Como en cada derrota del Real Madrid, más aún si es uno de los duelos señalados de la temporada como el derbi ante el Atlético, el partido da paso a la búsqueda de culpables. Sin tiempo para lamentaciones, con el siguiente compromiso a menos de dos días de distancia, Carlo Ancelotti asumió públicamente toda la responsabilidad. Superado en el duelo táctico por Diego Pablo Simeone, su plan del Metropolitano hizo aguas con tres decisiones fallidas por encima de todas.
Regreso al pasado
Desde el 27 de mayo, en el Pizjuán, con el Real Madrid ya eliminado de la Champions, no jugaban de inicio juntos Luka Modric y Toni Kroos. Ancelotti rescató la legendaria pareja ante los rojiblancos, un dúo que había quedado relegado para dar paso a los jóvenes.
En lugar de asentar una idea, el italiano cambió el rumbo. Aumentó con un hombre más la medular, poblando un centro del campo con interiores para adueñarse de la posesión, sin ningún extremo puro y lo pagó caro en fase defensiva. Un repliegue inexistente en las ayudas a laterales superados en transición.
Poca mordiente
En un combinado de Chamartín corto de opciones ofensivas, sin más 'nueve' puro que Joselu, toda la responsabilidad en el derbi recayó sobre un futbolista que atraviesa un bache goleador. Es Rodrygo y no marca desde la primera jornada contra el Athletic.
Siendo único atacante en el Metropolitano, el brasileño encontró un muro insuperable en la defensa contraria. Demasiados rivales que sortear como para hacer daño. Demasiado solo en zona de remate para cazar algún centro desde los costados.
La llegada a espacios de remates brilló por su ausencia y la acusó en sus momentos de dominio en la recta final de la primera parte. La entrada de Joselu en la segunda no cambió mucho. Un nuevo error había dejado otra vez el duelo de cara al Atlético y la posibilidad a Simeone de aumentar el número de zagueros. Ya era solo dejar pasar los minutos saboreando el triunfo.
El flanco débil
El nuevo sistema de Ancelotti exige laterales de largo recorrido. El momento físico que protagonizaba Dani Carvajal hasta su lesión y la mejor cara de Fran García en fase ofensiva habían saldado las necesidades de un 4-4-2 con interiores.
Sin embargo, si las ayudas de los centrocampistas llegan tarde, como sufrió García en una primera parte en la que persiguió sombras ante Molina y Llorente, se dan situaciones de peligro en centros laterales sin oposición. Fue la forma en la que golpeó el bloque de Simeone.
Poco amigo de los cambios tempraneros, a la hora de partido Ancelotti ya había prácticamente agotado los cinco. El más llamativo, perdiendo 3-1, la sustitución de los laterales para meter dos con menos profundidad y peor pie en el centro como Nacho y Ferland Mendy. Eso, con Rodrygo y Brahim a banda cambiada, terminó de sellar una noche aciaga del italiano.