Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Refundar y traicionar

31/01/2023

Existen políticos profesionales o que quieren hacer de la política su profesión que anteponen sus intereses personales a los del partido que representan. El caso de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís no puede ser más paradigmático de una política en ejercicio dispuesta a traicionar los principios de su partido por volver a formar parte de la corporación municipal, ofreciéndose a formar parte de la lista del partido que se perfila como vencedor en las próximas elecciones de mayo.  

 Begoña Villacís, la dirigente del partido naranja con uno de los cargos de más relumbrón fue una de las componentes del G-8 encargado de preparar las primarias y el congreso que se ha celebrado esta mismo mes para elegir la nueva dirección. Item más formaba parte, al igual que Inés Arrimadas, de la lista que salió vencedora encabezada por Patricia Guasp, frente a la de Edmundo Bal. Cuando aún supuran las heridas de ese enfrentamiento y la nueva líder había afirmado que "los principios de Ciudadanos ni se compran ni se venden", y la línea estratégica había marcado que no se firmarían pactos preelectorales y que se presentarían en todas las localidades en las que pudieran, Villacís ha comenzado a hacer la guerra por su cuenta, ha propuesto que los candidatos de Ciudadanos sean libres para comparecer en las urnas en candidaturas conjuntas con otros partidos.   

La propuesta adolece de un problema de base: que dos no se alían si uno no quiere y en el PP ven con reticencia la propuesta y mucho más si lo que Villacís pretende es incorporarse como una "corriente interna", en un partido monolítico, que como mucho acepta uno o dos versos sueltos, y que tiene vocación transversal para acoger a todas las familias del centro derecha. Incluso cobijaba a la extrema derecha hasta que Vox decidió volar por su cuenta. En muchos lugares tampoco aceptarían que llegaran paracaidistas de otros partidos cuando cuadros directivos y militantes han bregado durante los últimos cuatro años y ahora tienen el viento de cara para recuperar un poder que perdieron en 2019, aunque lo conservaron en muchos lugares gracias a Ciudadanos.   

Que Begoña Villacís, apena acabado el congreso de refundación se haya reunido con el número dos del PP, Elias Bendodo, para tratar de su incorporación y de alguno de los suyos a la listas al Ayuntamiento de Madrid no puede sino de considerarse una traición a su propio partido. Sin duda, podría tener acomodo porque sus relaciones con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, han sido de coexistencia y puede recibir un premio por los servicios prestados. Pero lo ocurrido en las elecciones autonómicas anticipadas de 2021 muestran el proceso de degradación del partido naranja que pasó de tener 26 escaños a extraparlamentario –como en Andalucía y casi en Castilla y León- aunque el 3.5% de los votos que cosechó pueden marcar la diferencia entre alcanzar la mayoría absoluta y no conseguirla, en el caso de la Comunidad, o que el PP logre ser la primera fuerza política en la ciudad de Madrid y tampoco necesite el apoyo de Vox.   

Frente a las maniobras de Villacís, la líder de Ciudadanos mantiene que la concurrencia  en solitario es el mandato de los afiliados, aunque el futuro de Ciudadanos parece estar en morir por consunción y que el PP espere sentado a la puerta a ver pasar el cadáver –político- de su enemigo.