pero tampoco vivimos dentro de una burbuja».

El factor suerte y la incertidumbre sobre el futuro son dos elementos que merecen una reflexión por parte del jugador manchego. «La carrera del futbolista es corta y hay que tocar madera para que no se crucen en tu camino las lesiones. Ahora todo va bien, pero pasé un momento complicado cuando estaba en la cantera del Real Madrid. En nuestra profesión el factor suerte puede ser determinante: estar en el punto adecuado y en el momento oportuno. Por eso hay que estar siempre dispuesto a lo que pueda venir. La situación de Asencio este año es un ejemplo de lo que estoy diciendo. Estás preparado, estás listo, te llega la oportunidad y tienes que demostrar que puedes afrontar el reto».

También se habla mucho de la importancia que tiene el buen ambiente del vestuario y la cohesión que haya en la plantilla. En ese sentido, Fran García destaca el gran ambiente que se respira en el vestuario madridista. «Existe equilibrio entre los jóvenes y los veteranos. Se percibe una energía positiva dentro del grupo. Hay buen rollo –añade Fran– y eso se transmite dentro y fuera del terreno de juego. Es muy importante que exista buen ambiente, tanto para los recién llegados como para los que llevan más años en el equipo. Hacemos risas, pero, cuando llega el momento de apretarse, juntarse y estar unidos, puedes estar seguro de que tendrás a un compañero al lado que te ayudará».

Tras señalar que en la cantera hay jóvenes preparados y listos para dar el salto al primer equipo, Fran García admite las dificultades. «En el Real Madrid siempre están los mejores, jugadores de referencia en cada posición del terreno de juego. Es cuestión de tener confianza en el jugador y darle la tranquilidad necesaria. Dejarle que pueda demostrar su valía y considerarlo como uno más dentro del equipo. Estoy seguro de que siempre habrá algún canterano que pueda ayudar a conseguir los objetivos de un club tan exigente como este», afirma.

«En el Real Madrid siempre están los mejores, jugadores de referencia en cada posición del terreno de juego»

Después de ver cumplido su sueño de levantar la 'orejona' en Londres la temporada pasada –«algo muy bonito para quien ha estado tantos años en las categorías inferiores»–, le pregunto por los sueños y objetivos de la presente. «A nivel personal, mi gran objetivo es seguir creciendo día a día y dar lo mejor de mí mismo para que, tanto el equipo como yo, vayamos de la mejor manera posible». Entrega y pundonor para perseguir sueños que parecen inalcanzables no le van a faltar, como lo demuestra cada vez que salta al terreno de juego.

Antes de poner fin a la entrevista y salir corriendo para atender otros compromisos que le esperaran en las mismas instalaciones de Valdebebas, Fran García hace un improvisado recorrido por algunos de los lugares de Castilla-La Mancha que le han ayudado a desconectar de la locura competitiva en la que vive.

«Con algunos amigos de la infancia –explica el jugador del Real Madrid– he disfrutado en varias ocasiones de la Lagunas de Ruidera, una zona que me encanta. Me parece un escenario ideal para desconectar y refrescarse. También me gustó mucho el Parque Nacional de Cabañeros, cuando lo visité en una excursión del colegio. Recuerdo que todos los colegios organizaban visitas para conocer mejor la riqueza de la fauna y flora de aquellos parajes».

Además de soñar con nuevos títulos para su actual equipo, como colofón a una temporada intensa y llena de sobresaltos, incluye en su apartado de buenos deseos el regreso a Primera División del Albacete Balompié. «Ojalá el Alba tenga la oportunidad de pelear este año por alcanzar el 'play off' o ascender directamente a Primera. Me alegraría mucho –apostilla– celebrar el éxito que merece el principal equipo de mi tierra».

«Fue emocionante compartir el título de 'hijo predilecto' con Fran Lara»

A partir de los 13 años, lejos de su familia, Fran García se impuso como propio el reto de ser alguien importante en el mundo del fútbol. «Venir a Madrid siendo casi un niño no fue fácil. Aquí coincidí –recuerda el futbolista– con otros cuatro chavales como yo y tuve la oportunidad de compartir con ellos una especie de refugio vital. Eran como mis hermanos: personas cercanas con las que pasaba las 24 horas del día. Dormíamos cuatro en cada habitación de la residencia. Al principio echaba mucho en falta a mi familia. Luego, con el paso del tiempo, te vas acostumbrando y conoces a otras personas que te apoyan para que sigas dando pasos hacia adelante».

Trece de los veinticinco años que tiene ahora el jugador manchego los ha vivido en Madrid, lejos de los escenarios de su infancia. Alejado de su entorno. Le gustaría volver con más frecuencia a Bolaños de Calatrava, pero se lo impide el apretado calendario de competiciones de su equipo. «Cuando tengo algún día libre, me gusta desconectar. Coger aire, porque aquí no hay tregua. Cada tres días hay un partido».

Busca refugio, de manera excepcional, en la familia y en los amigos de toda la vida. Lo que más le gusta a Fran es encontrar la tranquilidad en una casa de campo, donde jugar partidas de cartas y degustar la comida manchega que en Madrid no tiene tan a mano. «Al final, lo que quieres es disfrutar de la gente a la que echas de menos. Gente a la que extrañas y no puedes tener cerca en el día a día». 

Dice que no tiene inconveniente en hacer la compra en Mercadona y ocuparse de la limpieza de la casa.  «Cuando salgo de la urbanización donde vivo, me gusta hablar con la gente y llevar una vida lo más normal posible. Tengo a mi lado un grupo de personas a las que agradezco que me digan cosas que no siempre te gusta oír. Soy un chaval de 25 años que vive una realidad distinta a la de muchos chavales de mi edad. Necesito que alguien de confianza me diga: por aquí vas bien, por aquí no vas bien, y aquí estoy yo para ayudarte o aconsejarte. Mis grandes amigos son Carlos Fernández, que fue mi primer entrenador, y los compañeros de la partida, en Bolaños de Calatrava. Eso no cambia. Lo tengo siempre presente».

El 8 de julio de 2024, el defensa del Real Madrid vivió, junto a otro gran deportista y paisano, Fran Lara, un día inolvidable. Compartió con el jugador paraolímpico de baloncesto – medalla de oro en los JJOO de Río de Janeiro 2016– el título de 'hijo predilecto' y el saludo a sus paisanos desde el balcón del Ayuntamiento. «No podía tener mejor compañía. Estábamos nerviosos y nos hacíamos algunas bromas para disimularlo. Fue muy emocionante», comenta. 

Su familia siempre ha sido del Madrid y lleva con orgullo que uno de sus miembros defienda los colores de su equipo. Para demostrarlo, viajan a ver a su ídolo, Fran García, cada vez que el equipo juega en casa.

Aunque esté sentado algunos partidos en el banquillo.