Obsesionado con la defensa

Diego Izco (SPC)
-

Xabi Alonso busca a contrarreloj un 'muro' (replicando el que construyó con el Leverkusen) que le permita luchar por todo

Huijsen, en el duelo del Mundial de Clubes ante el Al-Hilal. - Foto: CRISTÓBAL HERRERA ULASHKEVICH (EFE)

En una pretemporada atípica, condicionada por el Mundial de Clubes y la escasez de entrenamientos de calidad y amistosos, Xabi Alonso teje a toda máquina el Madrid que viene. La falta de tiempo no le obsesiona. En su estreno en Leverkusen como técnico de élite llegó aún 'peor': en octubre de 2022 aterrizó para sustituir a Seoane y levantó al equipo desde el descenso hasta puestos europeos. La verdadera obsesión de Alonso, consciente de que el ataque funciona 'solo', es la defensa. 

A sus 43 años y aún con poca experiencia, el tolosarra es uno de los técnicos más respetados en este 'neofútbol' de enorme coordinación y esfuerzo coral por todo el campo. Tiene claro el objetivo, pero el proceso es complejo en los grandes clubes, donde los mecanismos propios de las grandes estrellas impiden ejecutar todo lo deseado. 

Un vistazo atrás ayuda a entender esa idea: su Leverkusen, en la 23/24, destrozó todos los pronósticos. Ganó la Bundesliga y la Copa alemana, y se quedó a las puertas de la Europa League (cayó en la final ante la Atalanta). Un 'casi-triplete' que se selló con unas cifras espectaculares (53 partidos jugados, 43 victorias, nueve empates y una sola derrota) y con un rendimiento defensivo que lo explicaba todo: apenas 42 goles encajados, una media de apenas 0,79 por encuentro. 

Contraste

Esa cifra choca con un dato revelador del actual Real Madrid: en lo que va de año -es cierto que ha disputado muchos encuentros- es el segundo bloque que más tantos ha encajado de las cinco grandes Ligas (55 en 42 duelos) desde que arrancó 2025, solo superado por el Valladolid (56 en 21). Una tendencia que Alonso quiere cortar de raíz para aplicar el 'método Bayer' en su primer curso al frente de los blancos.    

En Leverkusen tiró su 'falsa' línea de cinco atrás: Frimpong y Grimaldo, los teóricos laterales, vivían más tiempo en campo ajeno que en el propio. La clave, por tanto, estaba en una línea de tres centrales, bastante abierta, y en el papel de un pivote defensivo como Granit Xhaka que detenía muchos avances del rival y aportaba claridad en la salida de balón. 

Esos tres zagueros estaban comandados por Jonathan Tah (Hincapié, Tapsoba y Koussounou se repartían los minutos a su lado) y Alonso busca ahora a su 'nuevo Tah', su líder, en defensa. La irrupción de Dean Huijsen es prometedora en todos los sentidos (salida, desparpajo, físico…), pero su juventud cuestiona su capacidad de capitanear. Y la de Antonio Rüdiger, más parecido a su paisano en todos los aspectos, también siembra dudas por ciertas incorrecciones tácticas que no son admisibles en una zaga que necesita mucha precisión. La tercera vía, la de Èder Militao, sería la más plausible si el brasileño estuviera al 100 por 100, pero son dos lesiones graves en dos temporadas consecutivas y en el 'staff' hay recelos sobre un futbolista que, precisamente, vive de su portentoso físico. 

Alaba

Alonso es consciente de que las dudas se irán despejando con el paso de la competición, que arranca el próximo martes ante Osasuna en el Bernabéu. Pero necesita engrasar la maquinaria cuanto antes. Como exjugador de élite, sabe que en los clubes grandes los minutos duran menos de 60 segundos y los resultados deben ser inmediatos. Incluso el papel de David Alaba podría dar un vuelco sorprendente: el austríaco, lateral en el Bayern y central con Ancelotti, podría reubicarse como mediocentro defensivo. Xabi ya compartió vestuario con Alaba en el Bayern (2014) en una época en la que Guardiola, buscando fluidez con el balón, encontró una solución táctica 'empujando' a su lateral izquierdo hacia el centro para apoyar a Götze y al propio Alonso. Incluso con Austria, el 'cuatro' merengue fue, durante mucho tiempo, el encargado de generar el fútbol desde la medular. 

En este sentido, en el de la gestión de su 'nuevo Xhaka', Alaba parte en desventaja respecto a Tchouaméni y Camavinga... pero su sentido táctico (algo en lo que el suizo, de 32 años, es maestro) le permitirán discutir el puesto a los dos jóvenes franceses, soberbios en el aspecto físico pero aún 'verdes' en el posicional. Xabi tiene trabajo y poco tiempo. Necesita que la competición sea 'amable' y le deje trabajar antes de que lleguen los partidos de la verdad, esos que condenaron al Madrid el curso pasado.