El obispo recibe al nuevo Papa como «don y regalo» del Señor

Belén Monge Ranz
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Monseñor Julián Ruiz Martorell desea que el Espíritu Santo «siga orientando y animando» al pontífice León XIV «en estos momentos de conflicto internacional y de serio peligro para la paz»

Obispo de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, Julián Ruiz Martorell - Foto: Javier Pozo

Las campanas de numerosas iglesias de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara se sumaron este jueves, 8 de mayo, al toque de júbilo que en distintos puntos del mundo se vivieron tras conocerse la elección del nuevo Papa, León XIV. 

En la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, su obispo, Julián Ruiz Martorell, se refirió al sucesor de Pedro en la Iglesia como «un crisol de culturas» y «un hombre culto», no solo desde el punto de vista académico sino «por haber cultivado su vocación». Una persona de «gran preparación» en estudios de Matemáticas, Filosofía, Derecho Canónico y Teología, y con «experiencia» en puestos de responsabilidad, añadió a La Tribuna a la par que  recordó que el padre del nuevo Papa tiene origen francés e italiano y su madre raíces españolas, y como él nació en Chicago (EE.UU.) pero también posee una doble nacionalidad, la peruana.

Quiso hacer especial referencia a las primeras palabras del Papa diciendo «la paz esté con todos vosotros», y mostró su deseo de que «el Espíritu Santo le siga orientando y animando en estos momentos de conflicto internacional y de serio peligro para la paz, para que todos seamos iglesia misionera que camina junta y pobre para los pobres». «Una Iglesia que se comprometa con los más necesitados y vulnerables, trabajando por la justicia y viviendo esa dimensión de servicio, entrega y amor incondicional que nos pide el Señor», abundó el obispo diocesano. 

Para Monseñor Martorell, León XIV es, igualmente, una figura «clave y determinante» que «aúna en sí mismo y en su personalidad, un carácter humilde». «Se le vio a punto de llorar, conteniendo las lágrimas porque la emoción le albergaba, pero, desde su humildad, sencillez y su capacidad de trabajo, es la propuesta que el Espíritu Santo hace para la Iglesia y así lo recibimos, como un don y un regalo que viene directamente del Señor», añadió.

Respecto al nombre elegido por el nuevo pontífice, es para este obispo «muy significativo». Considera «un mensaje muy elocuente» que haya elegido llamarse como un papa que fue una figura histórica «señera» y quien instauró dentro de la Iglesia lo que se define como la doctrina social.

Cree que la vestimenta que decidió ponerse para salir al balcón «le define en cuanto a heredero de una tradición viva».

Por último, considera también que, «por su carácter y su responsabilidad», aunque no estaba dentro de las quinielas de los más aparentemente papables, sí figuraba en un puesto «de mucho relieve» para ello, el de prefecto del Dicasterio para los Obispos.