Los protagonistas de Enemigos, la última película del alicantino David Valero, son dos chavales de un barrio humilde de comportamiento antagónico. Una cinta que habla de la importancia de la familia, y que parece una película llena de valores que se presenta más que adecuada para que vean los adolescentes. Se estrenó el 9 de mayo.
Su película habla de amistad, de compasión y de perdón. ¿Es consciente de que aborda temas que pocos tratan?
Los temas que se abordan dependen del momento, quizás Enemigos ponga de moda volver a conectar con las emociones y atender al prójimo, y espero que sea así.
En Enemigos queda claro que, aún viviendo en barrios humildes, lo que marca a estos chicos es la familia que tienen detrás…
Me interesaba plantear los dos mundos en los que se mueven Chimo y El Rubio, donde el primero crece en una familia con unos valores, frente a las circunstancias de el segundo, en cuyo hogar lo único que se aporta es violencia y odio.
¿Cómo surge esta historia?
Parte de un documental que rodé en 2016 que se llamaba Scratch, que nace de mi adolescencia, de mis vivencias en San Vicente de Raspeig, en Alicante. En mi entorno había un chaval que influyó mucho en mi ambiente porque era una persona muy violenta. Me plantee de dónde venía tanto odio y fue cuando empezamos a crear esta historia.
Quiero creer que hay más Chimos que Rubios, aunque la realidad parece que lo desmiente…
Estoy convencido de que hay más gente buena que mala pero, por alguna razón, los malvados hacen más ruido, la gente de gran corazón no necesita darse a conocer.
La música juega un papel importante en Enemigos. ¿Desde el comienzo de la redacción del guion lo tuvieron claro? ¿Fue difícil que se incorporara gente de música urbana como Steve Lean o Remate?
Cuando empezamos a escribir teníamos claro que queríamos una película actual, de adolescentes de ahora, y todo nos llevaba a la música urbana. Me refiero sobre todo al tema del trap y esta sonoridad la utilizamos a nivel narrativo para que estos dos personajes, aparentemente tan opuestos, empezaran a conocerse y entenderse. Steve Lean y Remate eran la mejor opción.
¿Fue difícil encontrar a los dos chavales protagonistas que encarnan a Chimo y El Rubio, Christian Checa y Hugo Welzel?
Como quería hacer una película realista, mi primera propuesta era que estuvieran interpretados por chicos sin experiencia. Pero pronto me di cuenta de que había escenas muy complicadas y quizás no salieran bien. Se hizo un casting muy extenso y aparecieron los dos, y cuando nos decidimos fue cuando los vimos en una prueba juntos porque eran perfectos para ser los protagonistas.