Un encuentro de fantasía

EFE
-

En la plataforma Disney+ se puede ver 'Cuando Frank conoció a Carlitos', una producción que cuenta una historia basada en un supuesto encuentro entre dos leyendas de la música, Carlos Gardel y Frank Sinatra

Un encuentro de fantasía - Foto: Disney

¿Se conocieron Gardel y Sinatra? ¿Es verdad que La Voz admiraba tanto al Morocho del Abasto que entró a su camerino en Nueva York en 1934? ¿Cómo hubiera sido ese choque cultural y su traducción en tango y jazz?

Esta es la original propuesta de Cuando Frank conoció a Carlitos, un especial musical creado en Argentina, filmado durante una semana en un estudio de Buenos Aires y que se puede ver en Disney+.

Existe una leyenda urbana que relata que, tras un recital en Nueva York de un ya consagrado Carlos Gardel (44 años), en la previa de la gira que lo llevó a Colombia y acabó con su vida en un accidente de avión, un jovencísimo Frank Sinatra (19) se coló en su camerino para expresarle su admiración e intentar aprender algo de su arte.

A partir de este cuento que tiene algunos visos de realidad y muchos de deliciosa fantasía, los productores Gustavo González y Raúl López Rossi crearon lo que iba a ser una obra «en un teatro pequeñito, una cosa muy pensada para turistas», explica este último.

Pero la pandemia «cambió los planes de todo el mundo» y el proyecto pasó a otra fase, la de ofrecérselo a la productora Disney, que lo aceptó y decidió difundirlo en 2023, dos años después de su rodaje, explica López Rossi.

Realizado por Karina Insausti y bajo la dirección musical de Nico Posse, el especial traslada a la pequeña pantalla la estructura de una obra de teatro musical, con tres únicos personajes, Gardel (Óscar Lajad), Sinatra (Pablo Turturiello) y la novia de este, Nancy Barbato (Antonella Misenti).

En ese divertido encuentro entre dos intérpretes universales, uno que ya lo era y otro que aún estaba en ciernes, Gardel traslada al joven Sinatra sus enseñanzas sobre la vida y el amor, los amigos y el lugar de origen, y, sobre todo, la pasión como motor necesario para cantar.

En ese periplo iniciático por 'sus' rincones, como Caminito, la calle más famosa del barrio porteño de La Boca, el hipódromo o el puerto, El Mago va desgranando a dúo con su nuevo colega tangos de su repertorio como Rincón arrabalero, Cuesta abajo, Cambalache, Yira yira, Volver o Por una cabeza.

«El concepto era tratar de respetar lo que serían los arreglos originales de Gardel con un Frank Sinatra que, al principio, toca el piano, tratando de leer esa partitura que es tango, pero el acompañamiento es medio jazzero; no le sale el tango, le sale el jazz», relata Posse sobre su trabajo en la adaptación de la interpretación del neoyorquino al ritmo rioplatense.

Ídolos inmortales 

Con una vida segada a los 45 años, temprano Gardel se hizo leyenda, después de haber triunfado llevando el tango por escenarios de todo el mundo y protagonizar películas en Argentina y en Estados Unidos; Sinatra murió a los 83 después de interpretar 50 películas y unas mil canciones, siendo una referencia en Hollywood y como crooner.

Para los actores, el argentino Óscar Lajad y el uruguayo Pablo Turturiello, el reto principal fue meterse en la piel de dos famosos que todo el mundo conoce. «No deja de ser un reto ponerse en los zapatos de Gardel», comenta Lajad. «La idea no fue imitarlo, sino recrear su energía», agrega el intérprete, quien reconoce que, al no poder variar su forma de cantar, se permitió «más licencia» en la intimidad.

Por su parte, Turturiello explica que se sentía «en una instancia de carrera muy parecida a la de él en su historia, donde recién está descubriendo, viendo qué quiere decir, cómo lo quiere decir», pero que, en general, no tiene más «parecido» con Sinatra.

Resta importancia al desafío de cantar tangos en inglés, porque tiene una base «muy fuerte» de ese idioma, aunque sí trabajó el «acento particular de Brooklyn en esa época» y, sobre todo, debió controlar su cuerpo, pues no para de «revolotear las manos» y Frank, dice, «era poco expresivo».

Emocionados por habitar un espacio al uso de 1934 y felices por trasladar a la pantalla a dos gigantes de la música, coinciden en imaginarse a Gardel y a Sinatra tomando mate juntos.

«Yo me lo re imagino, porque Gardel era bromista, un hombre muy común», explica Lajad.

Si La Voz terminó llamándose Frank Sinatra y cantando New York, New York o My way por sugerencia de Gardel, nunca se sabrá. Pero es una linda fantasía.