Los ganaderos rechazan el crotal electrónico en el vacuno

SPC
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El Ministerio quiere implantar, a partir del 30 de junio, este nuevo método de identificación que Bruselas no exige y cuyo coste recaería de manera exclusiva en el responsable de la explotación

Los ganaderos rechazan el crotal electrónico en el vacuno

Pese a la tan cacareada simplificación administrativa, el Ministerio de Agricultura se empeña en incrementar los costes de los ganaderos de extensivo y, aparentemente, en complicarles todavía más la gestión de sus explotaciones sin que medie una obligación legal para hacerlo y sin que de ello se derive ningún beneficio adicional para el ganadero o para el consumidor, aseguran desde ASAJA.

La identificación animal y la trazabilidad son una preocupación compartida por todo el sector ganadero. En el caso del vacuno, este asunto quedó resuelto hace ya más de 30 años cuando se impuso la identificación individual mediante crotal auricular. Un sistema, que ha demostrado sobradamente su eficacia y que permite que, desde su nacimiento, el 100% de los animales esté correctamente identificado con un número propio y exclusivo (una suerte de DNI) que llevan prendido en ambas orejas.

Por esta razón, ASAJA está totalmente en desacuerdo con la implementación de la nueva e innecesaria obligación a partir del próximo 30 de junio de emplear crotales electrónicos en ganado vacuno, tal y como recoge el artículo 5 del Real Decreto 787/2023. La organización alega que el sistema actual, basado en una identificación convencional individualizada, es suficiente y adecuado para permitir y garantizar la trazabilidad de los animales. El crotal electrónico no ofrece ninguna garantía adicional en lo que se refiere a trazabilidad, supone un sobrecoste y dificulta la gestión del manejo y el movimiento de animales, denuncian.

El mayor coste de los crotales y de los duplicados, la imposibilidad de realizar el movimiento de animales que han perdido el crotal electrónico hasta su sustitución, o el manejo y la distorsión que se dará con los animales importados, en los que esta identificación no es obligatoria, son tres de los problemas que se presentan ante esta nueva obligación, aseguran en ASAJA.

Entendiendo que la identificación electrónica puede suponer un avance en la automatización de los procesos en los cebaderos industriales, para que sea realmente útil a nivel general es necesario que la cadena esté preparada con la tecnología adecuada. Es evidente que en este momento no se da esta circunstancia. Por tanto, ASAJA considera inaceptable que tenga que implantarse de forma obligatoria en todo el sector. Si se quiere trabajar en este sentido, en primer lugar tendría que facilitarse y promoverse la digitalización de la cadena.

ASAJA destaca que el Reglamento delegado (UE) 2019/2035 de la Comisión de 28 de junio de 2019 por el que se completa el Reglamento (UE) 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo referente a las normas sobre los establecimientos que tengan animales terrestres, no establece la obligación de implantar este sistema de identificación electrónica en vacuno; de hecho, según el informe de la Comisión Europea publicado en agosto de 2023, solo cinco países han establecido la identificación electrónica obligatoria en todo su territorio.

Por otro lado, en los considerandos se reconoce que generalizar, con carácter obligatorio, la identificación electrónica en toda la Unión Europea podría tener efectos económicos adversos para algunas explotaciones, por lo que se sugiere introducir este método de identificación de manera voluntaria, para que pueda ser elegido por los poseedores de animales que puedan obtener beneficios económicos con su uso, y se insta además a los Estados miembros a estudiar las repercusiones del uso de la identificación electrónica obligatoria en los pequeños ganaderos antes de imponerlo.

Por todo ello, ASAJA insta al Ministerio a no implantar este nuevo sistema de identificación electrónica obligatoria en el caso del vacuno y a no ir más allá de permitir su uso con carácter meramente voluntario.

Carta a luis planas.

Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) va a solicitar formalmente al departamento de Luis Planas, a través de una carta dirigida al Director General de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, Valentín Almansa, la eliminación de la obligatoriedad de implantar el crotal electrónico. Según la organización, la identificación electrónica obligatoria no solo carece de fundamento legal en la normativa europea, sino que representa un claro perjuicio para las explotaciones ganaderas, especialmente en el medio rural. «La trazabilidad ya está garantizada con el sistema actual de identificación convencional. Obligar a todo el sector a dar este paso sin una digitalización previa de la cadena es poner el carro antes que los bueyes», declara Joaquín Gargallo, responsable del sector vacuno de COAG.

COAG recuerda que el Reglamento Delegado (UE) 2019/2035 no impone esta obligación a nivel comunitario. De hecho, según datos de la propia Comisión Europea, únicamente cinco países han establecido de manera obligatoria la identificación electrónica en todo su territorio. «La norma española va mucho más allá de lo exigido por Bruselas. Pedimos coherencia y sensatez: que se ajuste a las verdaderas obligaciones europeas y se evite imponer cargas innecesarias al sector. Cada vez que abren la boca sube el pan… y en este caso el filete. Acabamos asumiendo más costes sin sentido», se apunta desde la organización agraria.

«La identificación electrónica no aporta garantías adicionales, pero sí más burocracia, más dependencia tecnológica y un coste adicional que el ganadero no puede asumir. Es una decisión sin consenso y sin planificación», subraya Gargallo.

COAG insiste en que, antes de imponer esta medida, es imprescindible garantizar una digitalización real de toda la cadena, desde la explotación hasta los mataderos y oficinas veterinarias. Solo así podría hablarse de una transición útil hacia la automatización.

La organización agraria ha reiterado su disposición al diálogo con el Ministerio, pero con una condición clara: que se elimine la obligatoriedad del crotal electrónico para el vacuno y se respete el principio de proporcionalidad y viabilidad que rige en la normativa europea. «La simplificación administrativa debería ser real y no impostada. El Ministerio no puede decir en foros de ganadería extensiva que apuesta por soluciones dialogadas con el sector y luego aprobar disposiciones y obligaciones de forma unilateral», apostilla el responsable de vacuno de COAG.

 

Trabas del nuevo método:

Incremento del coste, tanto en crotales electrónicos como en sus duplicados.

Paralización de movimientos de animales que lo pierdan hasta su sustitución.

Desventaja competitiva frente a animales importados sin esta obligación.