"Creo que la máquina que he inventado tiene bastante futuro"

Inmaculada López Martínez
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Este agricultor de Utande diseñó, fabricó y patentó un aparato para coger aceitunas que está teniendo una enorme repercusión

El agricultor de Utande, Tomás Santamaría, posa con la máquina para coger olivas que acaba de patentar. - Foto: Javier Pozo

A sus 45 años, Tomás Santamaría, agricultor de Utande, acaba de conseguir la patente de una máquina que él mismo diseñó y fabricó para coger las aceitunas de sus propios olivares. Asegura que fue «un intento a la desesperada» para no tener que abandonarlos, habida cuenta de la escasa rentabilidad que este cultivo tiene en la provincia. La repercusión de la Tomasenka –como así decidió llamar a este aparato– ha sido tal que ya le están llegando las ofertas de fabricantes interesados en su producción y comercialización masiva. Mientras estudia estas propuestas, Tomás sigue dedicado a lo que más le gusta que es cultivar y cuidar su explotación agrícola, mayoritariamente cerealista.

¿Podría explicar qué es exactamente la 'Tomasenka'?
Según la definición que figura en el Registro de Patentes y Marcas, la Tomasenka es un formato abierto por delante con un cajón abajo donde caen las olivas y unos motores que varean el olivo. Explicado de una manera más amplia se podría decir que es un implemento más del tractor que puede engancharse delante -a la pala- o por detrás. Es una estructura metálica de tres paredes que incorpora unos rotores que mueven una especie de latiguillos de plástico que giran hacia dentro. La máquina entra en el olivo, lo varea y las aceitunas caen en un cajón que lleva debajo, similar a los cajones de los paraguas que suelen usarse para la recolección a gran escala.
¿Qué supone que el Ministerio de Industria haya concedido a esta máquina que usted mismo diseñó, construyó y patentó el título de 'modelo de utilidad pública'?
Después de estar tres años intentándolo, contar con este reconocimiento ha sido un subidón muy grande, algo brutal. Me encanta que una idea que he tenido, efectivamente, tenga este reconocimiento. 

A efectos prácticos, ¿supone que se abre la vía de su comercialización?

El agricultor de Utande, Tomás Santamaría, posa con la máquina para coger olivas que acaba de patentar.El agricultor de Utande, Tomás Santamaría, posa con la máquina para coger olivas que acaba de patentar. - Foto: Javier Pozo

Así es. A fecha de hoy, ya hay particulares que con mi ayuda ya están fabricando esta máquina a modo de prototipos, de manera totalmente altruista por mi parte. También hay instituciones educativas que están interesados en fabricarla para que los alumnos practiquen como modelo de innovación. Y, además, estoy estudiando alguna oferta de fabricantes que la quieren poner en producción masiva y, por eso, estoy estudiando bien la patente que tengo reconocida para fijar determinadas cuestiones. Creo que esta máquina tiene bastante recorrido y futuro porque tengo ofertas interesantes. No me esperaba tanta repercusión, es alucinante. 

¿Cuándo y cómo le surge la idea de diseñar y fabricar esta máquina?

La idea surgió cuando, justo antes del confinamiento, un vecino de Valdearenas me echó la charla porque estaba cogiendo las olivas a mano, me dijo que me comprara un paraguas o que me inventara algo, pero que no podía seguir así. Pensé que llevaba razón y me puse a darle vueltas a la cabeza. Un día fui a lavar el coche y, según lo metí en el lavadero, me fijé en los rodillos que giran para limpia y fue justo ahí surgió la idea de trasladar un mecanismo similar a un cajón que sirviese para coger olivas.

¿Cuánto tiempo invirtió en llevar a cabo su construcción? 
Estuve un mes de agosto a ratos. No me llevó excesivo tiempo.

¿Qué ventajas o diferencias tiene el modelo que ha inventado respecto a otras máquinas parecidas que hay en el mercado?
 La Tomasenka tiene el plus de que no se necesita poner mallas debajo del olivo porque caen en el cajón. Además, vale para toda clase de olivos, ya sean de una pata o de cinco patas. Si tienes olivares tradicionales, como los que tenemos en esta zona, te permite coger olivos de cinco patas yendo tú solo. 
Lleva utilizando la 'Tomasenka' en tres campañas, ¿qué balance realiza de su funcionamiento?

Empecé a usarla el año 2021. Tuve la mal suerte que, entre ensayo y error y que conseguí que funcionara viablemente, vino la borrasca Filomena y se cayeron las olivas. Pero ya recogí bastante más de lo que no hubiera cogido a mano. Esta máquina supone dejar de pasar calamidades en el campo cogiendo olivas (los pies fríos, las manos heladas, las orejas con sabañones, que te salta una rama y te devora un ojo, etc.) para ir caliente en el tractor. Además, en una hora, recoge el doble o el triple de olivas que todo un día a mano. La diferencia es mucha. Funcionar, funciona bien, aunque tiene algún detalle que perfeccionar, todo invento requiere de mejoras.

¿Cuántos olivos tiene?
Tengo cinco o seis mil olivos. Cogía yo solo las olivas porque contratar personal no es rentable tal y como están los precios, como suele decirse, cuesta más el collar que el galgo. Las cuentas no salen. Entonces iba solo, cogía las que podía y hasta donde podía y llegaba.

 ¿Cuál es la problemática del olivar en la provincia? 
La problemática del olivar en la provincia es que son olivos marginales de muy baja producción. Además, en la mayoría de los pueblos, son olivares pequeños, desiguales, de difícil acceso y muy dispersos porque no está hecha la concentración parcelaria. Es una pena porque muchos son olivos añejos que ofrecen una muy buena calidad de aceite. 

Ante esta situación que describe, ¿podría llegar a desaparecer este cultivo en la provincia?
El cultivo del olivar en la provincia está en vías  de extinción. El ponerme manos a la obra con el diseño y fabricación de esta máquina fue un intento a la desesperada para no dejar mis olivos abandonados. Ha sido apasionante construirla y pensé: «si funciona, estupendo; y si no funciona, al menos e intentado algo para no abandonarlos».

En general, ¿cómo analiza la situación que vive el sector agrícola?
La situación del sector es muy crítica porque los costes de producción (gasóleo, fertilizantes, etc.) se han multiplicado de una forma exagerada, por cuatro, por ocho, por diez, y los productos que cultivamos, por ejemplo el trigo, sigue estando al precio de hace 40 años. 

¿Cuáles son sus reivindicaciones?
La única reivindicación que tenemos los agricultores es que nos paguen un precio digno por nuestras cosechas.

Desde APAG, se reclama hace unos días flexibilidad para la PAC 2024, ¿qué opina de la nueva Política Agraria Común?
El problema de la PAC es que las normas las hacen unos señores desde una oficina y no se bajan a pie de campo. Cada vez nos apretan más, exigen más y dan menos. Desde 1992 que empezó la PAC a la actualidad, los agricultores estarán cobrando por ayudas y subvenciones un tercio menos, que se dice pronto. Además, sufrimos demasiada burocracia y papeleo para tener al corriente nuestras explotaciones. Son demasiadas complicaciones. 

¿Por qué eligió ser agricultor?
Era algo que me viene de familia. Estudiar no era lo mío y cuando cumplí los 16 años, mi padre me dijo que o estudiaba o a coger olivas. Así empecé y, poco a poco, le fui cogiendo el gustillo. 

¿Qué es lo que más le gusta de dedicarse al campo?
Cuando te sientas en la cosechadora y ves que tienes una buena cosecha, eso te llena el alma y el espíritu. Que luego se venda mejor o peor, ya es otro tema. Pero empezar a cultivar, ver cómo crece y se desarrolla la planta, luego meter la máquina y sacar tu cosecha, es muy satisfactorio porque es el fruto de tu trabajo, te llenas de amor propio. 

Con las recientes lluvias, ¿se podrán mejorar las cosechas de los últimos años?
Para el cereal lo que hace falta es que llueva en el mes de abril, en la primavera. Ahora cogen el agua los manantiales, pero para los agricultores con poca agua es suficiente para que la siembra nazca. Hace falta que vengan lluvias en abril. No es que queramos mucha agua, la queremos cuando hace falta. A las olivas esta lluvia sí les está viniendo bien porque están engordando y se están poniendo muy lustrosas.

¿Y cómo se presenta la campaña de la aceituna?
En mi zona, hay bastante cantidad de olivas, como hace años que no se veía. Por tanto, en cuanto a producción se espera un año bueno, otra cosas son los precios. Por lo que he podido oír, las fábricas otra vez nos van a chulear y nos van a pagar muy poco, no va a ser un precio digno.

 ¿Animaría a los jóvenes a apostar por el campo?
Para lanzarse a la agricultura hace falta una inversión muy importante. Si no tienes una base, algo heredado de tu padre, de tu abuelo, de tu tío, pues vale. Pero es muy difícil iniciarse en esta actividad con la cantidad de dinero que cuesta absolutamente todo. La mayoría de los jóvenes que ahora se dedican a la agricultura, por no decir todos, son aquellos que han tomado el testigo de algún familiar. No es viable bajo ningún concepto que alguien que no ha pisado el campo, se dedique a esto. A parte que hay que tener una base y  cierta experiencia y conocimientos previos.