Castilla - La Mancha cuenta con una buena cantidad de músicos, profesionales y aficionados, en escuelas municipales de música, bandas, coros, agrupaciones folklóricas y, aunque es difícil de conocer el número exacto, nos consta que también hay muchos castellano-manchegos ejerciendo su actividad en orquestas europeas, lejos de su comunidad de origen.

Sin embargo, desarrollar una carrera musical en Castilla-La Mancha es una tarea poco menos que imposible. Las razones son muchas, pero, sin duda, algunas de ellas están directamente relacionadas con las políticas culturales. Entendemos que, en el ámbito de la música clásica, la inexistencia de agrupaciones de titularidad pública y, especialmente, la falta de una orquesta sinfónica de titularidad autonómica hace muy difícil la estructuración de las carreras musicales de nuestros músicos, al faltar la pieza de más valor en esa cadena cultural que las políticas culturales deben configurar.

Pero las razones para desear la existencia de una orquesta sinfónica en Castilla-La Mancha no solo se refieren a los músicos, sino que abarcan a toda la sociedad que, en el presente, se ve privada de la posibilidad de contar con una temporada musical digna de una comunidad autónoma que quiere mostrar lo cultural como un atractivo y una seña de identidad que la distingan de su entorno.

Es evidente que la actividad musical requiere de los apoyos necesarios para su desarrollo que van desde las infraestructuras adecuadas para su mantenimiento a las acciones tendentes a mejorar el aprecio social y la formación de públicos, alrededor de dichas infraestructuras y actividades que, con frecuencia, pueden actuar como un elemento relevante en la integración territorial, el desarrollo cultural y el aprecio social. En este sentido, hay que hacer notar que Castilla-La Mancha es la única comunidad autónoma pluriprovincial que no cuenta con una orquesta autonómica de titularidad pública. El resto de las comunidades autónomas ya comenzaron, hace años, el complejo proceso que supone la formación de una orquesta de este tipo, por lo que entendemos que, en nuestra comunidad, se produce una anomalía cultural que debe ser subsanada lo antes posible, como es la carencia de una orquesta propia, de titularidad pública.

Creemos que es imprescindible comenzar, cuanto antes, el complejo proceso de formación de una orquesta sinfónica autonómica, para cubrir el vacío cultural existente y otorgar coherencia a la política musical que deben desarrollar nuestras instituciones y que debe estar al servicio de las necesidades culturales de los ciudadanos.

No se trata de un proceso sencillo: al contrario, una orquesta sinfónica es una de las organizaciones más complejas que existen, pero una comunidad como la nuestra posee recursos técnicos, administrativos y patrimoniales suficientes para llevar a buen término este proceso y, además, estamos seguros de que la administración autonómica contará con el apoyo decidido de una buena parte de la sociedad a la que va dirigida esta iniciativa, una iniciativa que creemos será no solo un atractivo más para nuestra comunidad, sino que cubrirá una demanda cultural fundamental en Castilla-La Mancha.

Firmado por:
Roberto Mendès, Enrique Díez Barra, María Teresa González Marín, Elena Bello, Antonio Serrano, Prado Pérez de Madrid, Pedro Manuel Delegido,  Antonio Barba, Francisco Velasco, Antonio de la Hoz Ayuso, Sofía de la Hoz Bello, Juan José Pastor Comín, Josu de Solaun Soto, Belén González Domonte