Medidas anticrisis para el sector agroalimentario

SPC
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Ayudas para gasóleo y fertilizantes y la disminución del IVA en ciertos alimentos son la herramienta para que agricultores y ganaderos puedan producir y las familias puedan consumir lo que producen estos profesionales

Medidas anticrisis para el sector agroalimentario - Foto: Pablo Lorente

El Gobierno aprobó este martes en Consejo de Ministros un plan anticrisis destinado a hacer más llevadera para las familias la subida del precio de los alimentos o paliar el aumento de costes en la agricultura, además de afectar a otros aspectos que quedan lejos del ámbito agroalimentario (transporte público, alquileres...). Gasóleo, fertilizantes o reducción y eliminación en el IVA de ciertos productos son los protagonistas de algunas de las medidas que tratan de facilitar las cosas a los profesionales del campo para producir y a los ciudadanos de a pie para poder consumir lo que se produce.

Uno de los anuncios más esperados es el mantenimiento del descuento de 20 céntimos por litro de carburante para agricultores, ganaderos o pescadores. El importe de la subvención se abonará por la Agencia Estatal de Administración Tributaria mediante el mismo procedimiento mediante el que se realiza la devolución parcial de las cuotas del Impuesto Especial de Hidrocarburos. Se considerará solicitada la ayuda con la presentación de la solicitud esta devolución a partir del 1 de abril de 2023. Unos 120.000 agricultores y ganaderos piden anualmente esta devolución, si bien el Ministerio de Agricultura espera que el número que finalmente se beneficie de esta ayuda, calculada en 240 millones de euros, sea mayor. La devolución se podrá solicitar a partir del 1 de abril de 2023.

En el caso de los fertilizantes, unos 300.000 agricultores se beneficiarán de la ayuda directa, con un presupuesto de 300 millones de euros. Esta subvención se concederá por hectárea, hasta un máximo de 300, y será de 22 euros por hectárea en el caso de superficie de secano y de 55 euros para el regadío. Los fertilizantes suponen un 8% de los consumos intermedios del sector agrario y su precio medio aumentó el 80% entre septiembre de 2021 y septiembre de 2022, según el Ministerio. Por ello el Gobierno considera necesario habilitar ayudas para hacer frente a este incremento de costes que incide negativamente en la rentabilidad de las empresas agrarias.

En lo que se refiere al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de determinados alimentos, de forma temporal, desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, el Ministerio de Hacienda establece ciertas reducciones. Así, pasan del superreducido del 4% al 0% de IVA los siguientes alimentos: el pan común, las harinas panificables, la leche, los quesos y los huevos, así como las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, que tengan la condición de productos naturales o frescos. Además, se aplicará el tipo del 5% del IVA (en estos momentos está en el 10%) a los aceites de oliva y de semillas, y a las pastas alimenticias.

Esta reducción del tipo impositivo, en la que se echa de manos la aparición de otros productos como la carne o el pescado, favorecerá íntegramente al consumidor. Esto quiere decir que el importe de la reducción no puede dedicarse total o parcialmente a incrementar el margen de beneficio empresarial. Sobre el papel esto es fácil, pero los próximos meses dirán si estas rebajas ayudan finalmente al ciudadano de a pie o son aprovechadas por las empresas para engordar sus cuentas.

En cualquier caso, las organizaciones agrarias aprecian la iniciativa del Gobierno. El presidente de ASAJA, Pedro Barato, ve «positivas» las medidas anunciadas para rebajar el IVA a alimentos básicos; «todo lo que sea rebajar impuestos ayuda al consumo». El secretario general de COAG, Miguel Padilla, a falta de conocer la «letra pequeña», cree que las ayudas para la adquisición de fertilizantes son provechosas para facilitar la labor del sector primario, ya que su coste actual ha hecho que alcance precios «absolutamente desorbitados» y haya habido una reducción en su uso con el efecto que eso tiene en la «merma» de cosechas. Por su parte, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, se considera satisfecho con las nuevas medidas, aunque ha echado en falta que la rebaja del IVA incluyera a la carne y el pescado.

 

Aceite de oliva.

El presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Pedro Barato (también presidente de ASAJA), ha declarado que «cualquier medida que facilite el acceso de los consumidores a una dieta más saludable es bienvenida, aunque bien es cierto que hubiésemos preferido ir a un IVA cero como otros alimentos básicos», refiriéndose a la reducción del 10% al 5% en el aceite. Tomando como representativo actualmente el precio de cinco euros por litro de virgen extra, la medida del Gobierno implicaría una rebaja de 25 céntimos; no parece gran cosa, pero puede suponer un factor importante en las decisiones de compra de los consumidores y un beneficio a la larga para el sector productor.

Según la Interprofesional, el Ministerio de Agricultura ha rebajado de nuevo las previsiones de producción, que se alejan de las 800.000 toneladas que se barajaban hasta hace pocos días. En el año 2021, los hogares españoles consumieron 357.527 toneladas de Aceites de Oliva, el 67,12% de todos los aceites y grasas vegetales adquiridos por las familias de nuestro país. La organización no quiere que esas cifras mengüen, pero la subida de precios por la merma en la producción va a ser un obstáculo y esta rebaja del IVA puede ayudar. En las últimas fechas, el ministro Luis Planas ya pedía prudencia a la industria con los precios para evitar convertir al aceite de oliva, base de la dieta mediterránea por la que nos envidia medio mundo, en un artículo de lujo.

Pero no es tan sencillo. «Hay que tener en cuenta que los aceites de oliva están sufriendo una enorme tensión en los mercados mundiales, fundamentalmente por las previsiones de una producción muy ajustada, por el efecto de la sequía en el Mediterráneo. De hecho, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha vuelto a rebajar sus previsiones de cosecha. Ahora, ni siquiera llegaríamos a las 770.000 toneladas este año», ha explicado Barato. A eso hay que unir los incrementos de costes que está sufriendo el conjunto del sector por las subidas en el precio de la energía, los fertilizantes o los envases.