En el último lustro se trasvasó un 11,5% más que el anterior

L.G.E.
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La ministra de Transición Ecológica explica que se ha conseguido con el cambio de reglas de explotación y que así también se consigue mantener mayores niveles en Entrepeñas y Buendía

Las precipitaciones en cabecera subieron un 2,1% los últimos cinco años y las derivaciones lo hicieron cinco veces más. - Foto: Rubén Serrallé

En los últimos cinco años, de junio de 2018 a mayo de 2023 se ha trasvasado un 11,5% más del Tajo al Segura que en el lustro anterior. El dato lo ha dado la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Lo aportó en la red social Twitter, donde recientemente dedicó un hilo al trasvase y argumentó que precisamente se ha podido trasvasar más con el cambio de reglas de explotación que aprobó el actual Gobierno de España, un cambio de reglas con el que a la vez se ha podido mantener mayores niveles de agua embalsada en Entrepeñas y Buendía. Así dicho parece que se ha hecho la cuadratura del círculo, pero tiene una explicación. 

El cambio que se hizo redujo el nivel de agua que se puede trasvasar cuando los pantanos están en nivel 2. Antes se trasvasaba de manera automática 38 hectómetros cúbicos, mientras que después de ese cambio solo se pueden derivar 27. Son once hectómetros cúbicos menos cada mes.

Esa reducción de volumen que se puede trasvasar permite «reducir la tensión» en los embalses de cabecera, como apunta la ministra. Así se consigue que Entrepeñas y Buendía bajen cada vez menos a nivel 3, situación hidrológica excepcional, cuando el límite de trasvases se reduce a 20 hectómetros cúbicos como máximo. 

Sin cierres del acueducto. Y además si los niveles en cabecera siguen bajando. llega un momento en el que no se puede trasvasar nada. Así ocurre cuando se baja de los 400 hectómetros cúbicos entre ambos pantanos. La propia ministra incide en su tuit que desde julio de 2017 a abril de 2018 se tuvo que reducir el trasvase a cero. 

Hay quien podría preguntarse si la meteorología ha ayudado en parte a la ministra para tener algo más de agua en cabecera. Ella misma aclara que en el último lustro las precipitaciones en cabecera subieron un 2,1 por ciento en comparación con los cinco años anteriores. Este incremento es cinco veces menor al aumento que se ha producido del agua derivada al Levante.  

Ribera avisa de que el trasvase, que empezó a funcionar en 1979, «fue diseñado calculando aportaciones de agua en la cuenca del Tajo mayores que en la actualidad». Explica que «la situación más frecuente es que tanto la cabecera del Tajo como la cuenca del Segura se encuentren simultáneamente en sequía, lo que desvirtúa el enfoque original». 

Le suma que el Tajo no contaba con caudales ecológicos aprobados, lo que provocó una cadena de sentencias del Tribunal Supremo en contra del anterior plan de cuenca. Con el nuevo, Ribera presume de que este Gobierno sí ha fijado dichos caudales ecológicos para el río.

Además destaca que el Gobierno de España ha planificado inversiones millonarias para el Levante con el objeto de garantizar que tienen agua para regadío, sobre todo procedente del mar. Pretenden incrementar al año el volumen de agua desalada en 70 hectómetros cúbicos, ampliando la capacidad de las plantas de Torrevieja, Alicante y Águilas, con una inversión de 140 millones de euros.  Para conectar estas infraestructuras de desalación con el sistema post-trasvase dedicarán 220 millones.