Cada ocho segundos, alguien en el mundo escribe 123456 creyendo que ha cerrado bien la puerta. Pero esa combinación de números o candado virtual es endeble, y al otro lado aguarda un enemigo hostil e invisible: los hackers. Las contraseñas deberían ser murallas y, sin embargo, en nuestro día a día seguimos construyendo cabañas de paja y madera. Y es que con motivo del Día Mundial de la Contraseña celebrado ayer, la sociedad vuelve a suspender el examen más básico de su era digital.
Las tres claves privadas más utilizadas en el mundo son 123456, 123456789 y 12345678, aunque entre las 10 más usadas se cuelan pasword, qwerty123, qwerty1 o hasta credenciales como secret o 111111, cuando cualquiera de ellas -según los expertos- puede ser descifrada en menos de un segundo.
Los mismos patrones se repiten en todo el planeta, porque el 123456 es la más extendida en España, Alemania, Francia, China, Taiwan o Arabia Saudí; o en países con una mayor cultura digital, como Estonia o Corea.
Cada primer jueves de mayo se celebra el Día Mundial de la Contraseña, una iniciativa promovida por varias empresas del ámbito de la informática para concienciar a los usuarios de la importancia de usar métodos robustos para garantizar una identificación inequívoca, ya que la debilidad de las credenciales está detrás de casi la mitad de los ciberataques que se producen.
Tras las claves se almacena información personal y confidencial, como datos personales, bancarios, correos, conversaciones privadas, fotos, vídeos o contactos, por lo que quien accediera a ellas podría suplantar esa identidad o cometer fraudes en nombre de otro.
Consejos para protegerse
Para tener unas contraseñas indescifrables, el responsable de Operaciones Globales de Consumo de la empresa Panda Security, Hervé Lambert, recomienda construir una historia con una frase larga y que solo tenga sentido para el que la diseña. Por ejemplo, MiPrimerCocheEraUnGolf88YLoAdoraba!
En su defecto, apuesta por usar la primera letra de cada palabra de una oración extensa que tenga significado para su creador.