El partido del Bernabéu se terminó tres veces antes del pitido final. La tímida presión azulgrana terminó a los siete minutos, en cuanto Rodrygo puso el 1-0 en el marcador; la oposición del Athletic terminó en el minuto 25, en cuanto Yeray cayó lesionado y, a una semana de la final de la Copa, enviaba un mensaje a todos sus compañeros: «aquí no gana nadie... no sé si merece la pena meter el pie con lo que tenemos ahí delante, a la vuelta de la esquina»; y los nervios del marcador corto terminaron en cuanto la versión más efervescente de Goes, alias Vinícius sin enemigos, hizo el 2-0. Después el colegiado decretó el final, pero el choque ya había concluido mucho (y muchas veces) antes.
Joao
Es complicado catalogar a Joao Felix, y cada día más. Está claro que encaja en el perfil de 'ave fría' pero para quienes quieren encorsetarlo en la categoría de 'bluf' tiene una asistencia exquisita que abre un partido que olía a cerrado, y para quienes quieren meterlo en el cajón de los genios tiene un remate a puerta vacía que estrella en el larguero. Para todos, en general, tiene esa imagen de futbolista diferente con un potencial increíble al que no consigue dar continuidad… y no por falta de oportunidades. El triunfo sobre Las Palmas llevó la firma de Raphinha, pero casi todo lo que mereció la pena del resto lo había escrito el portugués.
Fe
Si algo va a llevar al Girona a la Champions es esa mezcla de fútbol y fe. Para cuando se diluyó el 'efecto sorpresa' ya no había quien lo moviese de ahí arriba, y ahora que parece ir con el depósito cerca del mínimo todavía tiene arrestos para sacar partidos como el del pasado domingo ante el Betis: un gol en el 91 de su goleador eterno, Stuani, para meterse en el bolsillo una nueva victoria. En lo que va de temporada, son 10 los puntos que el cuadro de Míchel ha rescatado en el descuento. A veces, creer en que puedes lograr algo es más importante que tener la capacidad de hacerlo.