El PSOE aclama a Sánchez

Agencias
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Un atípico Comité Federal se transforma en un cierre de filas de más de 12.000 personas en torno al presidente y una súplica global para que no abandone mañana

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), durante la concentración en apoyo al líder socialista - Foto: A. Pérez Meca (Ep)

El PSOE se volcó ayer en apoyar a Pedro Sánchez en un Comité Federal emotivo donde los representantes socialistas clamaron públicamente para que siga como presidente del Gobierno, mientras en privado muchos reconocían miedo y preocupación por lo que pueda pasar, evitando hacer quinielas.

Las sensaciones de todo tipo marcaron este Comité Federal, convocado inicialmente para aprobar la lista del PSOE para las elecciones europeas y reconvertido en un acto masivo de apoyo a Sánchez, después de que el miércoles anunciara que cancelaba su agenda pública hasta el lunes para decidir si seguía en el cargo, tras la noticia de la denuncia contra su mujer, Begoña Gómez.

«Pedro, quédate», «presidente, quédate», manifestó al inicio de la reunión la vicepresidenta del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, que ejerció de anfitriona ante la ausencia de Sánchez.

Fue un Comité Federal inédito, ya que todas las intervenciones fueron en abierto, cuando la costumbre es hacerlas a puerta cerrada, hasta el punto de que el PSOE instaló pantallas de televisión en la calle de Ferraz para que pudieran seguirlo la multitud de militantes socialistas trasladados en autobuses y llegados desde toda España (12.500, según la Delegación del Gobierno).

La concentración callejera de apoyo a Sánchez, en la que se corearon lemas como «No pasarán», acabó convertida en una gran fiesta con música a la que se unieron al finalizar el Comité Federal los representantes socialistas, con caras de alegría y en algunos casos lágrimas en el rostro.

Pero mientras fuera el júbilo era la emoción predominante, en privado varios representantes socialistas confesaban su miedo y preocupación ante lo que pueda pasar mañana, algo evidente también en sus caras y gestos, aunque evitaban aventurar escenarios diferentes al que desean todos: que Sánchez siga adelante. «Si luego hay que abrir otra pantalla, ya se abrirá como se pueda», comentó un alto cargo.

Todas las fuentes consultadas señalan que hay una gran incertidumbre en estos momentos, ya que nadie sabe qué hará Sánchez, que permanece prácticamente aislado desde el miércoles, aunque algunos miembros de su Gobierno esperan que les adelante su decisión.

la sombra del adiós. Y aunque todos en el PSOE quieren que siga, son conscientes de que es posible que decida abandonar e incluso hay quienes reconocieron que el panorama pinta mal, pero nadie está dispuesto a imaginar ese futuro ahora, y menos aún a hacer quinielas de nombres sobre posibles sucesores. «Si no sigue, hablamos el lunes. Hoy no», señaló uno de los dirigentes, mientras otro alto cargo comentó que espera que el período de reflexión de Sánchez y las muestras de apoyo recibidas sirvan al menos como revulsivo para el país.

Las peticiones para que el presidente siga y los mensajes de esperanza fueron el común denominador de todas las intervenciones de los representantes socialistas que acudieron al Comité, entre ellos los ministros y los líderes territoriales con excepción del aragonés, Javier Lambán, que no asistió por enfermedad.

Unas intervenciones casi calcadas que se sucedieron primero ante los medios de comunicación en la entrada de Ferraz, donde se congregó una multitud de militantes, y luego en las intervenciones que hubo en abierto en la propia reunión, algo inédito, ya que los discursos del Comité Federal (máximo órgano del partido entre congresos) son a puerta cerrada.

Hasta el propio presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, uno de los socialistas habitualmente críticos con Sánchez, trasladó su «empatía» hacia el presidente del Gobierno y líder del PSOE y se puso a su disposición para combatir las «calumnias» de la derecha.

Y es que las críticas a la derecha fueron otra de las constantes en los discursos de los socialistas, empezando por Montero, que alertó de que si se permite que «se destruya a personas a base de bulos, será la propia democracia la que se hunda en el fango».

Mañana Sánchez desvelará la incógnita y acabará con una situación de incertidumbre que se ha tornado también en esperpéntica.