Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Una estrategia mejorable

10/06/2025

Lo de menos es la guerra de cifra que 'va de soi' y es increíble por las dos partes, por la de quienes exageran y por la de aquellos que minimizan la concurrencia, aunque hay que reconocer que el tamaño importa. Si la convocada el pasado domingo por el PP contra el Gobierno era la sexta en los últimos tiempos habría que suponer que a ella acudirían todos los que se manifestaron en las anteriores en favor de la unidad de España, en defensa de la Constitución, en contra de la ley de amnistía, para denigrar la corrupción del Gobierno y ahora a favor de la democracia en contra de la mafia. Todo lo que no sea ganar masa por agregación es un relativo fracaso.

A la postre, tampoco parece haber sido una buena idea convocar una manifestación en la madrileña plaza de España -la de Colon se deja para las unitarias junto a Vox- dos días después de la Conferencia de Presidentes, que estaba fijada de antemano, y en la que brilló con luz propia la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que dejó en la sombra a sus pares que acudieron en comandita a Barcelona a exigir elecciones anticipadas y que Sánchez lo deje, como si no supieran que, constitucionalmente, su adelanto es una prerrogativa del presidente del Gobierno y que su instrumento para lograrlo, la moción de censura, es todavía más improbable tras su desprecio a las lenguas cooficiales. Y como han sugerido los dirigentes nacionalistas, con esa actitud al PP solo le va a quedar Vox para pactar y que Feijoo pueda alcanzar La Moncloa, aunque también dependerá de lo que se acerque a la mayoría absoluta, y en ese caso el precio que esté dispuestos a pagar. Como hizo Aznar.

Una manifestación contra el Gobierno, siempre es un éxito por el baño de masas que reciben los líderes convocantes. Pero ocurre que lo que pretenden los organizadores no es lo que quieren escuchar los asistentes a la protesta. Si el líder del PP habló de centralidad y con ello pretendía enardecer a las masas, Feijóo se equivocó de escenario, porque el enemigo que tiene dentro de casa, se llevó los mejores gritos de apoyo. Aunque hay que reconocerle el acierto del 'Ríndase, señor Sánchez', con el que sustituir el 'Váyase, señor González' y el ofensivo para las víctimas 'Que te vote Txapote'

Lo que ha quedado patente es que Ayuso cuenta con el fervor popular de los que ya están convencidos, mientras que con su cercanía a Vox cercena las intenciones de Feijóo de crecer por el centro y entre los votantes socialistas desencantados con la gestión de Pedro Sánchez, que pese a las acusaciones de ser 'el capo de la mafia', y de haberse convertido en un chavista irredento presenta un suelo electoral más sólido de lo previsible, dados sus desmanes políticos y democráticos. A no ser que esos votantes consideren que la corrupción que afecta al entorno de Pedro Sánchez sea muy menor en comparación con la de otras épocas del PP y que los supuestos intentos de acabar con la separación de poderes no se hayan acabado de concretar.

Todo esto cuando queda menos de un mes para la celebración del congreso del PP, que Feijóo hubiera deseado de trámite y de preparación ante el nuevo ciclo electoral y en el que se va a debatir sobre lo que diga Ayuso.