El desafío de los BRICS

P. Alonso (EFE)
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Los países emergentes, capitaneados por China y Rusia, amplían el club a Estados como Irán y Arabia Saudí, con el objetivo de crear un nuevo orden mundial y plantar cara a Occidente

El desafío de los BRICS - Foto: KOPAN O TIAPE / HANDOUT

Los políticos de las llamadas economías emergentes empiezan a  moverse en el tablero internacional para formar nuevas alianzas, salir en la foto y hacerse más fuertes ante el poderío generalizado de la órbita occidental, formada por EEUU, Europa, Israel y Australia.

Ante esta circunstancia, los BRICS (grupo formado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) dieron la pasada semana la campanada al anunciar en Johannesburgo la adhesión al bloque de seis nuevos países: Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes e Irán. Esa ampliación suscita entre los analistas internacionales una incógnita: ¿Marcará el inicio de un nuevo orden mundial?

En medio de una enorme expectación, el líder de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, presidente de honor en la cumbre de este año de los Estados emergentes, anunció que estos seis territorios se convertirán en «miembros plenos» a partir del 1 de enero de 2024, y avanzó que el desarrollo de los BRICS no parará ahí.

Brasil, Rusia, la India y China crearon en 2006 el grupo BRIC, un club informal al que se unió Sudáfrica en 2010. Estos países representan más del 42 por ciento de la población mundial y el 30 por ciento del territorio del planeta, así como el 23 por ciento del producto interior bruto (PIB) y el 18 por ciento del comercio mundiales.

Desde entonces, el grupo, erigido en adalid del Sur Global, no había abierto sus puertas a nadie por desacuerdos entre sus miembros.

China, segunda economía global, apostó muy fuerte por ampliar los BRICS -que ansían más peso en las instituciones internacionales, dominadas por EEUU y Europa-, pues Pekín busca más músculo geopolítico frente a Washington, primera economía mundial.

El presidente chino, Xi Jinping, no pudo contener la euforia y calificó la expansión de «histórica», y sus colegas del bloque se subieron a ese carro, aunque con valoraciones más templadas.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que pujó por la entrada de la vecina Argentina, dio la «bienvenida» a los nuevos miembros y aseguró que «los BRICS seguirán siendo el motor de un orden mundial más justo».

Nuevas tensiones

Pero, ¿qué supone la ampliación para ese orden mundial? «Esto es un momento histórico donde puede cambiar completamente la relación de lo que vimos hasta ahora que fue un mundo unipolar pasando muy rápidamente a un mundo multipolar», reflexionó el famoso periodista uruguayo Jorge Gestoso, que entrevistó en su dilatada carrera a numerosos líderes internacionales.

Más cauta se mostró la experta en política internacional Sanusha Naidu, del Instituto para un Diálogo Global (IGD) de Sudáfrica, que no vislumbra «necesariamente un nuevo orden mundial», pero sí admite que la expansión de los BRICS altera «la dinámica de ese orden mundial rompiendo barreras».

Aunque no cabe duda de que la ampliación ofrece al bloque una mayor influencia económica y política, también podría provocar nuevas tensiones entre los miembros y Occidente dada la inclusión, por ejemplo, de Irán, acérrimo enemigo de EEUU.