Estornudos incesantes, ojos o piel que arde o falta de respiración. Las alergias, lejos de ser una molestia estacional o un mal menor, se han convertido en una auténtica emergencia sanitaria que cada vez afecta a más población, según alerta la doctora Arantza Vega, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Guadalajara. Su diagnóstico es claro: se está registrando una escalada imparable alimentada por factores ambientales, hábitos urbanos y un sistema inmunológico cada vez más desorientado.
La alergia ya no es cosa de primavera ni de unos pocos, parece ser que es el precio invisible de la vida moderna. Pueden surgir a cualquier edad y «no se nace alérgico sino que uno se hace por el camino», declara a La Tribuna de Guadalajara la doctora.
En el año 2050 el 50% de la población padecerá algún problema alérgico
Así, en los últimos quince años, las enfermedades alérgicas han aumentado a nivel mundial y la previsión es que sigan incrementándose, de forma que para el año 2050 se estima que aproximadamente el 50% de la población presente algún tipo de problema alérgico. Además, cada vez es más frecuente recibir a pacientes con problemas de alergia con 60 o 70 años, algo que era raro tiempo atrás. Unos datos que se trasladan a Guadalajara.
Los estudios realizados a nivel nacional sitúan en cabeza las alergias respiratorias, especialmente la rinitis y conjuntivitis alérgica, seguido del asma bronquial, como las más comunes, especialmente la alergia al polen.
En el año 2050 el 50% de la población padecerá algún problema alérgico - Foto: Valdivielso / SescamEn el caso de la provincia de Guadalajara, la reacción alérgica al polen de gramíneas suele ser la más prevalente, pero también hay bastantes casos de alérgicos al polen de olivo (ambos de primavera), a las arizónicas (de invierno, concretamente de enero a marzo) e hipersensibles al polen de salsola, que es de verano (de junio a septiembre).
Y a diferencia de otras provincias de España, las alergia al polen de salsola y al veneno de himenópteros (abejas y avispas) son muy prevalentes, especialmente al de abeja, algo que Vega atribuye, en parte, al hecho de ser una provincia como mucha zona apícola.
«Las reacciones alérgicas se pueden considerar hoy una de las epidemias no transmisibles del siglo XXI»
Para la jefa de Alergología del hospital está claro que las alergias se pueden considerar ya como una de «las epidemias no transmisibles del siglo XXI», junto con la obesidad, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Así, la alergología es hoy una especialidad que, al menos en el caso de Guadalajara, registra, «desgraciadamente», mucha lista de espera tanto por escasez de personal, pero también por limitaciones de espacio, algo que parece que se va solventando. Y si bien tiempo atrás no había que esperar más allá de los 60 o 70 días, como mucho -los preferentes se ven en una semana-, hoy en día, los pacientes superan «con mucho» los 70 días de espera.
En todo caso, esta especialista aconseja siempre que, ante cualquier síntoma se acuda al médico de familia para recibir un tratamiento y que, si estos no cesan, pida ser visto por un alergólogo para ver si requiere un tratamiento de inmunoterapia que pueda curarlo.
"Hace 20 años era excepcional que una persona mayor de 40 años debutara con una alergia a alimentos, pero ahora se está viendo como algo normal"
En todo caso, tal y como explica Vega, si bien hay alergias que se curan, no en todas resulta posible, pero si se pueden controlar. Y aclara que en los casos en los que no hay una causa identificada, no se puede decir que esa persona sufre una enfermedad alérgica. «Yo siempre digo a los pacientes que decir soy alérgico pero no sé a qué es como decir estoy casada y no sé exactamente con quién. La alergia tiene nombres y apellidos», insiste la doctora.
la salud. En cuanto al perfil. No existe uno concreto de persona alérgica. Cada vez es más frecuente observar pacientes que combinan varios tipos de alergia, y «si hablamos de los niños, muchísimo más». Hace unos 20 años, en Guadalajara era excepcional que una persona de más de 40 años debutara con una alergia a alimentos. Sin embargo, ahora «sí está sorprendiendo» y «cada vez hay más población» mayor con este tipo de hipersensibilidad. «Se está viendo ya como algo normal», remarca.
«La salud del planeta influencia la de todos los que lo habitan, por lo que el cuidado del medioambiente es nuestro cuidado»
Hechos como el que hoy en día haya menos biodiversidad, menos flora bacteriana protectora, o menos contacto con la naturaleza, son parte de los factores que contribuyen al incremento de las alergias. «La salud del planeta influencia la de todos los que la habitan», apunta Vega, para quien es evidente que si «empeora» la salud de un grupo, esto repercute en la del resto. Por lo que si se contamina la naturaleza, eso produce un «disbalance» en el ser humano. «El cuidado del medio ambiente es también el cuidado nuestro», apostilla.
Una entrevista en la que Vega quiere dejar patente que la alergia a la lactosa que tan a menudo se escucha, «no existe», remarcando que lo que se puede producir es una intolerancia, es decir, un problema digestivo. Para explicar esta situación, la jefa de Alergología pone un ejemplo concreto. Según dice, el ser humano está programado para consumir leche durante el periodo de lactancia y no para consumirla de adulto, y esto se traduce hoy en día en que entre el 70 y un 75% de la población pierda la capacidad de digerir en la edad adulta. Si bien no es algo que se dé en todo el mundo.
En todo caso, precisamente para detectar este tipo de hipersensibilidades o alergias, el Hospital Universitario cuenta con una amplia cartera de servicios que detalla Vega, destacando la posibilidad de realizar estudios de alergia respiratoria, pruebas cutáneas y de capacidad pulmonar, así como analizar alergias alimentaria o, además, ejecutar tratamientos con inmunoterapia o desensibilización.
Su mensaje para quienes conviven con alergias crónicas es optimista: con los tratamientos actuales, es posible «hacer una vida exactamente igual de normal que una persona no alérgica». Sin embargo, admite que aún hay desafíos que afrontar, pero también esperanza en la investigación y el avance médico. La jefa de Alergología del hospital resume en una frase muy ilustrativa la forma de diferenciar una intolerancia de una alergia. «Una intolerancia a un alimento te lleva al cuarto de baño mientras una alergia a un alimento te lleva al hospital», concluye.