La cataplana es un recipiente para cocinar al vapor típico de la región portuguesa del Algarve. Se trata de un instrumento a medio camino entre una cazuela y una sartén, formado por dos partes cóncavas casi idénticas que se cierran una sobre la otra gracias a una bisagra y a menudo está equipada con dos cierres laterales. Suele también ser un utensilio que está recubierto con un revestimiento de cobre, en posición cerrada.
La cataplana de marisco es el plato típico del Algarve y es muy habitual de encontrar en los restaurantes de cualquier ciudad de la costa algarvía (o algarveña), sobre todo en aquellas que han conseguido conservar un estilo de vida menos turístico, como es el caso de Tavira.
Y por qué saco a relucir este término; sencillamente porque mi amigo José Luis Bermejo, natural de Cañamares, anduvo por esas tierras portuguesas durante diez años, por eso del amor, y ahora que se encuentra en Cuenca, disfrutando nuevamente de nuestra ciudad, la guitarra, el buen vino y los amigos, se encontró el otro día con Carlos Mañas, profesor jubilado de literatura y compositor en tiempo libre, y ambos nos dieron una buena lección de lo que es una cataplana y un buen guiso de mariscos –especialmente almejas- como condimento a degustar.
Y entre las risas compartidas, la confusión del término entre los más neófitos como yo –en ese tema culinario- alternábamos la palabra Cataplana con otra muy popular del argot castellano y que como Catacaldos es bastante usada entre las mentes sociales –no tan gastronómicas y sí más eróticas-; significado que hace alusión a eso de probar muchas cosas y sacar poco rédito en alguna, y este último término al que somos muy dados los conquenses, venía a colación en eso de que «nos las damos de Casanovas y pocos caldos catamos», algo que se hizo popular en las décadas de los 80 y que recordábamos en una apreciada tasca de la ciudad, con complacencia, ironía y 'sorna' sin más intención que saborear los tiempos pasados.
Pues bien, amigos, me gustaría probar una Cataplana bien preparada, tal vez en Torralba o en Cañamares –tal vez alguno de los dos anteriores nos la ofrezca algún día-, y dejarnos de seguir siendo unos catacaldos porque los tiempos que corren no son propicios al devaneo y menos, cuando ni canas tenemos ni "marcamos paquete", por físico, edad y porque eso ya quedó para los tiempos de los Beatles y Extremo Duro.