De Sacedón al fin del mundo

Inmaculada López Martínez
-

Han pasado nueve meses desde que la alcarreña Marta Serrano y su pareja, Alfredo Hernández, comenzaron en la localidad ribereña la mayor aventura de sus vidas: recocorrer en bicicleta todo el planeta durante cuatro años

Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. - Foto: Universal Nómada

Sacedón fue el lugar escogido por Marta Serrano y por su pareja, Alfredo Hernández, para arrancar, el pasado 7 de enero, la aventura más apasionante de sus vidas: dar la vuelta al mundo en bicicleta. La elección del punto de partida de este increíble viaje, que les llevará a recorrer los cinco continentes del planeta durante unos cuatro años, no fue casual ya que Marta es oriunda de la localidad ribereña y quiso que fuera allí donde sus familias, amigos y vecinos les brindaran una calurosa despedida. 

Cuando han transcurrido nueve meses desde que esta intrépida pareja iniciara tan extraordinario periplo, el balance es «totalmente positivo», tal y como ellos mismos confirman. «Al principio, fue como un proceso de adaptación porque supone un cambio radical en tu modo de vida. Dejas de tener una rutina diaria, no tienes que ser productivo y todo eso necesita de tiempo y de aprendizaje», comenta Alfredo. «Hasta que pasaron los primeros meses no empecé realmente a disfrutar bien del viaje, ahora ya estamos adaptados al cien por cien», añade. «Se nos está dando mucho mejor de lo esperado porque una aventura así tiene sus más y sus menos», apostilla Marta.

Aparte de una minuciosa planificación del recorrido y de la logística de tan larga expedición, estos dos cicloturistas –apodamos a sí mismos con el nombre de Universal Nómada–, quisieron acostumbrarse a llevar una vida «más austera y minimalista» para que el impacto fuese menor una vez iniciado el viaje. Así las cosas, explican que estuvieron viviendo dos años antes en una camper en pleno centro de Madrid «para ahorrar todo el dinero que pudiésemos y desprendernos de aquello que no nos hacía falta». «Irte de una casa a un furgoneta y de una furgoneta a una bici es mucho más fácil que de una casa a una bici directamente, el proceso fue progresivo», comentan.

Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. - Foto: Universal Nómada

Hasta el momento, Marta y Alfredo ha atravesado una decena de países sobre dos ruedas. Tras salir de España, cruzaron Francia, pasaron por Suiza, los Alpes italianos, Eslovenia, Hungría, Rumanía, Croacia y Bulgaria. «En Bulgaria tuvimos que parar porque sufrí una sobrecarga muscular en la ingle y los médicos que me vieron me aconsejaron descansar de la bici durante un mes», relata Marta. Y es que, tal y como recuerda esta joven sacedonense, aparte de dar pedales, «llevamos en las bicis unos 60 kilos de peso entre enseres, la tienda de campaña y ropa para las cuatro estaciones». Sin embargo, este imprevisto no aplacó los ánimos de este dúo de trotamundos, que decidió dejar las bicicletas en casa de unos amigos cerca de la ciudad de Sofía y tomar un avión rumbo al Líbano para continuar su periplo como mochileros. 
De esta manera han tenido la oportunidad de conocer el propio Líbano, Jordania y Egipto, donde se encuentran en la actualidad. «Ahora nos estamos moviendo más haciendo autoestop y nos solemos alojar en hostels y en Airbnbs porque en estos países todo es mucho más barato», relatan. «Al final, siempre tienes que tener un plan A, B y C porque en un viaje así es imposible tener todo cuadrado, que todo te salga bien, no puedes planificar todo a largo plazo porque pueden surgir imprevistos como éste que nos ha pasado que te obligan a cambiar de idea en cualquier momento», advierte Alfredo.

Recorrido

Una vez que recorran Egipto y recalen en El Cairo, la intención de Marta y Alfredo es regresar en avión a Bulgaria y continuar su travesía en bicicleta dirección Grecia, Turquía, Irán y Turkemistán para entrar en la India, seguir por Nepal, China y otros países asiáticos. Posteriormente, su idea es dar el salto a Australia y Nueva Zelanda para, desde allí cruzar a Sudamérica y, finalmente, a Sudáfrica. «Llevamos nueve meses de trayecto y creemos que se alargará por unos cuatro años», estiman.

Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. - Foto: Universal Nómada

Ambos tienen claro que abandonar es algo que no entra en sus planes y, a pesar de haber sufrido momentos de extrema dureza y tensión como pedalear en zonas montañosas con un frío invernal, bajo la lluvia y el granizo, o dormir en la tienda de campaña rodeados de osos pardos y escuchando aullar a los chacales, son muchas más las sensaciones positivas que van acumulando en sus mochilas. «Lo que estamos viviendo cada día, cada minuto, cada frontera es un mundo nuevo», asegura Marta. «No sólo viajamos por los paisajes y por conocer gente, lo hacemos para  sentir emociones y para ver las cosas con nuestros propios ojos», apunta Alfredo.

Por ello, el contraste cultural que existe entre unos y otros países o la hospitalidad de la gente son sentimientos que jamás hubiesen imaginado experimentar. «Cada vez que entras en un país es un mundo nuevo, son estímulos y sensaciones diferentes», afirma Marta, quien relata emocionada cómo en el duro invierno francés hubo familias que les acogieron en sus casas de manera completamente altruista. «Que una familia te recoja un día de nieve que te estás muriendo de frío y te lleve a su casa, que te prepare la cena, te de una cama para dormir y se vayan al día siguiente a trabajar y te dejen allí con total confianza es algo que no se puede describir con palabras. Ese día me puse a llorar. Estamos muy agradecidos por toda la ayuda que nos está prestando gente a la que no conocemos de nada».

De manera habitual, Marta y Alfredo utilizan para descansar y dormir una pequeña tienda de campaña que transportan en sus bicicletas. No obstante, también usan aplicaciones especializadas en este ámbito como Warm Shower, que facilita el intercambio mundial de hospedaje para cicloturistas. «A cambio de hacer, por ejemplo, una tortilla de patatas y contar cómo va tu viaje, el anfritrión te ofrece una ducha de agua caliente y un sitio donde dormir», explican.

Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. - Foto: Universal Nómada

Presupuesto

En lo que respecta a la marcha del presupuesto establecido, los integrantes de Universal Nómada se muestran «satisfechos». «Nos marcamos una cantidad de cinco euros al día que era muy utópica porque los precios se han encarecido mucho, sobre todo en Europa es es imposible de cumplir, pero vamos compensado un poco con otros países como ahora Egipto donde todo es mucho más barato», explican. 
No obstante, a lo largo de este trepidante viaje, Marta y Alfredo también han buscando la manera de generar ingresos. Cada tres semanas en ruta, suelen parar cuatro o cinco días y teletrabajan. En el caso de Marta, que es protésica dental de profesión, hace trabajos como autónoma que le encargan distintas empresas. De su lado, Alfredo se centra en preparar y editar los vídeos que todos los domingos, a las 20,00 horas, sube al canal oficial de Universal Nómada en YouTube, donde van narrando las andanzas y anécdotas que les ocurren cada semana. «Nos ayuda mucho que la gente se suscriba a nuestro canal», afirman. Aparte de YouTube disponen de cuenta en Instagram a través de la cual también están en contacto con muchos de sus seguidores, entre ellos, paisanos de Sacedón. «La verdad es que nos sentimos muy seguidos y apoyados por todo el mundo», declaran.

Precisamente, las redes sociales y, sobre todo, la facilidad para realizar videollamadas es lo que les mantiene cerca de sus seres queridos. «Pensaba que iba a ser más complicado tener lejos a los míos, que los amo, pero cada vez que cruzamos un país compramos una tarjeta SIM y como tenemos datos, podemos verlos y hablar con ellos a través de videollamadas prácticamente todos los días», cuenta Marta. Además, ya han recibido algunas visitas en lo que llevan de ruta. «Los padres de Alfredo vinieron a vernos cuando estuvimos en Italia y en Turquia, unos amigos también nos visitaron en Rumanía y pronto veremos a mi hermano», añade. 

Más fotos:

Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero.
Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. - Foto: Universal Nómada
Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero.
Varias imágenes del recorrido que Marta y Alfredo están realizando por el mundo y con las autoridades de Sacedón, desde donde partieron en enero. - Foto: Universal Nómada

Aunque es difícil elegir, esta intrépida pareja se queda con las bucólicas vistas de las cumbres nevadas de los Dolomitas, con la sensación única de flotar en el Mar Muerto y con el espectacular desierto del Wadi Rum, también conocido como el Valle de la Luna, al sur de Jornadia. Pero, por encima de todo, esta extraordinaria experiencia les está regalando una enseñanza de vida impagable que es la de conocerse a ellos mismos a nivel de pareja y, sobre todo, como personas. «Este viaje nos está enriqueciendo mucho tanto personalmente como en nuestra relación. Es un aprendizaje constante en todos los ámbitos. Te das cuenta de que para disfrutar de la vida no hacen falta tantas cosas», aseguran. Por ello, esta pareja de viajeros recomienda a todo el mundo «parar y resetear alguna vez». «Para todo lo que vivimos, hacer un stop de uno o dos años, no es nada». Afortunadamente, a ellos todavía les queda por delante mucho que ver, sentir y aprender.