José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


El género unicornio

13/09/2023

Desde que salió la idea de que «nos extinguimos», cada vez creo más en una frase que nació de cachondeo y que parece una profecía. La gente tiene mucho tiempo libre. Ayer me mandaron en un chat un listado/resumen recopilado por las fuerzas del orden que circula por ahí, y que de ser cierto no sé si dan ganas de llorar o de reírse. Trascribo algunos: lesbiana, gay, transexual, bisexual, polisexual, pansexual, omnisexual, demisexual, grisexual, asexual, poliamoroso, intersexual, agénero, genero fluido, bigénero, trigénero, pangénero, andrógino, de sexo no ajustado, biromantico, atrosexual …. No pongo los demás porque además de ser imposibles son palabros inventados que no están en ningún diccionario. Composiciones realizadas muchas de ellas al amparo del exceso de fármacos de todo tipo. Si me lo hubieran dicho en la época de los tripis y Rocola, cuando nuestro paisano Almodóvar cantaba quiero ser mamá cogido de la mano de Fanny Mcnamara, me lo hubiera creído más. Entre el humo de los porros y las bajadas del caballo cuadrarían más que hoy, 40 años después, pero es verdad, nos estamos haciendo mayores y muchas de las protuberancias mentales de esta época, incluyo incluso el reggaetón, provocan carcajadas si no fuera porque algunas son de verdad. 
Todo el mundo puede ser como quiera, siempre y cuando se respete a los demás, pero determinadas leyes han provocado que nos vayamos etiquetando, y los que no cuadramos en ninguna etiqueta empezamos a ser rara avis. Y no digamos ya los fenómenos legales de los que nos llegan noticias para salvar el pellejo de un encontronazo con el código penal. Bastará el ejemplo que nos dio la noticia de una persona que se sentía del genero opuesto y lo metieron en la cárcel del que correspondía según su etiqueta, y dejó a una compañera de 'colegio' embarazada. A lo mejor el chiste de que me siento mujer pero soy lesbiana termina siendo el género normal. Y mientras occidente mirándose el ombligo derrapa estrepitosamente entre el lenguaje y las flores, vemos sin inmutarnos y sin protestar como cuelgan a las mujeres en Irán por reivindicar sus derechos, o como los países democráticos hacen negocios con los gobernantes de las dictaduras más terribles del planeta. Aunque bien visto, la más terrible de las dictaduras, que costó 50 millones de muertos, azuzó la rebeldía en toda Europa, mientras su jefe con bigote miraba impasible como lo que se defendía al otro lado del telón era lo que mandaba a Siberia a los que lo hacían en su país. Puestos a medir, la verdad que cualquier tiempo pasado fue peor. Pero lo que menos me gusta es como se escupe al diccionario cuando alguno que otro por ahí, disimulando, se bautiza de progresista mientras se pasa por el forro lo que piensan los demás. Pero bueno, con todo el derecho que me otorga el pitorreo leguleyo que se está montando  con tanto atrapamoscas, me declaro anarquista sexual, y ya veremos lo que me dicen.