Bruselas recomienda reducir CO2 sin aludir a la agricultura

SPC
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La Comisión Europea evita hacer alusiones a lo que puede suponer la merma en la emisiones para el sector primario

Bruselas recomienda reducir CO2 sin aludir a la agricultura - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La Comisión Europea propuso el martes que la Unión Europea adopte como objetivo para 2040 un recorte «neto» de emisiones de CO2 del 90% respecto a 1990, lo que implica esfuerzos en todos las áreas económicas y descarbonizar el sector energético para el final de la próxima década. El Ejecutivo comunitario confía en alcanzar ese recorte «neto» si a la reducción «bruta» de CO2 se suman las emisiones que la UE pueda absorber a través del despliegue de tecnologías como la captura y almacenamiento de dióxido de carbono.

La propuesta, que alimentará el debate preelectoral comunitario y tendrán que aprobar los Estados miembros y el Parlamento Europeo en el próximo ciclo político  de la Unión Europea, suaviza ligeramente el nivel de ambición respecto a borradores anteriores y elimina referencias directas al esfuerzo que tendrá que hacer el sector agrícola, coincidiendo con una oleada de protestas agrarias. Eso no quiere decir que agricultores y ganaderos no vayan a verse afectados, sino más bien que desde Bruselas han preferido no añadir más leña al fuego en plenas manifestaciones por toda Europa, dado que hacer públicas nuevas exigencias medioambientales no haría sino empeorar las cosas.

Teniendo en cuenta los antecedentes en todo lo referido a las políticas verdes comunitarias, es de suponer que el sector primario tendrá que asumir una parte importante de esos recortes en emisiones. Aquí, la Unión Europea tiene la oportunidad de demostrar que está escuchando lo que se le está reclamando estos días. Una de las reivindicaciones de las tractoradas que se están registrando por todo el continente se refiere precisamente a la necesidad de articular mecanismos para que los agricultores puedan hacer frente a los cambios que emanan del Pacto Verde sin perder rentabilidad.

Las recomendaciones de Bruselas sí reconocen la necesidad de una «mayor reducción de emisiones en la agricultura» y apuntan que «con las políticas y el apoyo adecuados, el sector agrícola puede también desempeñar un papel en la transición, garantizando al mismo tiempo una producción suficiente de alimentos en Europa, asegurando unos ingresos justos y prestando otros servicios vitales, como mejorar la capacidad de los suelos y los bosques para almacenar más carbono». El anuncio del objetivo abre el debate sobre la política climática a cuatro meses de las elecciones al Parlamento Europeo, en un momento en el que aumenta el escepticismo hacia las políticas verdes con las protestas del sector agrícola como último, aunque no único, ejemplo.